Estilo de liderazgo, líderes, formas de liderar… Actualmente estamos tan acostumbrados a esta terminología que, quizás, se nos puede pasar por alto el mejor ejemplo de liderazgo que hemos tenido en los últimos 2024 años de historia: el liderazgo de Jesús.
De modo que en estos días de Semana Santa, además de estar pendientes del tiempo, de dónde comemos, de nuestros viajes y de otras acciones de descanso necesarias, sería bueno que nos paráramos un momento a reflexionar sobre lo que verdaderamente se celebra estos días: la muerte y Resurrección de Jesús, el mejor líder de nuestra historia.
Y me gustaría resaltar el estilo de liderazgo que tuvo Jesús, para que seamos capaces de observar valores que hoy en día sería deseable que fueran mucho más comunes entre nosotros, pero, sobre todo, para que cuando utilicemos la palabra líder, seamos capaces de otorgar dicha distinción a personas que realmente lo merezcan.
Las cinco claves del liderazgo de Jesús que podemos extraer de su comportamiento y ejemplo serían por un lado el diálogo y el poder de la palabra, utilizó siempre la fuerza argumentativa para transmitir sus ideas, no la fuerza de las armas ni de otro tipo de aliados malévolos. Ejerció su liderazgo con integridad, y en el peor momento, cuando los soldados fueron a apresarlo, sus palabras fueron: “¿a quién buscáis?” y dio la cara sin esconderse, “soy yo, Jesús el Nazareno” , “dejad libres al resto”.
La humildad, con la que vivió Jesús, que nació en un pesebre, que vivió sin lujos y que murió crucificado y despojado de sus ropas y de su túnica mientras los soldados se burlaban de él, es un ejemplo de cómo hemos de mirar al prójimo, pues nadie es más que nadie ante los ojos de Dios.
La resiliencia y equilibrio emocional con la que afrontó su calvario son dignas de admiración y reflexión. Ante los momentos de agotamiento donde pronunció “Dios mío, Dios mío, por qué me has abandonado” tuvo la fortaleza mental de sobreponerse y pronunciar también “Perdónalos porque no saben lo que hacen”.
Finalmente, hay que destacar que fue un líder que no ejerció la autoridad, sino que a través de su ejemplo, generosidad y grandeza ha conseguido ser el mayor “influencer” de todos los tiempos.
Hoy en día, sería deseable que cualquier persona que tenga responsabilidades de gobierno, tanto público como empresarial, reflexione sobre estos valores de liderazgo que no se enseñan en las escuelas de negocios, sino que son humanistas.