Medio ambiente y economía, ¿es posible conjugarlos en la situación actual?
Las políticas de sostenibilidad se pusieron en marcha en Europa hace muchos años, haciendo suyos, más recientemente, los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible, e integrándolos en sus principales planes de acción. Los riesgos que ofrece el calentamiento global y el agotamiento de recursos, han acarreado un despliegue de medidas en busca de reducir las emisiones de gases contaminantes y mejorar el sistema de gestión de residuos. Como resultado, se ha producido una transformación en muchos de los procesos de producción.
La pregunta es si la sostenibilidad y rentabilidad van a poder seguir trabajando de la mano a corto plazo, teniendo en cuenta la compleja situación que nos está dejando, la pandemia de la Covid-19, por un lado, y por otro, el conflicto derivado de la invasión rusa en Ucrania. La guerra está suponiendo un fuerte revés para la recuperación tras dos años de parón debido a la Covid. Un periodo que dejó el consumo y la inversión muy por debajo de años anteriores.
La escalada de precios de la energía, y su volatilidad, está afectando con dureza al sector cerámico y de fabricación de baldosas, amenazando la pérdida de competitividad. Con los datos definitivos sobre la mesa de 2021, se estima que la factura global de energía y de CO2 para el total del sector ha superado los 1.000 millones de euros, según un comunicado de la Asociación Española de Fabricantes de Azulejos y Pavimentos Cerámicos (Ascer).
La factura energética en el sector se incrementó un 126 % alcanzando un total de 939 millones de euros. El sobrecoste en la factura energética sectorial ha sido de 524 millones de euros y el peso del coste de la energía en 2021 supuso el 19 % sobre la facturación total, según los datos recogidos por Ascer. El precio del gas aumentó de media para las empresas un 91 %.
Teniendo en cuenta esta situación, en el último trimestre de 2022, las cuentas de resultados de las empresas se van a ver muy afectadas, provocando problemas de costes más allá de 2023. Si los beneficios son inferiores respecto a años anteriores, el presupuesto para el I+D+I, proporcionalmente, será menor, ya sea por falta de recursos económicos o porque, por desconfianza, se verán obligadas a apretarse el cinturón.
Ascer compartió además que, tomando como referencia la evolución de los precios de gas, electricidad y CO2 en los cinco primeros meses de 2022, se estima que la factura para el sector se duplique pudiendo superar los 2.100 millones de euros. La factura de gas para el sector aumentaría en torno al 146 %, la de electricidad un 37 %, y la de CO2 un 55 %.
De momento, no tenemos alternativas que nos permitan emplear otros recursos de producción para poder trabajar de otra manera. Algunos expertos comentan que el hidrógeno verde podría ser la energía del futuro que nos permitiría cambiar esta situación, ya que utiliza la electricidad para separar el hidrógeno del oxígeno del agua. Por lo tanto, si esa electricidad se obtiene de fuentes renovables, se puede producir energía sin emitir CO2 a la atmósfera.
No obstante, esta no es una solución a corto y medio plazo, puesto que la utilización masiva del hidrógeno verde se enfrenta todavía a retos importantes. Los biocombustibles podrían ser una alternativa en algunos sectores donde aún no es posible la electrificación masiva. Se están produciendo poco por el momento, porque se les ha dado poco hincapié.
El sector cerámico no puede sostener esta situación de alza de precios e incertidumbre. Obviamente, vamos a continuar invirtiendo en sostenibilidad y trabajando en esa dirección, porque ya forma parte del ADN de la industria europea, pero, desgraciadamente, no vamos a poder continuar invirtiendo en mejoras al ritmo de los últimos años.
En busca de soluciones, en las empresas españolas, como la que dirijo, estamos buscando utilizar menos cantidad de materias primas, reduciendo el espesor de las piezas cerámicas para usar menos recursos y agua, para promover el ahorro energético. En mayo del año pasado, instalamos placas solares en nuestra nave para autoconsumir el 87% de la energía generada, para reducir nuestra huella de carbono, ser más rentables y sostenibles, en la medida de lo posible.