Martes, 30 de Abril de 2024
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Tipos negativos e inflación: Bonds are the new black

Tipos negativos e inflación: Bonds are the new black
Fernándo Ibáñez, presidente en Asociación Española de Asesoramiento Financiero (Aseafi)

La semana pasada uno de nuestros internos más jóvenes nos hacía una pregunta que hacía mucho tiempo que no escuchábamos: «¿Por qué se llama fija a la renta fija cuando no es fija?».

No es cuestión de explicar esto ahora, y menos en un foro profesional como Aseafi, pero la realidad es que, por mucho tiempo, hemos vivido una estabilidad tan grande de tipos e inflación que nos habíamos acostumbrado a esta engañosa tranquilidad.

Quizá por ello el shock de inflación de 2022 nos pilló con la guardia baja; y también porque las razones que lo causaron no fueron tanto económicas como geopolíticas. De cualquier manera, todo indica que las aguas vuelven poco a poco a su cauce en lo financiero y que en geopolítica el mercado ha interiorizado los posibles escenarios negativos.

Llegados a este punto, como dijo Hillary Clinton, no hay que desaprovechar una buena crisis. En este sentido, hay varios temas importantes para la reflexión, siempre desde la perspectiva del inversor y del asesor.

Por un lado, la sobrerreacción de los tipos de interés ha provocado pérdidas en las carteras de renta fija a largo plazo, pero, por otro, ha resucitado el interés de los inversores en las nuevas emisiones de bonos. Con un euríbor en el 4% y letras del tesoro cercanas al 3%, los asesores hemos recuperado una herramienta -la renta fija a corto plazo- que habíamos perdido en términos de rentabilidad y que tratábamos como mero activo refugio.

Las perspectivas del mercado son que la inflación y, por tanto, los tipos de interés van a ir descendiendo lentamente, ya abandonadas las elevadas subidas de tipos de referencia por parte de los bancos centrales como medida para controlar los precios. Por tanto, se presenta una oportunidad de inversión para tomar posiciones a largo plazo en renta fija con una rentabilidad atractiva, siempre que queramos asumir ese riesgo, pues nuestras inversiones se revalorizarán en poco tiempo.

Además, la industria financiera ha recuperado algo necesario para su trabajo: la volatilidad de los bonos; por lo que los asesores y los inversores tenemos a nuestro alcance una gran diversidad de activos y productos para construir nuestras carteras, como vimos en nuestro último Encuentro Aseafi sobre Renta Fija. Efectivamente, aparte de la -misteriosamente lenta- resurrección de la remuneración de los depósitos bancarios, ahora contamos con fondos de inversión en bonos a largo plazo, productos estructurados con derivados en renta fija, emisiones de bonos y letras con rentabilidades que no veíamos desde hace 10 años, tipos flotantes, ligados a inflación, etc.

Otra alternativa interesante fuera de los mercados cotizados son los activos o vehículos que invierten en préstamos, pagarés o factoring, pues eliminamos la volatilidad y aprovechamos la subida del coste financiero que ahora tienen que asumir las empresas. Y, finalmente, los resultados empresariales que comenzamos a conocer son positivos, exceptuando algún caso puntual e intervenciones de entidades financieras.

En resumen, ¿nuevo escenario?… para nada, «business as usual». La renta fija ha vuelto y es maravilloso. Suerte con la rentabilidad, liquidez, volatilidad y duración de sus nuevos bonos y, recuerden, disponen de un asesor financiero independiente cerca de ustedes para ayudarles en lo que necesiten.

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