El pasado 29 de octubre tuvo lugar un acontecimiento único en la historia financiera y deportiva de nuestro país. Por primera vez, un equipo de fútbol español debutaba en el parqué bursátil. El modesto C.F. Intercity, club alicantino que milita actualmente en la Segunda División RFEF, -nueva categoría resultante de la escisión en dos de la antigua Segunda B- se estrenaba en el mercado de renta variable. El conjunto de la cuarta categoría del fútbol español iniciaba su andadura en los mercados de capitales cotizando en el BME Growth. Antiguo MAB -Mercado Alternativo Bursátil- que constituye el mercado de valores español orientado a las pymes en expansión.
Esta praxis, inédita hasta la fecha en nuestro país, no resulta novedosa dentro del ámbito del fútbol profesional europeo. Así, grandes clubes del viejo continente, como pueden ser la Juventus, el Benfica, el Ajax, el Borussia de Dortmund, entre otros muchos, cotizan en bolsa desde hace ya varios años.
Una vez que esta humilde entidad deportiva, liderada por Salvador Martí y Javier Mira, ha sido la pionera y el camino del fútbol español hacia los mercados bursátiles ha dado su primer paso, surgen numerosas cuestiones al respecto. ¿Seguirán el resto de clubes modestos la senda del C.F. Intercity para desarrollar su crecimiento? ¿Veremos algún club de fútbol profesional –primera y segunda división- debutar en bolsa a corto plazo? ¿Pueden acceder todos los equipos al mercado de renta variable? ¿Qué ventajas y qué inconvenientes tiene este tipo de financiación?
Respecto a la primera cuestión es probable que a corto/medio plazo veamos a más equipos modestos recurrir a este tipo de financiación. El apetito inversor que existe hacia el negocio del fútbol es cada vez mayor. De hecho, cada vez más inversores deciden embarcarse en la industria futbolística a través de equipos ‘menores’, con el objetivo de ayudarles a alcanzar cualquiera de las dos categorías del fútbol profesional, donde el volumen de ingresos –especialmente aquellos que se producen vía derechos de televisión- que se generan resultan un foco de atracción para el mercado. Esto no pasa desapercibido ante los volúmenes que se manejan.
«Históricamente, el crecimiento de estos clubes pasaba por la llegada del jeque de turno»
En este contexto, la salida a bolsa es una opción interesante que democratiza el acceso al sector futbolero. Históricamente, el crecimiento de estos clubes pasaba por la llegada del jeque de turno. Lo cual siempre ha sido sinónimo de opacidad en la realización de las transacciones. Por el contrario, aparece la transparencia asociada a los mercados de valores. Garantía que favorece a la reputación y la credibilidad de la institución deportiva que recurra a esta fórmula de financiación y que permite la posibilidad de atraer a una mayor cantidad de inversores.
En relación a si veremos pronto algún equipo de fútbol de primera o segunda división estrenarse en la renta variable, mis reticencias son mucho mayores. Como punto de partida, resaltar que cuatro equipos de primera –Athletic de Bilbao, Barcelona, Real Madrid y Osasuna- tendrían que cambiar su personalidad jurídica para poder acceder al mercado de valores. Esta circunstancia ya excluye al 20% de la máxima categoría del fútbol español.
Por otro lado, uno de los requisitos para salir a bolsa es que al menos el 25% de las acciones tiene que estar repartidas entre el público. Esta obligación limitaría, aún más, la lista actual de candidatos. En muchos de estos clubes, la propiedad está concentrada en un número muy reducido de accionistas que cuenta con prácticamente la totalidad de las acciones. Lo que reduce la participación del público a una parte residual o, directamente, a la nada.
No sabremos cuándo se producirá la nueva salida a bolsa de un club de fútbol español. Menos aún, en qué división se encontrará el equipo que la realice. De lo que no hay ninguna duda es que el mundo del fútbol está cambiando. A mejor en muchas cosas. Todo lo que implique que los clubes sean más transparentes, más democráticos y tengan más herramientas a su disposición para poder desarrollar su crecimiento, de una manera sostenible, irá, sin duda, en la dirección de un fútbol mejor.