Junto a las medidas que han puesto en marcha empresas concretas de la provincia de Castellón, los responsables de las principales patronales sectoriales de la provincia valoran la evolución de sectores como el cerámico, el mueble y la agricultura y ganadería así como los retos a los que se enfrentan en los próximos años.
Las empresas del sector azulejero, al igual que el resto de empresas industriales y de servicios, se enfrentan al problema de la falta de financiación, que se lastra desde el inicio de la crisis. A ello se une, explicó a esta revista Joaquín Piñón, presidente de Ascer, dias antes de fallecer, la falta de coberturas a la exportación y el incremento de algunos costes e impuestos.
Esta situación, describe Piñón, viene acompañada por una gran competitividad internacional de productores tradicionales y emergentes, que coincide en estos momentos con el debilitamiento de la economía europea y la imagen país negativa de España. Por ello demanda que con celeridad “se resuelva cuanto antes el problema económico interno para equilibrar el consumo en España de cerámica que se ha desplomado y como sector tenemos que hacer un esfuerzo en mejorar el área comercial y de logística”.
Las empresas del sector han aplicado en estos años diferentes estrategias, según empresas o grupos, pero es la internacionalización comercial una de las principales. Junto a ello Piñón destaca el crecimiento de las colaboraciones productivas y el control exhaustivo de los costes productivos y la apuesta hacia la innovación y los productos de valor añadido.
En su opinión, las fortalezas de las empresas azulejeras, “sobre las que asentar la mejora continua de la competitividad del sector, son la agrupación sectorial en un clúster, el dominio de las técnicas y tecnologías de producción y la marcada internacionalización del sector”. Precisamente, el clúster industrial azulejero de la provincia se ha convertido en un factor diferenciador, generador de competitividad de forma natural.
Fepac-Asaja: estrategia y planificación
La persistencia de la crisis económica está en el origen del aumento de la incorporación de jóvenes al sector agrario, que la conciben como una alternativa real de autoempleo ante la falta de expectativas laborales. Pero los nuevos profesionales se topan con dificultades para darle continuidad a lo que en principio se plantea como una alternativa laboral. La idea de muchos de que es un periodo pasajero viene provocada por la imagen de menos precios a la que han estado sometidos los profesionales del sector durante los años de bonanza económica, en buena parte del subconsciente colectivo.
Por otra parte, la agricultura y la ganadería exigen también un alto grado de formación y tecnificación a la hora de desarrollar con garantías la gestión de la explotación, lo que supone otro obstáculo para la continuidad de estos nuevos profesionales, ya que como dice Néstor Pascual, presidente de Fepac-Asaja, “los agricultores y ganaderos son, ante todo, empresarios”.
El principal escollo que deben sortear las empresas del sector es también el de la subsistencia. El sector pasa por una tecnificación y una implantación constante de nuevas variedades, nuevas técnicas de cultivo, y por una adaptación continua de las estructuras productivas. Con otras palabras, constante inversión y revisión de los pilares básicos de la propia explotación agraria.
“La clave -explica Pascual-, no es la producción sino la gestión, es decir la estrategia, la planificación de la explotación y el saber hacer… La explotación agraria exige una mayor amplitud de miras a la hora de tomar decisiones. En nuestro sector y en espacial el de cultivos leñosos, tomar una decisión puede suponer varios años de equívoco, por lo que el agricultor debe sopesar muy bien qué es lo que va a hacer y cómo va a implementar sus ingresos durante el periodo de inversión”.
Respecto a las fortalezas que el sector debería potenciar, el presidente de la federación agrícola defiende el liderazgo del mercado. Y cita como ejemplo el del sector de cítricos, “donde cerca del 80% del mercado europeo de consumo en fresco está en manos de nuestros comercios y cooperativas sin olvidar que nuestro sector es líder mundial en fresco. Si controlamos el mercado, la producción tiene más fácil su salida a los consumidores”.
Acebm: el reto del mueble es la distribución y la marca
Con un mercado nacional bajo mínimos y sin que el crédito fluya al consumidor final, el sector del mueble de Castellón tiene poco margen de maniobra. Juan Manuel Urquizu, presidente de la Asociación Comarcal de Empresarios del Baix Maestrat (Acebm), califica de dura la situación en la que se encuentra el sector transcurridos cinco años de crisis económica, aunque señala que la balanza exportadora ha mejorado y la sangría en destrucción de empleo y empresas parece consolidada.
La reducción del empleo en las empresas del sector se ha acercado al 65% de media, mientras que la reducción de empresas entre los años 2010 y 2011 se sitúa en el 80%. Los principales problemas a los que se enfrentan las empresas que sobreviven, Urquizu apunta en primer lugar a un mercado interior atenazado, principalmente por falta de “confianza y porque la cultura del amueblamiento no ha impregnado tanto a la sociedad española como a otras europeas. Este es el problema principal, luego podemos incidir en otros como la dificultad de acceso a la financiación, los costes energéticos, flexibilidad laboral y exceso de burocracia, etc….”.
Como reto que se plantea el sector de cara al futuro, Urquizu pone el foco en la distribución del mueble y la generación de marca. “Como fortalezas destacamos en capacidad tecnológica para adaptar nuestros productos a las necesidades del mercado. Ello nos ha permitido ya llevar a cabo una reestructuración de la oferta, más flexible, con precios contenidos, etc.”.
Ahora solo hace falta “generar confianza, si es posible con programas que incentiven el consumo, desde un punto de vista fiscal y también financiero” reivindica el presidente de la patronal comarcal del mueble, Juan Manuel Urquizu.