Según la RAE, la palabra humanizar significa «hacer humano, familiar y afable a alguien o algo» y en su segunda acepción «Ablandarse, desenojarse, hacerse benigno».
Ahora bien, cuando la utilizamos formando parte de una expresión como «humanizar una tecnología», significa presentar y explicar la tecnología y su utilidad a los usuarios, así como ayudar a los usuarios a adoptar la tecnología en su rutina diaria.
Si hacemos referencia a lo que significa el «diseño de la humanización» como proceso, deberemos diseñar productos para satisfacer las necesidades de las personas, tanto psicológicas, materiales o espirituales, y en cualquier caso encaminadas a obtener la sensación de armonía, comodidad y satisfacción en su uso.
Cuando en el presente nos referimos a la humanización del trabajo implica liberarse de la ansiedad, el miedo y la pérdida del empleo. Objetivos loables pero difíciles de alcanzar con los modelos productivos y económicos actuales, más aún, cuando nos azotan auténticas catástrofes sanitarias o crisis financiera, social y laboral que atravesaremos los próximos años.
Pero centrémonos en nuestro objetivo que es el proceso de humanización de la transformación tecnológica y, consecuentemente, de las organizaciones.
La evolución desarrollada en las últimas dos décadas en las condiciones del trabajo ha significado un gran avance en materia de seguridad. Y estas medidas asegurarán el máximo desarrollo de habilidades e ideas.
Pero, con la diferencia de que la corriente imperante en la doctrina del management y el liderazgo ha impulsado en los últimos años cambios sustanciales en cuanto a la percepción que, desde la alta dirección, se tiene en la actualidad sobre el establecimiento de metas que comparten líderes y equipos.
¿Qué significa esto? Que la clase directiva debe seguir enfocando su misión en proporcionar una variedad de oportunidades de desarrollo y ofrecer una retroalimentación continua. Además de una mayor preocupación porque la cultura corporativa esté muy consustanciada con la formación, coaching, mentoring y capacitación.
Todo ello para alinear la capacitación de mandos intermedios, personal de base y directivos con los nuevos procesos de gestión del rendimiento, mejora de la productividad y desarrollo de la innovación.
Desde el punto de vista tecnológico, el término «humanizar» es utilizado para describir todo, desde el diseño de chatbots, más agradables, hasta garantizar que un señor supremo de la IA no esclavice a la raza humana. Sin duda, el uso del término es confuso. Exigimos hoy día una comprensión más definida de lo que significa humanizar para que el término sea útil.
Cuando se utiliza en el contexto de la tecnología, a menudo con Inteligencia Artificial (IA), surgen nuevas posibles interpretaciones. Por ejemplo que humanizar vaya más allá de la pura funcionalidad para crear una interacción placentera. Que humanizar es hacer que las interfaces automatizadas sean más agradables y también más fáciles y cómodas de usar. También humanizar es hacer que la tecnología sea confiable/accesible.
No menos importante es cuando al emplear el término humanizar lo que queremos es educar a los usuarios mediante la explicación de sistemas complejos para ayudar a fomentar su confianza en ellos. Y un objetivo interesante es que cuando hablamos de humanizar la tecnología, tenga mayor capacidad de interpretar y reaccionar ante los factores humanos, como el reconocimiento de las emociones de los usuarios.
Cuando introducimos la palabra ética, como casi siempre ocurre en todos los campos del conocimiento aplicado, cambian automáticamente las reglas de juego. Porque humanizar es diseñar IA y algoritmos que se ajusten a las normas éticas, deontológicas y políticas, evitar sesgos o no manipular a las personas.
Cuando son los robots los que deben seguir haciendo el trabajo duro, está claro que es un proceso alineado con la humanización, ya que usar la automatización inteligente para hacer el trabajo servil/repetitivo, libera a los humanos para que hagan el trabajo creativo.
Humanizar es también mantenernos firmes en que los comportamientos de robots, automatización de los procesos y sistemas, e IA, pueden convencernos de pasar por humanos, o al menos, actuar y parecer convincentemente humanos, pero que no lo son. Y que siempre estarán condicionados y jerárquicamente organizados a la intención, la decisión y a la propia evolución de la inteligencia humana.
Si alguien se refiere a que los objetivos de, por ejemplo, la IA son amigables con el ser humano, humanizar es diseñar IA con salvaguardas para promover un futuro que sea bueno para los humanos.
Estos temas involucran actividades muy diferentes, desde tareas de diseño, pasando por dilemas políticos y éticos, hasta ciencia puntera y niveles extremadamente diferentes de importancia y abstracción.
En este sentido, debemos trabajar para diseñar una transformación tecnológica que tenga como objetivo mejorar nuestra experiencia de vida, responda a los actuales retos a los que se enfrenta nuestra sociedad y contribuya a mejorar nuestra civilización. Y para esto vamos a disponer del perfecto espacio donde generar este apasionante debate, que tendrá lugar en el V Congreso de Tecnologías Emergentes para Ecosistemas 4.0. con ponentes de altura, referentes en todos los ámbitos y que se integrarán en el eje que define este congreso: IA y humanismo, y al que todos están invitados.