Liderando la empresa social: reinvención con un enfoque humano
El Estudio Global de Tendencias de Capital Humano de Deloitte se ha convertido en pocos años en un referente global en cuanto a las tendencias de Recursos Humanos en el mundo de la empresa, con una gran viralidad en las redes sociales y miles de descargas del informe en todo el mundo desde la web de Deloitte. El estudio de este año ha contado con la participación de 10.000 directivos de empresas de 119 países, de las que 210 son empresas españolas y este es un resumen de las principales conclusiones.
Durante los últimos años, una intensa combinación de transformaciones económicas, sociales, demográficas, políticas y tecnológicas están sacudiendo el entorno de las empresas y desafiando sus estrategias de negocio.
Este contexto, en el que se incrementa constantemente tanto el número de personas que trabajan de manera contingente como las desigualdades salariales; en el que la población envejece tan rápidamente, que el segmento de trabajadores que más crece es el de los mayores de 55 años; en el que los ciudadanos confían más en las empresas que en los políticos para resolver los problemas sociales (Barómetro de Confianza de Edelman 2018); y en el que la automatización se hace cada vez más presente en nuestros trabajos y amenaza con transformarlos profundamente, está generando una presión sobre las empresas para que surja lo que hemos llamado la empresa social.
Llamamos “empresa social” a aquella que combina el objetivo irrenunciable de conseguir crecimiento en sus ingresos, obtener beneficios y garantizar retornos a sus accionistas, con el de apoyar y mejorar las condiciones de los diferentes agentes de su entorno: clientes, proveedores, trabajadores, agentes sociales y ciudadanos en general.
Es decir, que una “empresa social” se guía por indicadores económicos, pero también valora el impacto que genera en su comunidad y asume la responsabilidad de ser un “buen ciudadano” y un modelo a seguir.
Por otra parte, la magnitud de la disrupción de estos cambios, y muy especialmente la revolución tecnológica (inteligencia artificial, robótica, tecnología cognitiva, big data, la realidad aumentada, etc.), está provocando un fuerte impacto en el trabajo, en los trabajadores y en los empleadores, y obligando a las empresas a reinventarse a sí mismas adoptando un enfoque humano.
Una reinvención imprescindible, inspirada en la paradoja de que, si bien vivimos en un mundo que cuenta con una tecnología más sorprendente, es el potencial humano lo que nos hace avanzar como sociedad.
Para ayudar a guiar las organizaciones en esta reinvención, el informe de Deloitte ha organizado las “Tendencias” de este año en tres categorías: el futuro de la fuerza laboral, el futuro de la organización y el futuro de los RR.HH.
El futuro de la fuerza laboral
La fuerza laboral alternativa -freelancers, trabajadores “gig”, empresas terceras, etc.-, está creciendo y generalizándose, con la reducción de los mercados de talento, lo que lleva a las empresas a ser más flexibles para adaptarse a estos nuevos acuerdos laborales, y más creativas para garantizar su integración y sentido de pertenencia de estos nuevos trabajadores.
La mayoría de las empresas esperan incrementar significativamente el uso de la inteligencia artificial, tecnologías cognitivas y robótica en los próximos 3 años, lo que les llevará a rediseñar sus puestos de trabajo, poniendo el foco en la dimensión humana, para crear nuevas categorías de trabajo o “super trabajos”, en los que se tendrán que combinar las capacidades humanas con las tecnológicas, redundando en una mejora significativa del servicio al cliente y la productividad.
Además, para ser eficaces en el siglo XXI, los líderes deberán desarrollar nuevas competencias críticas para alcanzar los objetivos de negocio, como el liderazgo a través del cambio, la ambigüedad y la incertidumbre, y la comprensión de las tecnologías cognitivas y basadas en la inteligencia artificial (IA).
El futuro de la organización
Las empresas han de aspirar a comprender las aspiraciones de las personas y tratar de dar sentido al trabajo que realizan y el impacto que éste genera en la sociedad, evolucionando así de la experiencia del empleado a la experiencia humana.
Otro reto importante para las empresas es cómo transformar su modelo operativo, mayoritariamente basado en jerarquías tradicionales, a operar en equipos empoderados y redes. Un cambio de mentalidad para el que las empresas dicen no estar preparadas.
Para ello puede ayudar revisar los modelos de compensación y gestión del desempeño, y hacerlos más agiles y alineados a los objetivos estratégicos. Solo el 11 % de las empresas creen tenerlo.
El futuro de RR.HH.
La batalla en el mercado del talento es cada vez más intensa y las empresas han de reinventar sus estrategias por asegurarse las competencias y capacidades que necesita, que cada vez tienen una vida útil más breve. De hecho, el 54 % de los trabajadores deberá adquirir nuevas competencias cada tres años, para adaptarse a los cambios de sus puestos de trabajo.
Y el aprendizaje debe evolucionar para responder a las nuevas necesidades; tendrá que ser más integrado en el trabajo, más individualizado, y cambiar hacia modelos continuos.
Todos estos cambios pueden agilizarse mediante las plataformas de RR.HH, por lo que las empresas deben repensar sus estrategias de tecnología a partir de la nube, para explorar nuevas plataformas innovadoras, automatización de procesos y herramientas de IA.
Dos aspectos son clave para la reinvención: involucrar a la tecnología y ser lo suficientemente audaces como para enfrentar los desafíos que presenta la empresa social con un enfoque humano.