Las empresas españolas cierran en negativo por primera vez desde 2002
Las empresas españolas no financieras presentaron, por primera vez desde 2002, un resultado neto negativo hasta septiembre, como consecuencia de la pandemia del coronavirus, según los datos de la Central de Balances Trimestral (CBT) que el Banco de España ha publicado este martes.
Además, el supervisor considera que entre un 20 y un 30 % de las empresas, en función de los escenarios que maneja el banco en una simulación, serían insolventes -más en los sectores más castigados por la crisis- aunque entiende que «solo un porcentaje» de estas serían inviables, como ha explicado el director general de Economía y Estadística, Óscar Arce.
Arce ha concluido que las políticas económicas han contribuido a mitigar de manera «notablemente eficaz» los riesgos de liquidez, aunque la presión sobre la solvencia empresarial es uno de los principales retos para las autoridades, a las que insta a reformar el marco jurídico concursal.
La simulación del Banco contempla dos escenarios: uno más benévolo, en el que los efectos negativos de la crisis son puramente transitorios y a largo plazo no tendrá impacto en resultados; y un segundo, en el que contemplan que sí tenga efectos permanentes sobre el resultado a largo.
La CBT refleja una caída acumulada del Valor Añadido Bruto (VAB) en los tres primeros trimestres del 22,5 % por el «hundimiento» de los resultados ordinarios de las empresas, en un 71,2 % sobre el mismo periodo del año anterior, y por el deterioro del valor de las inversiones financieras. En los dos primeros trimestres se contabilizaron caídas muy acusadas pero en el tercero se observa una recuperación, resultado del aumento de la actividad, del 20 % del VAB.
La última ocasión en el que las empresas españolas presentaron un resultado neto negativo fue hace ya dieciocho años, en 2002, cuando la burbuja tecnológica provocó fuertes pérdidas en el conjunto del sistema empresarial. Expresado en porcentaje sobre el VAB, el resultado neto final se situó en un –16,1 %, frente al 19,4 % registrado en los primeros nueve meses de 2019.
Impacto ante el empleo
Los efectos de la crisis en términos de empleo son también significativos: el número de empresas que destruyó puestos de trabajo en los nueve primeros meses del año aumentó catorce puntos porcentuales respecto a 2019, hasta el 50,6 %, con mayor intensidad en el temporal (bajó el 19,5 %) que en el fijo (-3 %) y en las pymes.
La caída de resultados y del empleo es más acusada en los sectores más expuestos a lo que Arce ha llamado «industria social» (comercio, hostelería, turismo, y transporte, entre otros). Así, el empleo en comercio y hostelería ha caído una media del 7,4 %
Pese a que las empresas españolas finalizaron 2019 en una posición económica de «relativa fortaleza» para afrontar una perturbación adversa, la pandemia ha torcido la tendencia de aumento de la rentabilidad. Así en los nueve primeros meses de 2019 la rentabilidad ordinaria del activo bajó dos puntos, hasta el 2,2 %, y la de los recursos propios se dejó cuatro puntos, hasta el 2,4 %. Algo más del 30 % de las empresas tenían rentabilidad negativa y un 25 % registra niveles de endeudamiento sobre el activo superiores al 80 % (que baja al 73 % en el caso de las grandes).
En estos nueve meses el coste financiero ha seguido cayendo y se sitúa en el 1,8 % (dos décimas menos que en ese periodo de 2019),como consecuencia de las medidas de política monetaria del Banco Central Europeo (BCE) y de las adoptadas por las autoridades nacionales, entre las que Arce ha destacado el programa de avales del ICO.
Lo que sí ha mejorado ha sido la liquidez de las empresas, debido a la incertidumbre económica, a las mayores provisiones para hacer frente a necesidades futuras y a la menor inversión en activos fijos. Este proceso es similar en el resto de las economías de la zona euro y en Estados Unidos.
La necesidad de liquidez llevó a las empresas a aumentar su endeudamiento, lo que ha elevado la ratio media de deuda sobre el activo neto en un 43,1 %. Este aumento ha llevado al Banco de España a alertar en repetidas ocasiones sobre los efectos de la morosidad en el sector bancario.