El enemigo de las agencias de viaje, su propio marketing

Este fin de semana pasado tuve la suerte de asistir a IFEMA para la celebración de la Feria 1001 Bodas. Este salón es uno de los más importantes de España, y en él se exhiben todo tipo de productos y servicios para los que quieren casarse. Con una cifra cercana a los 30.000 asistentes, es un buen termómetro para ver cómo está el panorama en este sector y en la parte que me toca, cómo está el tema del turismo tras la dura pandemia que hemos sufrido.

Estados Unidos está de vuelta

He de reconocer que desde el punto de vista del turismo, la feria superó mis expectativas con creces. Me alegró ver que la crisis sanitaria no solo no ha destruido las ganas por explorar el mundo, sino que ha desatado el deseo por descubrir nuevos rincones. Se notaba que la gente tenía contenidas las ganas de viajar y ha estado ahorrando para cuando pudiera salir de nuevo. Los destinos por los que preguntaban eran de lo más variado y Estados Unidos volvía a ocupar el top.

El viernes, justo el día que empezaba la feria, el mundo del turismo recibía una de las mejores noticias posibles: Estados Unidos anunciaba oficialmente que a partir del 8 de noviembre abría la frontera a Europa. Esto traía como consecuencia directa que ya se podía de nuevo empezar a vender este destino. Y así fue. Las peticiones de combinados con Nueva York se llevaron la palma, superando incluso a destinos más paradisíacos, como Maldivas, o exóticos, como Asia. Para los que trabajamos con Estados Unidos, es una alegría ver que sigue siendo un destino muy deseado.

El resurgir de las agencias de viaje

Otra de las apreciaciones que me sorprendió también gratamente fue el hecho de que las agencias volvían a tomar una posición importante a la hora de organizar un viaje. Mucha gente, incluso viajeros que están acostumbrados a organizar sus escapadas a través de Internet, han apreciado la importancia de contar con un asesoramiento experto y, sobre todo, un respaldo ante cualquier imprevisto. Sin duda, con la pandemia, hemos aprendido a apreciar la labor de muchos profesionales.

Las agencias estaban siendo muy denostadas antes de la pandemia por la creciente demanda de viajes en motores de reserva online. Afortunadamente, esta situación parece estar compensándose de nuevo. La inseguridad que se generó cuando se cerraron las fronteras, que hizo que muchos viajeros se quedaran tirados sin asistencia alguna, ha cambiado el escenario. Mucha gente ahora busca un asesoramiento profesional, la cercanía de una tienda local, el respaldo de una empresa que asuma cualquier responsabilidad ante un imprevisto y, sobre todo, que sea capaz de estar ahí ante una situación desafortunada.

El marketing es todo

Al igual que pasó con la gastronomía, al mundo de las agencias de viajes le hace falta un lavado de marketing. No es una cuestión de que sea más caro o más barato una agencia frente a la opción de reservar en motores online, es aprender a apreciar, en conjunto, todos los valores añadidos que puede ofrecer. Y en este aspecto, el mundo de la gastronomía lo supo hacer bien. Nadie pensaría que es un argumento lógico decir que tal comida me sale más barata en mi casa que en un restaurante. ¡Obvio!

Si este marketing se pule y se llega a hacer entender la importancia de las agencias y el servicio de valor añadido que tienen, no habrá ningún problema en convivir y compartir el pastel con los motores de reserva online. De la misma forma que Glovo, cocinar en tu casa y una visita física al restaurante conviven, las agencias pueden perfectamente ocupar su terreno y su importancia.

El turismo y las agencias de viaje vuelven por todo lo grande, y con ellos dos motores económicos importantes en nuestro país.

Sobre el autor

Pedro Ramírez es fundador y director de Auténtico Nueva York, agencia especializada en viajes a Nueva York a medida. Es licenciado en Ingeniería Informática por la Universidad de Málaga y MBA por la UAX. Adicionalmente, es experto en SEO y colabora con Economía 3 en artículos especializados en Turismo y Marketing Digital.