Gales, el territorio con más castillos por kilómetro cuadrado del mundo
Al oeste de Gran Bretaña, lindando con los mares de Irlanda y Céltico del océano Atlántico, se encuentra Gales. Una preciosa, histórica y singular nación celta. Y entre otras cosas, el hecho de ser el territorio del mundo con mayor número de castillos por kilómetro cuadrado le da un carácter al paisaje muy especial. Muchos de ellos han sido habitados durante cientos de años. Me encanta la belleza que tienen integrada con el entorno, con su paisaje y conocer la historia que evocan. La cifra ronda en torno a los 640 castillos. Cardiff, su capital, es fácilmente abarcable andando, con muchas zonas peatonales en el centro y, por supuesto, también tiene un precioso castillo, el Castillo de Cardiff, ubicado en el centro, y no es el típico castillo que esperamos visitar. Cuenta con varias zonas en su interior, incluso un museo militar y una espectacular mansión victoriana que fue acondicionada por el tercer marqués de Bute, justamente la persona que transformó Castell Coch, en lo más parecido a un castillo de cuento de hadas. Castell Coch es una maravilla fruto de dos personajes, un mecenas considerado en su época el hombre más rico del mundo y un arquitecto con una capacidad impresionante de diseño y conceptualización. Ellos fueron el marqués de Bute y el arquitecto, William Burges. Para muchos, el edificio favorito de los galeses. Historia, castillos y paisajes Ya que nos encontramos en esta zona de Gales, tenemos que visitar el Castillo de Caerphilly. Se trata de la fortaleza medieval más poderosa de Gales, el más grande, solo superado por Windsor en toda Gran Bretaña. Una fortaleza que parece flotar sobre unas impresionantes defensas de agua. También es muy interesante recorrer las tierras hacia el norte. Gales es muy manejable porque las distancias no son grandes. Los castillos de Conwy, Caernarfon y Beamaris compiten con el escenario espectacular donde se ubica el Castillo de Harlech sobre un escarpado promontorio. No hay muchas alternativas para dormir en castillos. Sin embargo, algo más al sur, Nanteos Country House Mansion es un hotel de campo del siglo XVIII, en un entorno histórico, un paisaje bucólico, elegante, romántico, un lugar de ensueño. Creo que es un lugar ideal en esta transición de norte al sur o viceversa. Y ya desde aquí, hay que desplazarse a Hay-On-Wye, un pueblecito encantador repleto de decenas de librerías pintorescas ubicadas en su centro histórico. También tiene un castillo, pero esto es lo normal en Gales. La apertura de una tienda de libros usados en 1961, que alcanzó un éxito notable, promovió la inauguración de otras librerías con el mismo fin, con tal volumen de desarrollo que fue proclamado «pueblo del libro» en los años 70. La notoriedad alcanzada por la población hizo que en 1988 se iniciara un festival literario, patrocinado por The Guardian y que hoy disfruta de gran popularidad. Gower, Área de Destacada Belleza Natural Y desde aquí a Monmouth, es como concentrar la esencia de Gales en una sola población. Su castillo, los preciosos paisajes verdes, el río, un encanto de lugar. Aquí nació Charles Rolls, cofundador de Rolls-Royce junto con Henry Royce. Una curiosidad. En esa combinación de castillos y paisajes, el Castillo de Weobley se sitúa dentro del área de Gower. Una costa con fuertes vientos, con vistas a pantanos y marismas en un entorno inmensamente verde. La fortaleza tiene algo más de 700 años y fue inicialmente una elegante casa familiar, pero dados los peligros que azotaban a la época, la combinación de casa fortificada y lujo se dan la mano. Pero tenemos que venir aquí, a Gower, que fue declarada Área de Destacada Belleza Natural (en inglés: Área of Outstanding Natural Beauty), y fue la primera de estas características designada en el Reino Unido. Un paisaje repleto de frágiles dunas, marismas saladas, playas que han sido premiadas por su belleza, una costa espectacular y pueblos tradicionales con entramadas callejuelas, que convierten el sitio en un lugar ideal para desconectar. Aquí nos quedaremos a dormir en La Posada King’s Head, edificios del siglo XVII, en el pueblo costero de Llangennith, construcción histórica, preciosas habitaciones y un pub que sirve cocina británica. Hay que probar el pastel de bistec con cerveza galesa, el pescado rebozado y las papas fritas caseras que preparan. (pregunta si ese día tienen cordero galés). Cuenta también con una colección fantástica de ginebras y uno de los surtidos más grandes de malta fuera de Escocia.
Bruselas, hogar de arquitectura, museos, historia e instituciones europeas
La Grand Place ocupa el corazón neurálgico de Bruselas, la arquitectura que la rodea y su riqueza ornamental es de una belleza sublime. He estado un largo rato en la plaza tomando una cerveza y mirando cada fachada, cada rincón. De hecho, esta considerada como una de las más bellas del mundo. En este pequeño/gran espacio han ocurrido miles historias, hechos divertidos, conmemoraciones, pero también decapitaciones, incineraciones, manifestaciones… En definitiva, un lugar que recoge parte de la historia de la ciudad y también del país. La plaza fue reconstruida en piedra tras un bombardeo en torno a 1700 por los distintos gremios, aunque luego ha sufrido muchas transformaciones, hasta llegar a la maravilla que hoy podemos observar. Su origen, al parecer, la implantación de un mercado y también el impulsor de un desarrollo comercial de la localidad. Hoy, una gran explanada adoquinada y en cada ubicación cardinal, casas renombradas: la del rey, la del gremio de los toneleros, ebanistas y carpinteros, la del gremio de arqueros, la de los barqueros, de los merceros, el ayuntamiento, la casa La Estrella, El cisne, El Árbol de Oro (era del gremio de los cerveceros y actualmente alberga el museo de la cerveza) etc. Realmente una maravilla para contemplar. Alrededores de arquitectura variada Los alrededores son encantadores para recorrerlos a pie con una arquitectura variada. Y al recorrer sus calles podemos detectar las trazas de la antigua ciudad, que además cuentan con un estilo arquitectónico que en el país se conoce como estilo español. Esto se debe a que la mayoría de edificios históricos de estilo flamenco se construyeron en un momento en que Flandes (la actual Bélgica) era una de las provincias del Imperio de Carlos V. Y en ese paseo por las calles de los alrededores, muy cerca, yo diría que a no más de 400 metros, se encuentra el Manneken Pis, que se ha convertido en un símbolo de la ciudad. Una estatua de 65,5 centímetros, que da vida a un niño desnudo orinando con toda la tranquilidad del mundo. Además, data de 1388 y está en la esquinita de un cruce de calles justamente en esta zona antigua de la capital. Por cierto, muy cerquita del Museo del Chocolate. No hay que perdérselo, además de degustar las gofrerías maravillosas. La verdad es que nadie sabe exactamente por qué se creó y a qué se debe. Es curioso y, sin embargo, se ha convertido en todo un símbolo, hasta tal extremo que cada presidente del gobierno que lo visita desde 1698 le regala un traje. Actualmente ya tiene unos 650 que están expuestos en el Museé de la Ville. Capital de Europa Bruselas es la capital de Europa porque fue elegida sede de las principales instituciones de la Unión Europea desde su origen. Ya en 1958 se convirtió en el centro de la Comunidad Económica Europea, y más tarde en 1966 de la OTAN. En 1992 fue nombrada oficialmente capital de la Unión Europea. De hecho, los diputados al Parlamento Europeo se reúnen principalmente aquí en Bruselas, aquí se encuentra la cámara secundaria, en el hemiciclo del Espacio Leopoldo. Esta posición y lo que significa para nosotros Europa merece una visita a la ciudad de Bruselas. Recorrer sus calles por la zona antigua o visitar la multitud de museos con los que cuenta la capital, todos ellos extraordinarios: el chocolate, el arte, el cómic, los instrumentos musicales, los coches… En fin, los hay para todos los gustos. Disfrutar de sus cervezas también es fácil. De hecho, a nosotros nos cuesta elegir la nuestra por que no estamos acostumbrados a tanta variedad. Yo, cuando me enfrento a una hilera de tiradores de cerveza, la verdad es que no sé por cuál decantarme. Atomium, símbolo de la ciudad Alrededor de Les Halles Saint-Géry, en la misma plaza Saint-Géry, hay multitud de lugares agradables para poder disfrutar de un buena cena, tomar una cerveza o una copa con muy buen ambiente. Hace poco estuve cenando al lado, en el Restaurant & Brasserie Fin de Siècle, y tomando una copa en Mappa Mundo, en la calle du Pont de la Carpe 2/6. Claro que hay otro símbolo de la ciudad y que vale la pena visitar, por lo que representa y por el parque donde esta inmerso. Se trata del Atomium, especialmente construido para la Expo del 58, representa un átomo de hierro, ampliado 165 billones de veces, hasta alcanzar la altura de 102 metros.
Marrakech, una ciudad internacional llena de magia y encanto
Hoy hablamos de una población que nació como encrucijada de las rutas de caravanas que, dirigiéndose al África subsahariana, cruzaban el Atlas. Fundada en 1062, desde entonces ha sufrido profundas trasformaciones, ha sido arrasada y reconstruida en varias ocasiones. Se trata de Marrakech. En la actualidad es una ciudad internacional, donde han fijado su residencia muchos europeos durante el siglo XX, también de artistas e intelectuales. Todo ello ha ido enriqueciendo la imagen de una ciudad extravagante, salida de una película de las mil y una noches, festiva, exótica… Además, la explosión de europeos en los 90, comprando y rehabilitando casas de la medina para convertirlas en riads, han transformado la ciudad, que es un contraste permanente, donde conviven unos y otros. También se ha desarrollado fuertemente su extrarradio, con urbanizaciones maravillosas, grandes hoteles, campos de golf, residencias… Todo ello, sin perder su identidad local. Un pequeño desierto a una hora de la ciudad Todo ese empuje también está impactando en los alrededores de la ciudad, como en Agafay, un pequeño desierto a una hora de la ciudad donde se están construyendo alojamientos basados en jaimas, actividades de todo tipo, en quads, camellos, buggies o restaurantes. En el ultimo año y medio he viajado siete veces a la zona. En los últimos 30 años he visto la transformación que se ha producido. Justamente tenía que viajar de nuevo con un grupo una semana después del terremoto, tuvimos que cambiar todos los planes. Este artículo es un homenaje al terrible impacto en vidas humanas y pérdidas cuantiosas que han sufrido no sólo los habitantes de la ciudad, sino la inmensidad de poblaciones que hay alrededor del epicentro del terremoto que se situó en la cordillera del Alto Atlas, a 73,4 km al suroeste de Marrakech. La ciudad no suele dejar a nadie indiferente. A mí, desde luego me fascina. Sigo emocionándome al recorrer su medina, callejones laberínticos llenos de tiendecitas o caminando por la zona de los artesanos donde ves trabajar a los artesanos de la piel, de la orfebrería, de la talla de maderas… Llegar al final de la tarde a la plaza Jemaa el Fna es una explosión de júbilo, una amalgama de eventos, intervenciones, actuaciones, comida, encantadores de serpientes… Los alojamientos se multiplican por mil Todos se dan cita en un ritual cuidosamente orquestado. No en vano, la plaza es Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad. Se han puesto de moda los rooftops y los áticos iluminados con gente cenando, tomando un té o una copa mientras suena la música por todos los lados. Los restaurantes se han multiplicado por diez, pero también su calidad. Los alojamientos se han multiplicado por mil, en todos los sentidos, variedad, calidad y diferenciación. Existen riads en la medina para todos los gustos y precios, en la ampliación de la ciudad. En dirección al hotel La Mamounia hay otros más europeos de 3, 4 y 5 estrellas, fantásticos, sencillos, impresionantes, o auténticos palacios como la propia Mamounia, un palacio convertido en hotel de lujo desde principios del siglo XX, pero hace unos 15 años sufrió una transformación y restauración única en el mundo. De hecho ha sido considerado en varias ocasiones como uno de los mejores hoteles del mundo. El lujo escala posiciones El lujo sigue escalando posiciones, podemos alojarnos en el Royal Mansour. Como dicen en su web «un hotel de lujo atemporal, inolvidable e inimitable», y os puedo asegurar que es totalmente cierto. Al entrar en él, la mente se traslada a otro lugar. Es un palacio único, protegido por las murallas de la ciudad imperial, sus jardines, sus piscinas, toda la decoración exclusiva y cada elemento elaborado a medida, sus 53 riads, sublimes y con servicio de conserjería personalizado. Puedes llegar a pagar 10.000 euros por una noche. Marrakech es una de las ciudades donde puedes encontrar una mayor variedad de alojamientos, simplemente tienes que soñarlo. Locales nocturnos como El Palais Jad Mahal es magnífico, disfrutar de una maravillosa cena, acompañada por fantásticas actuaciones en directo o recorrer la medina y entrar en los jardines de Loto, en un patio interior, inimaginable cuando estás llegando. Los lugares donde disfrutar de una cena exótica, sugerente, en un ambiente extraordinario, han prosperado por toda la ciudad. Y alrededor de la ciudad, a 30 minutos, una hora o una hora y media, tienes lugares excepcionales, riads con comida local en las montañas, jaimas en el desierto o bailes folclóricos por la noche junto a una hoguera mientras se pone el sol. Volvamos y dejémonos llevar por la magia y el encanto que tiene esta ciudad, tan cerca y tan diferente.
Una cena sobre el mar de Zanzíbar, la isla caribeña del Índico
Imagínate que has terminado tu maravilloso viaje por Tanzania, apasionante, con uno de los recorridos más atractivos, salvajes y lleno de fauna que tiene África. Deseas unos días de tranquilidad, parar el despertador y salir de las pistas africanas. Eso te lo proporciona Zanzíbar, una isla que se ha convertido en el Caribe del Índico en los últimos años, con un paulatino desarrollo de establecimientos de calidad. Además, celebrando ese fin de recorrido, deseas un lugar donde cenar, mirando al mar (o mejor, sobre él…), disfrutando de una charla al anochecer, donde recordar con la conversación cada rincón del viaje, cada imagen, cada amanecer, cada momento que no olvidarás ni tú ni tus compañeros de viaje. Por eso, quedamos a cenar en ‘The Rock’, el broche de un fantástico viaje. Es una roca sobre el mar, a la que a veces, la bajada de la marea permite llegar andando, pero en la mayoría de las ocasiones hay que llegar en barca. Aquí, en nuestro país, saltarían todas las alarmas con la legislación urbanística, impensable de llevar a cabo. Allí sí, pese a los increíbles desafíos logísticos que superar: electricidad, gas, agua dulce, saneamiento, wifi, comunicaciones, almacenamiento, eliminación de basura… Con un excelente planeamiento, elaborado durante muchos meses, y decorado en un estilo sencillo, nació The Rock, un precioso e inspirador restaurante especializado en mariscos y sabores locales que ha sabido respetar la belleza de la ubicación. Cuando lo conoces, quieres ir. Te imaginas ¿qué mejor final para tu safari que con tus amigos cenando sobre el mar o tomando una copa en su terraza al aire libre? El pico más alto de África Tanzania es un país cuyas dimensiones casi duplican a las de España, pero es realmente en el norte, a lo largo de la frontera con Kenia, donde concentra los parques y las reservas con mayor fauna: Serengueti, Ngorongoro, Manyara, Tarangire… y al final de este maravilloso recorrido, el Parque Nacional del Kilimanjaro. Kilimanjaro me fascina por su imponente tamaño, su desnudez para ser visto desde cualquier punto, también desde Kenia. El pico más alto de África, con 5.892 metros de altura, mantiene sus campos de hielo en la cumbre de forma permanente, aunque se están reduciendo a pasos agigantados. Se convirtió en Parque Nacional en 1973, hogar de pastores masái y de campesinos chagga. Ngorongoro es una de las maravillas que tiene África, un imponente cráter de casi 30 km de diámetro y laderas de 500 metros, dentro del cual se mantiene una fauna casi autóctona, impresionante: búfalos, jirafas, ñus, leones, rinocerontes, elefantes… Siempre que entro en él o lo observo desde la parte superior de sus laderas me sobrecoge y me parece sublime. Postales de documentales El Serengueti es un Parque Nacional de gran tamaño, bastante más grande que toda la provincia de Valencia o que la Región de Murcia, por poner un ejemplo. Hay algo que destaca en él, que hemos visto en multitud de documentales, es la gran migración. En el vamos a encontrar los cinco grandes: el león, el leopardo, el elefante, el rinoceronte y el búfalo. Pero la enorme variedad de fauna nos va a permitir disfrutar de cebras, hienas o guepardos. Al recorrerlo viniendo desde el oeste en dirección hacia Ngorongoro no olvides detenerte y visitar la Garganta de Olduvai, reconocida como uno de los yacimientos paleontológicos más importantes de África, y que nos permite casi identificar el origen de la especie humana. Con una antigüedad de entre 2,5 y 3 millones de años se han descubierto ‘huellas’ fósiles del primer antepasado del ser humano que anduvo erguido sobre dos patas, incluso ‘huellas arqueológicas’ que dan testimonio de la más antigua cacería de elefantes. Apasionante. Tal vez todo el viaje está encaminado a disfrutar de la última cena, sobre el mar, con el placer de haber recorrido uno de los safaris más bonitos de África, uno de los viajes más agradables con amigos o con familia, que se vive con intensidad, compartiendo cada minuto, cada emoción, en pequeños vehículos, con experiencias únicas, con charlas intensas y agradables. Con amaneceres inolvidables y con el contraste de un entorno donde seguramente nacieron nuestros primeros antepasados, pero que hoy es muy distante de nuestro día a día. Si puedes, recorre Tanzania, porque no te dejará indiferente.
Una clase de Tai Chi al amanecer en la mágica tierra de Vietnam
Está amaneciendo, un espectáculo de luz sobre un paisaje sacado de la película Avatar. Ha empezado de forma silenciosa la clase de Tai chi, sobre la cubierta del barco, en unas aguas tranquilas y bellas. Perderse en la bahía de Ha Long, un par de días sobre un barco, es algo mágico. La leyenda cuenta que cuando los vietnamitas se enfrentaron a invasores chinos, el Emperador Jade envió una familia de dragones para que les ayudaran, estos esculpían joyas y jade y las joyas se convirtieron en las islas e islotes de la bahía, creando una gran muralla defensiva ante los invasores. Ubicada en el norte de Vietnam, sobre una superficie cercana a los 1.500 km cuadrados y casi 2.000 islas, y declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1994, desde noviembre de 2011 es una de las siete maravillas naturales del mundo. La Bahía estaba conformada por multitud de pueblos flotantes. Ahora, a la mayoría de ellos, el Gobierno los ha trasladado a tierra, sólo quedan algunos pueblos con pocas casas, pero es muy atractivo visitarlos. Ellos mantienen su tipo de vida con la pesca, que compaginan con el turismo trabajando como barqueros. Playas de agua esmeralda Navegarla es una delicia por la belleza y la cantidad de atractivos que tiene. Por ejemplo, la cueva más famosa se llama la ‘Cueva de la Sorpresa’, el motivo es que al descubrirla los franceses se sorprendieron por la belleza que tenía. También la Cueva Dau Go-Thien Cung, un sistema de cuevas a los que hay que entrar andando, y donde hubo que crear un sistema de acceso para poderlas recorrer. Cuenta con muchas playas de arena junto a un agua esmeralda, la más conocida o renombrada es la de Titop (le debe su nombre a la visita del astronauta ruso Titop) y en ella hay además un precioso mirador que nos da una vista panorámica espectacular de toda la zona, sobre todo por al atardecer, por el efecto lumínico en toda la bahía. Vietnam está siendo, en los últimos años, uno de los países donde la demanda española está creciendo. En ocasiones, combinado con Camboya o con Laos, un país del que hace años solo habíamos visto imágenes por la historia de la Guerra de Vietnam, pero nada más lejos de la realidad actual, población encantadora, paisaje sorprendente, gastronomía, templos y arquitectura… y un verdadero reto recorrerlo de norte a sur (desde Hanói hasta Ho Chi Minh, hay una distancia de más de 1.700 km , y los grandes atractivos de este país se encuentran en el norte, en el sur y a mitad del país, así que casi es inevitable recorrerlo para adentrarnos en él). Paisajes dignos de postal Cerca de Ha Long, me encanta el territorio de Ninh Binh, no suele ser muy nombrado en muchos viajes. Sin embargo, la llaman la Bahía de Halong terrestre. Es un lugar especial y además todavía no está masificado, poco turismo. Esta región tiene unos paisajes dignos de convertirse en postal, de los que te quedas sorprendido al verlos y te relajas disfrutándolos. Es una zona que combina perfectamente la naturaleza, el relax y la cultura, y lugares imprescindibles son Tam Coc, Trang An y Hang Mua. No es tanto la ciudad, sino sus alrededores. El paseo en barca vietnamita por Tam Coc, recorriendo un paisaje que parece de dibujo, o ascender a Mua Cave, unas vistas sublimes sobre el río Ngo Dong y las montañas de alrededor o el templo perdido entre montañas, el Bich Dong Pagoda. Todo ello contrasta enormemente con la que fue capital de Vietnam del sur, Saigón (también llamada Ho Chi Minh), con más de 14 millones de habitantes, aunque podemos volver a perdernos en un paisaje sorprendente como es el Delta del Mekong. Justamente la región del Delta se encuentra inmediatamente al oeste, un territorio con una gran variedad de paisajes físicos, que van desde las montañas y las tierras altas hasta las amplias y espaciosas llanuras, totalmente cubiertas de agua, en el sur. Ho Chi Minh tiene enormes contrastes, desde edificios coloniales, históricos, hasta rascacielos modernos, una cosa al lado de la otra. Eso sí, con un tráfico caótico, que te lo puedes tomar como algo divertido. Y desde luego si vas, el Museo de los Vestigios de la guerra de Vietnam es un indispensable, tomar algo en el roof top de Bitexco Financial Tower, para ver toda la ciudad, o perderte en el mercado de Ben Thanh.
Sumergirse en la realidad de Uganda, una experiencia transformadora
Era 14 de julio de 2024 y un grupo de empresarios y directivos, amigos, se habían unido para salir conmigo con el fin de disfrutar de un apasionante viaje por Uganda. ¿Viaje? ¿Experiencia? ¿Es Uganda transformadora? ¿Dónde está la diferencia? Sumergirse progresivamente en un país africano, su realidad, su cosmovisión del mundo, sus puntos de vista, conectar, entender, no juzgar, observar, asimilar… y no simplemente ‘pasar por ahí’. Esa es la clave. Y no es fácil. A mí me costó muchos años y muchos viajes. Actualmente, 38 años viajando por África, 24 países y más de 100 viajes. Así que procuro diseñar el viaje como una introducción progresiva en principios atraídos por su singularidad, sus paisajes, sus recursos naturales, su fauna, pero introduciendo esos contactos con la población que nos hablan de otra realidad sumergida, que no vemos y que nunca debemos juzgar (algo muy habitual en los occidentales cuando viajamos, que lo comparamos y juzgamos todo, craso error). ¿Es Uganda transformadora? Depende de los ojos con los que la veas; depende, lógicamente, de la experiencia que vivas. Para quienes han hecho otros safaris, la abundante vegetación de Uganda ya es sorprendente por sí misma, estamos en la línea del ecuador con una climatología y un régimen de lluvias magnífico, en la región de los grandes lagos, por donde anduvo de arriba para abajo Stanley buscando a Livingstone, con infinidad de cráteres convertidos en lagos y unos paisajes que no se olvidan. Auténtica naturaleza Ofrece la oportunidad de navegar junto a las cataratas de Murchison, cercanas al origen del nacimiento del río Nilo –un descubrimiento que tardó años en realizarse y que costó vidas–, o adentrarnos en el parque nacional de Kibale, un bosque abrumador repleto de primates con los que podemos convivir, compartir y asombrarnos por su organización, su facilidad para trepar y sus ensordecedores sonidos. Es naturaleza auténtica, de impacto. La abundante naturaleza ha hecho que en algunas zonas los felinos tengan que subir a los árboles para localizar las piezas. Por eso, en el Queen Elizabeth Park se habla de “leones trepadores”. No es igual que en la sabana keniata o tanzana, aquí tienen que subir para localizar la comida. Pero, también hemos compartido tiempo y charla con la comunidad de Kibale, y empezamos a descubrir una realidad oculta, que solo con una buena relación y con intérpretes podemos ir descubriendo, ansiosos por escuchar y entender. Con esa actitud. Su forma de ver las relaciones sociales, de sobrevivir, la familia… Todo parece chocar diametralmente con nuestra visión. «Golpe» a los sentidos Lógicamente, un viaje a Uganda tiene su éxtasis con la entrada al impenetrable bosque de Bwindi, donde se encuentran el 50% de las familias de gorilas de montaña del mundo. Y, además, con una buena noticia: la población está creciendo, según el último censo de 2024. El peligro de extinción parece ralentizarse. Entrar a pie, con rangers, con guías, caminar por un bosque sin sendas, “impenetrable” como su nombre indica, agotador, y situarte junto a una familia de gorilas, en su día a día, avanzando, sobreviviendo, comiendo, es una experiencia de las pocas que la naturaleza nos ofrece en su más puro estado ‘vivo’. Esta protección de los gorilas también ha tenido sus consecuencias en poblaciones locales, los batua (pigmeos), expulsados de los bosques, se encuentran en una situación precaria, encaminados a la extinción. Les han obligado a cambiar su vida, alejados de sus recursos naturales. Son cazadores y recolectores igual que hace 5.000 años, pero ahora no pueden ejercer su actividad. La tertulia con ellos nos sobrecogió. Y en medio de este paraíso de fauna y vegetación, un grupo de profesores ugandeses lucha por mantener la escuela de Ruhija, con alumnos entregados, en situaciones que para nosotros no son ‘humanas’, aunque ellos den todo lo que tienen para mantener a flote esta isla de formación y conocimiento en un paraje olvidado. Otro golpe a nuestros sentidos. Nuestra forma de ver las cosas se resquebraja. Y los ojos se nos ponen vidriosos. Estamos sintiendo, encajando, observando. Volvemos cambiados, algo singular y especial ha pasado en nosotros, y esa experiencia nos marca y nos la llevamos en el corazón
Ellas les llamaron ‘Khessani’, en lengua guitonga ‘Gratitud’
En el año 2025 Economía 3 y la Fundación Mujeres al Timón realizaremos un encuentro in situ con las mujeres de la cooperativa Khessani. No se nos habría ocurrido a nosotros un nombre más impactante, que significara tanto y que representara de una forma tan clara sus sentimientos, lo que estaban viviendo y cómo lo habían tomado como algo propio. Sentimos que el objetivo se había conseguido. Si continúas la lectura terminarás entendiendo a qué y cuándo le pusieron este nombre. Así que vamos a sumergirnos en Duna Lodge en la ciudad de Ihambane (Mozambique). Tras varios años –largos y complejos como todos los inicios en África–, se fue asentando y desarrollando el proyecto, con un doble objetivo. Por un lado, dinamizar la zona con un turismo ecológico que buscara lo auténtico, el contacto con la naturaleza. Y, por otro lado, asentarlo en la población local, el territorio, compartir sus actividades, sus necesidades, su forma de vida y ayudarles a gestionar este nuevo espacio. Duna Lodge ya no era algo de ‘fuera’, ya era algo local, compartido con ellos. Había llegado el momento de abordar una nueva fase. Arranca en el año 2012 con la firma de un convenio entre el socio local de esta propuesta, Duna Lodge y el Comité de Cogestión de los Recursos Naturales del Distrito (Cojamo). La interacción con las comunidades locales, las asociaciones de pescadores y operadores turísticos, así como con los principales organismos del Gobierno Provincial de Inhambane, estaban a punto de permitirnos poner en marcha un programa de cooperación capaz de integrar la conservación de la biodiversidad y los recursos y espacios naturales costeros con el desarrollo de la comunidad local. La alma mater de todo el proyecto, José Ramiro. Solo con sus largos periodos en Mozambique, su conocimiento local y el magnífico trabajo en el entorno se podrían dar estos pasos. En 2021, a través de la Fundación Mujeres por África (FMxA), Duna Logde consigue la financiación de la Diputación de Gipuzkoa y el apoyo de la Asociación de Mujeres Profesionales y Empresarias de Guipuzkoa (Aspegi) para poner en marcha la estrategia de desarrollo comunitario que había identificado en el periodo anterior. De esta manera, recibe fondos para realizar un proceso de identificación entre las mujeres del distrito y poder fomentar su empoderamiento. En el marco de este proyecto se realizó un cuestionario junto con el Cojamo y los líderes locales sobre la situación del sector de la pesca artesanal, con especial atención a las mujeres. En este estudio, se vio que las mujeres no tenían acceso a formación ni a financiación y que, además, no eran dueñas de los recursos pesqueros. Todos estaban en manos de los hombres. Sus labores de pesca se centran en el marisqueo, con unas condiciones precarias, usando redes de mosquitera y sin tener ningún tipo de formación. A esto se añade la responsabilidad del cuidado de las familias, en un entorno donde los servicios de salud y educación son prácticamente inexistentes. En este proyecto se realizó un programa de formación en salud, con la metodología Health by All Means, basada en el concepto de OneHealth, que también ha permitido identificar las grandes dificultades a las que se enfrentan estas mujeres para hacer efectivo su derecho a la alimentación y los escasos conocimientos que poseen en cuanto a nutrición. Para la ejecución de este programa, contamos con la participación de la doctora Araceli Alonso, codirectora de la Cátedra Unesco de Género, Bienestar y Cultura de Paz y también codirectora de 4W-Streets (Transformación social para poner fin a la explotación y la trata con fines sexuales). En la segunda fase de este programa se especializaron como promotoras de salud seis de las cooperativistas que, en la actualidad, ya trabajan expandiendo conocimientos a través de visitas a familias y campamentos de salud con las mujeres, especialmente adolescentes, para evitar enfermedades y embarazos no deseados y mejorar la salud comunitaria. Esta actividad que se ha prolongado durante casi dos años logró cohesionar a estas mujeres en torno a una problemática común. El siguiente paso fue crear una cooperativa para poner en común el esfuerzo de la explotación sostenible de sus recursos naturales. Se realizaron asambleas para discutir los estatutos y aprobarlos. Y este fue el maravilloso momento en el que decidieron que nombre ponerle. Ellas nos sorprendieron emotivamente, le pusieron a la cooperativa el nombre de ‘Khessani’, que en guitonga significa ‘gratitud’. Nos quedamos sin palabras. Su actitud reflejaba un: «Gracias, habéis empujado para que esto se ponga en marcha, pero ahora es nuestro momento de tirar del proyecto. Vamos a ello». Empezaron a analizar las diferentes opciones de líneas de trabajo y, finalmente, se decidieron tres líneas de actuación: La creación de un aviario para el engorde de pollos en la localidad de Guinjata (ya construido con la financiación de la Diputación de Guipuzkoa). La fabricación de hielo en escamas para la conservación del producto pesquero en Paindane (todavía en intento de ejecución). La construcción de una instalación en tierra para el procesado de cangrejo y langostino en los manglares y futura instalación acuícola en las localidades costeras Nhaduga y Madava (proyecto de la FMxA recientemente aprobado por la Agencia Española de Cooperación para el Desarrollo (Aecid)). A través de Aecid, además, se ha obtenido la financiación para desarrollar esta tercera línea de la cooperativa, abarcando una solución sostenible a largo plazo, tanto para garantizar la seguridad alimentaria de las mujeres y la comunidad como la gestión sostenible del manglar, combinado con la promoción de una nueva ruta turística de naturaleza. Cuando nos damos cuenta han pasado 20 años, el tiempo es relativo, las cosas caminan a su ritmo en África y hay que aceptarlo así, pero sentimos que cada pequeño pasito va dejando su poso. Y cada vez ellos y, en este caso, ellas, van ganado conocimiento y autoridad, así como la voluntad de transformar. Nosotros seguiremos provocando que se generen las condiciones para que puedan avanzar, pero ya son ellas las protagonistas.
Nápoles y cuanto rodea a una ciudad caótica y diversa
Aunque la antigua civilización del Mediterráneo puso las raíces de la pizza, esta –tal y como la conocemos hoy– tiene su origen en Nápoles en el siglo XVIII cuando los napolitanos comenzaron a añadir tomate a unos panes blancos que aderezaban con aceite de oliva y hierbas. Es ya en el siglo XIX cuando le añadieron tomate, mozzarella y albahaca para representar los colores de la bandera italiana, creando la pizza margherita en honor a la reina Margherita de Saboya. Estaban creando la base de un plato que luego extenderían por todo el mundo con su emigración. Viajar a Nápoles no solo es un viaje a una ciudad aparentemente caótica –y hay quien dice ‘decadente’–, donde una de las principales atracciones es ‘patear’ la ciudad –por ejemplo, por Spaccanapoli, una preciosa calle del casco antiguo–, es sumergirse en un entorno apasionantemente diverso. Y es, posiblemente, lo que más me atrae de este territorio: esa mezcla entre la auténtica ciudad italiana, vivir ese arraigo al origen de la pizza o visitar la vistosa costa amalfitana, con un colorido y unas aguas que nos seducen al recorrerla. Entre medias, las ruinas arqueológicas de la ciudad romana de Pompeya, que fue literalmente sepultada por la erupción del Vesubio en el año 79 después de Cristo, ubicada junto a este volcán, que nos hace imaginar lo que debió ser aquel evento terrorífico, y que hoy podemos recorrer y visitar tranquilamente gracias a los maravillosos trabajos de restauración realizados. O viajar a la isla de Capri, deseada desde las vacaciones de los emperadores y en otra época por los artistas de Hollywood, hoy guarda el encanto de sus preciosas playas, pueblecitos integrados en el territorio y una auténtica gastronomía italiana. Recorrer Nápoles La calle Spaccanapoli es la que da nombre a todo el barrio, con una historia de mas de 3.000 años. Aunque alrededor de ella todo son calles laberínticas y retorcidas, recorrerla te permite disfrutar, desde mi punto de vista, de lo más auténtico de la ciudad: sus tiendas, su bullicio, la vida que respira; también conocer la catedral o la Piazza de Santo Domingo Mayor. No es la única, adentrarse en la via Tribunali es quedarte sumergido en sus decadentes fachadas. O recorrer las 20 iglesias que la forman. O sus antiguos edificios. Galeria Umberto I, Nápoles. Fuente: Juan Manuel Baixauli. Pero también hay lugares elegantes, amplios y vistosos como la plaza del Plebiscito, una de las más grandes de Italia, y con edificios emblemáticos como la Basílica de San Francisco de Paula y el Palacio Real de Nápoles. Hay también varios miradores para contemplar la ciudad desde las alturas o ver un atardecer precioso. Puede ser en la parte alta del Castillo del Huevo, el Castel Sant’Elmo o si te animas a subir hasta la iglesia de San Antonio de Posilipo, para mí uno de los mejores miradores. Por supuesto, en estas idas y venidas, es fundamental disfrutar en alguno de los muchos lugares en los que hacen de maravilla su famosa pizza. Siéntate y disfruta. No dejes Nápoles sin haber realizado algunas de sus visitas al subsuelo. La Nápoles subterránea está llena de túneles y galerías con una historia impresionante. Muy interesante realizarla de la mano de un guía para entender qué pasó allí, cómo se originaron y por qué la historia, incluso en la Segunda Guerra Mundial, los ha mantenido y usado. Pompeya y Capri Cerca de Nápoles, a unos 25 km, la historia nos enfrenta a revivir lo que ocurrió en Pompeya, una ciudad romana que llegó a hacer sombra en su época a Roma y que el Vesubio sepultó, destruyendo la vida en ella. Aunque, justamente esa misma erupción destructiva, ha sido la que ha permitido que muchos objetos se conservaran en buen estado hasta nuestros días. Es una visita única e imprescindible. No se me ocurre nada mejor que coger un barco y disfrutar de Capri y de las vistas de la costa amalfitana. Positano, costa amalfitana. Fuente: Juan Manuel Baixauli. Sus aguas, la población local y el encanto del pueblo –lleno de color y rincones encantadores, calles empedradas y tiendas de lujo– trasmiten la calidad del turismo que visita la isla. La costa amalfitana es una franja de 50 km, desde Salermo a Sorrento, salpicada de pueblecitos coloridos entre playas y acantilados. Además, con una gastronomía que nos trasporta a la Italia que imaginamos. Es posiblemente la escapada ideal para nuestro próximo puente.
Sáhara, una experiencia transformadora para vivirla
Se acerca la fecha de salida, un apasionante recorrido por el Sáhara, el encuentro con un territorio inhóspito, singular, apasionantemente salvaje, donde la supervivencia es un reto cada día. Gestionar los recursos, los alimentos, el agua, la climatología, la fauna… Todo es clave, nada es superfluo, todo es necesario. Llevar nuestra experiencia al límite nos permite tomar distancia de nuestros problemas del día a día, verlos desde otra perspectiva, relativizarlos y gestionarlos mejor. Porque cualquier reto o problema que tengamos, es menor que el que allí tienen. Y eso impacta. Viajar buscando experiencias que nos permitan tomar distancia de nuestro día a día, observar otros problemas y otras realidades diferentes a las nuestras –y que nunca habríamos imaginado que existen–, nos aporta mucha capacidad de relativizar; es una pequeña cura, pero muy efectiva. He viajado mucho por desiertos, he cruzado en tres ocasiones el del Sáhara Occidental hasta el África negra, y siempre me ha parecido impresionante como el ser humano es capaz de sobrevivir en cualquier lugar, cómo se adapta, gestiona los recursos y modula su modo de vida a una realidad natural realmente impresionante. Ese es el objetivo de este apasionante viaje –en colaboración con la Fundación Mujeres al Timón–, que empezará el 27 de octubre: acercarnos a esa realidad, a esa población y a sus personajes (tenemos previstos varios encuentros con personajes del desierto y contamos con intérpretes para ello), conocer sus prioridades, sus ambiciones, los problemas cotidianos a los que se enfrentan y cómo los superan. Todo ello desde nuestro punto de vista occidental, con problemas totalmente diferentes que allí se convierten en ‘nimios’. La ruta es especialmente singular y bella, con fuertes contrastes de paisajes y de formas del desierto. Aterrizaremos en Guelmim (Marruecos), una ciudad poco conocida para los españoles actualmente, ya que nunca viajamos allí. Sin embargo, se encuentra ubicada a unos 60 kilómetros de la ciudad de Sidi Ifni, en la costa, con un fuerte acuartelamiento donde muchos españoles hicieron su servicio militar en la década de los 50 y los 60. Muchas personas de cierta edad lo recordarán perfectamente. Todavía se encuentra allí ese cuartel, así como la casa donde residía el gobernador español de la zona. Una ruta transformadora Desde Guelmim, empezamos a recorrer el desierto de tierra y piedra, entre paisajes que parecen sacados de una película lunar, atravesando Tighmert, Amtoudi o Tafraut –una ciudad de la provincia de Tiznit, región de Sus-Masa, situada en la parte central de las montañas del Anti-Atlas. Tighmert es un pueblo encantador, de unos 2.500 habitantes, hogar de uno de los palmerales más grandes y pintorescos de Marruecos. Durante unos 10 kilómetros encontramos su oasis, que llena el desierto de exuberante vegetación. Este oasis único ha conservado su forma de vida tradicional. Los residentes viven en armonía con su entorno natural y gestionan con maestría su recurso más preciado: el agua. La gente de Tighmert ha cultivado una profunda conexión con su entorno, asegurando la sostenibilidad y la vitalidad del oasis durante diferentes generaciones. También atravesaremos Tizourgane, su famosa kasbah en la tierra de Ougnidif es un auténtico viaje en el tiempo, donde nos tropezamos con puertas centenarias, murallas, calles estrechas, muros de piedra omnipresentes y una vista impresionante. Cada parte de nuestro recorrido no tiene desperdicio, es un viaje en el tiempo a través del desierto. Seguimos por Tarudant, donde tendremos la suerte de conocer el Palacio de Claudio Bravo. Y también por Foum Zguid, una ciudad de la provincia de Tata. Cruzaremos un imponente lago salado, por donde antaño se realizaban etapas del París–Dakar, hasta llegar a Erg Chegaga, una impresionante zona de dunas. Bajo noches estrelladas, encuentros con culturas y personajes locales y maravillosas tertulias al atardecer en lugares sacados de una postal transcurrirán estos espectaculares nueve días que pretenden ser un hito único en la vida de nuestras empresarias y directivas. Conoceremos a una emprendedora marroquí al final del viaje, con la que podremos disfrutar de una amplia charla con un buen té, Nayad es realmente una fuente de inspiración. Nos alojaremos en el lodge que ella y su marido español, Juan Antonio, han levantado con mucho esfuerzo, sobreponiéndose a la adversidad. Seguro que tendremos muchas cosas que contar al finalizar este apasionante viaje.
De trenes por España: un viaje de gran lujo de norte a sur sobre raíles
Cuando en el último artículo reflexionaba sobre la maravilla que es viajar por la India en alguno de los trenes de lujo turísticos que hay, caí en la cuenta de lo poco que se habla de los trenes similares que tenemos en España. Todos tenemos en la mente el famoso Orient Express, el primer tren de larga distancia que cubría la ruta París-Estambul y considerado uno de los trenes más lujosos, un verdadero icono, seguramente acrecentado por la novela de la escritora británica Agatha Christie en 1934 Asesinato en el Orient Express. Pero, mientras aquel tren transportaba pasajeros desde una ciudad a otra, los trenes de los que voy a hablar realizan rutas que nos permiten adentrarnos en territorios de España. Se trata de verdaderos cruceros sobre ruedas, que combinan perfectamente la función de hotel con la de ruta turística. El itinerario del Al Ándalus En España hemos creado nuestros propios itinerarios con unos trenes que tienen prestigio internacional. Utilizando vagones de época, utilizados por la monarquía inglesa en sus viajes a Francia, se puso en marcha el tren Al Ándalus, un producto de lujo para recorrer una parte de Andalucía y que está integrado por 14 coches vagones para un máximo de 74 personas. El recorrido, el servicio, la gastronomía, la conexión en cada parada con la posibilidad de disfrutar de lo auténticamente local, las visitas, la comodidad de llevar el equipaje contigo cambiando de ciudad en ciudad sin tener que deshacer maletas… Un sinfín de detalles, todos ellos muy cuidados. De ellos, siete vagones están destinados a las habitaciones, y de ellos cinco son originales de Wagon-Lits, del año 1929 y que han sido totalmente renovados. El itinerario muy estudiado, hasta el último detalle: desde Sevilla a Jerez, disfrutando de la ciudad, visitando Cádiz, disfrutando de las bodegas del vino de Jerez, de los caballos andaluces, de ahí a Ronda, uno de los preciosos pueblos de la ruta de los Pueblos Blancos, luego a Córdoba, su mezquita, las ciudades de Úbeda y Baeza, Granada, su Alhambra y, finalmente Málaga. Un recorrido entrañable, con una cuidada gastronomía y visitas significativas. Transcantábrico Algo similar ocurre en el norte, desde San Sebastián hasta Santiago de Compostela, con el tren Transcantábrico. Se trata del primer tren turístico del país, y que siempre ha estado entre los mejores del mundo, porque es una auténtica joya. Hay que ver como sus históricos vagones han sido transformados en un hotel de lujo, cuidando todos los detalles. De hecho, es considerado un tren de gran lujo, con 14 magníficas suites, una atención muy personalizada y alta cocina. Como veis, los pasajeros son pocos, se trata de un viaje muy exclusivo, íntimo, reducido. Cuatro vagones están convertidos en salones, el Salón de Té, el coche panorama y el salón de entretenimiento. Todo a vuestra disposición, pensado para que disfrutéis del entretenimiento a bordo o de la belleza del paisaje. Por supuesto, hay un vagón restaurante, elegante y con una cuidada gastronomía. Y la ruta por la cornisa cantábrica es una verdadera delicia empezando por San Sebastián, Bilbao, visitando el sorprendente museo Guggenheim, Santander, incluso con la posibilidad de asistir al Gran Casino, la localidad de Unquera, Potes, Comillas y Cabezón de la Sal. La visita a Santillana del Mar nos traslada a un casco histórico medieval muy bien conservado, las cuevas de Altamira, y luego entrar en tierras de Asturias por Llanes. El corazón del parque nacional de los Picos de Europa, el santuario de Covadonga, Oviedo, Gijón, Luarca… y entraremos en tierras gallegas por Ribadeo, con visitas bordeando la costa de Lugo, como la preciosa Playa de las Catedrales. Al final, A Coruña y Santiago de Compostela. Tren Costa Verde Express Y el tercer tren es el Tren Costa Verde Express, más moderno, pero con una elegancia tradicional, también hace su recorrido por el norte y un itinerario que permite adentrarse en lo más auténtico del País Vasco, Cantabria, Asturias y Galicia. Tiene más capacidad que el Transcantábrico, 23 habitaciones Gran Clase, aunque no llega al lujo de este, cuatro coches convertidos en elegantes salones para disfrutar del viaje, y las habitaciones son magníficas, íntimas, acogedoras, muy bien decoradas y totalmente revestidas por madera. Y, por las noches, el tren permanece estacionado para facilitar un mejor descanso. La forma en que estos trenes han sabido combinar el turismo, la gastronomía, lo local y la calidad del servicio es brillante.
Un día en Florencia: arquitectura, gastronomía, arte y mucha historia
08:30 horas en la Piazza della Repubblica, aquí está el Caffe Concerto Paszkowski, buen café, terraza acogedora, dulces, cruasanes…. Cojamos fuerzas para recorrer una ciudad sencillamente preciosa, centro de La Toscana, que llegó a ser capital de Italia en el siglo XIX, ciudad donde tuvo su origen, a partir de mediados del siglo XIV el movimiento reconocido como el Renacimiento, y que desde 1982 su centro histórico fue declarado Patrimonio de la Humanidad. Caminando tras el desayuno, apenas tres minutos, La Piazza del Duomo, el lugar donde empieza todo en Florencia, visualizo su impresionante catedral de Santa Maria del Fiore, un símbolo de la ciudad y del arte gótico. Un conjunto con el Campanile de Giotto y el Baptisterio de San Juan en el que vale la pena detenerse y recrearse con la belleza de su arquitectura, con cada rinconcito. A mí me impresionan sus puertas de bronce. Florencia, una ‘ciudad museo’ Andando, Florencia es para pasearla y saborearla, por la Via del Proconsolo, apenas 550 metros, se encuentra la Piazza della Signoria, la plaza central del poder civil de la ciudad, el corazón. Es de esos lugares para recorrer con la mirada, la historia que se concentra en esta plaza, en sus edificios (El Palacio Viejo, La Loggia dei Lanzi, ese pórtico repleto de obras de arte a modo de galería que se inició por la colección de los Médici, El Tribunal de las Mercancías, El Palacio Uguccioni…). Las impresionantes estatuas, en la calle, obras de Donatello, Miguel Ángel, Benvenuto Cellin, o Bartolomeo Ammannati, entre otros, han sobrecogido históricamente a todos aquellos que se han acercado a la plaza. Son un espectáculo para los sentidos. Sigo andando, pero me gusta bajar hacia el río por la Piazzale degli Uffizi por que sigo disfrutando del arte a ambos lados de la calle, para llegar en apenas cuatro minutos a una de las joyas de la ciudad, el Ponte Vecchio, un símbolo y uno de los pocos puentes habitados que existen. Se sospecha que su origen se remonta al año 150 a. C. El origen actual en piedra se remonta al entorno de 1340 y siempre ha tenido tiendas y actividad comercial, al parecer en el puente había exención de impuestos. Recorrer a pie este puente, asomarse a sus dos terrazas panorámicas, imaginar la historia que alberga y saber que fue el único puente que se salvó de ser destruido en la Segunda Guerra Mundial (¡afortunadamente!), es una sensación muy especial. Dónde comer en Florencia Es hora de comer y al ladito del puente en Via Lambertesca, 7 Rosso, está el restaurante Degusteria Italiana, elegante, decoración entrañable, cocina de la Toscana especializada en los quesos, la caza y las trufas y una amplia carta de vinos italianos. Es la parada obligatoria. Ahora sí, ya, cruzo por fin el Ponte Vecchio y estamos en la zona del ‘Oltrarno’, si la ciudad la dividiéramos en cuatro áreas, esta es la que está ‘al otro lado del Río Arno’ y tras cuatro minutos de paseo llego al Palazzo Pitti, y aunque su origen se debe al encargo que realizó el banquero Pitti, realmente su evolución y aspecto actual es obra de los Médicis. En su interior, la Galería Palatina cuenta con las colecciones de arte de los Médicis, de los Habsburgo-Lorena y la Galería de Arte Moderno. De hecho, es actualmente una de las más grandes galerías de arte de Florencia. Esta era una zona popular hasta la construcción del palacio y el traslado de los Médici a la zona, y permitió que la calle Maggio, que sube buscando el Ponte Santa Trinita, evolucionara con muchos e impresionantes palacios del siglo XVI cerca del Palazzo Pitti, así que para regresar a la zona centro voy a recorrer esta calle y cruzar el puente. Finalizando el día Es el puente arco elíptico más antiguo del mundo, reconstruido en varias ocasiones, mi objetivo es llegar a través de un paseo de unos 900 metros a la Piazza Della Repubblica (donde he empezado esta mañana), una plaza porticada en pleno centro histórico de la ciudad, desarrollada en el siglo XIX sobre un antiguo mercado. Regreso para disfrutar del mercato del Porcellino, el más turístico de la ciudad (de martes a sábado), un mercado integrado en sus soportales, divertido, donde encuentras de todo, productos artesanales, moda, recuerdos de arte… es el mejor para ‘patearlo’ con curiosidad. Al final, un breve paseo y mesa reservada en La Fettunta, un restaurante de cocina regional, con decoración en madera, ubicado en la Via dei Neri, 72r, para terminar el día sumergido en lo mejor de la pasta italiana. Un día para andar, disfrutar del arte, la historia, la arquitectura, la gastronomía y los mercadillos. Pero sabe a poco… la Toscana y Florencia merecen mucho más.
Los secretos de la India a bordo del lujoso tren Palace on Wheels
Pocos países del mundo suelen impactar más al viajero. Un territorio enorme (casi siete veces España) y el segundo más poblado del mundo, con sus 1.400 millones de habitantes. Para verlo con perspectiva, es más del doble de toda la población que vive en Europa. El 90% de los viajes se concentra en el norte del país. Tal vez, la zona donde uno encuentra lo más representativo de la India, desde nuestro punto de vista como puede ser Delhi, Jaipur, Agra, Udaipur… También es interesante el Ganges, a su paso por Benarés… De todas formas, cada rincón de la India es una experiencia sorprendente para el viajero, un contraste cultural, religioso, de modo de vida… de forma de sentir la vida, que suele ‘cortocircuitar’ al turista que es capaz de conectar con esa realidad. Pero sin pensar en el ‘dónde’ quiero hablaros del ‘cómo’, porque hay diferentes formas de viajar por la India, y esta que os propongo es una muy especial, con un encanto extraordinario y, sin embargo, ínfimamente utilizada por los españoles. La red de ferrocarriles indios es la cuarta más grande del mundo. Desde hace prácticamente 40 años han ido surgiendo trenes de lujo que realizan diferentes recorridos, que nos dan la oportunidad de, sin hacer y deshacer maletas, conocer la geografía y la cultura india. De hecho, tengo detectados siete trenes de lujo, donde tienes la posibilidad de sentirte casi como un miembro de la realeza debido a las comodidades que alberga y al servicio que ofrece. Se trata de una experiencia extraordinaria, los más famosos son: Maharajas Express, Palace On Wheels, The Deccan Odyssey, Golden Chariot y Royal Rajasthan on Wheels. Rajasthan a bordo del Palace on Wheels El Palace on Wheels comenzó su viaje en 1982. Un total de 14 vagones de lujo que fueron diseñados inspirándose en los vagones personales de los Maharajás de Rajputana y Nizams de Hyderabad y Gujarat. Todos los servicios que podamos necesitar, deliciosas habitaciones maravillosamente decoradas para sentir cómo viaja la realeza (motivo para el que fue creado el tren), con aire acondicionado, música, baño, además de otras instalaciones para disfrutar del viaje como bar salón, biblioteca, dos restaurantes, The Maharaja y The Maharani, que rezuman en su ambiente la arquitectura del Rajasthan. Una deliciosa comida india, Rajasthani, Continental y China. A esta calidad de servicio, de confort y de comodidad –con posibilidad de moverse de un lugar a otro sin rehacer el equipaje en cada momento– recuerda mucho a la experiencia de un crucero, las distancias no son muy largas y hay tiempo suficiente para disfrutar de cada escala. El corazón de la India sobre raíles Un recorrido de ocho días saliendo desde Delhi, y atravesando los lugares reales del Rajasthan (Agra, Jaipur, Jaisalmer, Jodhpur, Sawai Madhopur, Udaipur y Bharatpur). Por supuesto, la parada en Agra para visitar el Taj Mahal –del que hay poco que comentar por ser mundialmente conocido– y Fatehpur Sikri. Esta ciudad, levantada por el emperador Mogol Akbar, y situada a unos 35 km de Agra, fue la capital del imperio Mogol, y se trata de una ciudad preciosa amurallada, y aunque fue saqueada y robada por su abandono, conserva perfectamente una arquitectura que combina los estilos hindú e islámico. Udaipur, al sur del Rajastán, es otro ejemplo interesante, la ciudad de los lagos, o como algunos la denominan ‘la Venecia del este’, donde la visita del islote Jag Niwas, en el que se ubica el Palacio Real de verano es una delicia –hoy alberga un lujoso hotel–. O Jaipur, una ciudad que fue construida con estuco rosado para darle un parecido a la arenisca, y para una visita en 1905 del príncipe de Gales, se decidió volver a pintar la ciudad de color rosa, y eso le ha mantenido un encanto muy especial a la ciudad, que trasmite hospitalidad. Una de las ciudades con más historia de la India, donde el Palacio Hawa Mahal, construido en arenisca roja y rosa, y sus 953 pequeñas ventanas a través de las que circulaba el viento terminaron dándole el nombre de ‘palacio del viento’. Cada tren tiene sus recorridos, pero en cualquiera de ellos se saborea de una forma muy particular el viaje por la India. Sin embargo, a penas conozco españoles que los hayan utilizado, ¿no lo habremos comunicado adecuadamente?
Exploramos la belleza única del mágico Monte Saint-Michel en Francia
Si su origen parece mágico, su desarrollo es sencillamente impresionante y supera con creces la magia de su origen. Se dice que el Arcángel Miguel le pidió al Obispo de Avranches, Saint Aubert, que construyese una iglesia en aquel montículo conocido con anterioridad como ‘Monte Tumba’. Y así fue, edificó una primera iglesia en el año 709, posteriormente el establecimiento de una comunidad de Benedictinos en el peñón y ocho siglos sin parar de construir y crecer convirtieron al Monte Saint-Michel en lo que es hoy. En el siglo XIII las continuas luchas entre bretones, normandos e ingleses conllevaron a que el lugar fuera fortificado. Este lugar, realmente único por su ubicación, su construcción y su historia, se transforma en un lugar de visitas de ámbito internacional a partir de la segunda mitad del siglo XX. En la actualidad, la cifra de turistas supera los 3,2 millones anualmente. Se trata de un pueblo construido sobre una pequeña isla rocosa en el centro de un estuario, rodeado por el Atlántico, donde las subidas y bajadas de las mareas lo convierten en un lugar inexpugnable. Desde 1979 esta en la lista de patrimonio de la humanidad de la Unesco. Su arquitectura es realmente sorprendente, cada edificio está individualmente clasificado como monumento histórico. Al recorrer su interior no dejo de imaginar lo que supuso cada avance en la construcción. Qué ver en el Monte Saint-Michel Realizamos una visita no solo por la parte del pueblo, sino también por lo que es la Abadía, y en ese recorrido vamos viendo cómo se fue ampliando. Recorremos los cimientos, las bases sobre las que se asienta la Abadia, los pilares que la sustentan… Podemos ver y recorrer cada espacio, cada ampliación, cada nueva sala, mientras vamos entendiendo sus usos y porqué fueron construidas. Me parece un lugar ‘sublime’ dentro de las visitas en Francia. He tenido la suerte de volver ahora en el año 2023 y han mejorado muchísimos aspectos. Se ha creado un enorme parking exterior conectado con unos ‘vehículos lanzadera’ que hacen constantes viajes desde el parking hasta la entrada del recinto (no tienes que esperar más de 5 o 10 minutos), se ha construido una enorme pasarela puente para personas y vehículos, lo que permite poder utilizar la zona de aparcamiento alejada de la belleza y el paisaje del entorno del Monte, protegiendo muchísimo más el lugar. Realmente tengo que felicitarles por el buen desarrollo que han hecho en los accesos, que creo que datan de 2014. En el propio interior de la fortificación del Monte Saint-Michel hay hoteles, restaurantes, terrazas para tomar algo, tiendas… Lo que constituía el propio pueblo sufrió una transformación radical adaptándose al turismo. Toda la Bahía del Monte Saint-Michel está considerada como Grand site de France, un distintivo oficial francés que otorga el Ministerio de Ecología, Desarrollo sostenible y Energía cuyo objetivo es promover la buena conservación y mejora de los espacios protegidos del país de gran notoriedad. Actualmente, son 40 los espacios con esta distinción en Francia. Pueblos de cuento e intensos paisajes Cerca, a escasos kilómetros, te recomiendo disfrutar de la gastronomía en el Auberge Sauvage, no sólo por la naturalidad de sus productos, muchos de ellos de su propio huerto, sino por la belleza del lugar, un antiguo presbiterio del siglo XVI, convertido en un agradable restaurante. Aprovechar un viaje para recorrer las zonas de Normandía y Bretaña, e incluir la visita a este lugar, me parece una idea excepcional. Preciosas construcciones con encanto, pueblecitos de cuento, paisajes intensamente verdes, castillos medievales, la población corsaria de Saint Malo, o visitar el castillo mas grande de toda Bretaña en Fougères (de verdad que es espectacular). Recorrer la villa medieval de Dinan, con un casco medieval precioso, donde ver alrededor de unas 130 casas de entramado de madera, sobre un puerto fluvial… ¡es como estar en un cuento! O visitar las archiconocidas playas del desembarco de Normandía, donde todavía puedes ver algunos de los muelles artificiales que se prepararon para el desembarco. Honfleur, un encantador pueblo sobre la parte sur del estuario del río Sena, donde sólo la visita de Le Vieux Bassin ya justifica todo, sus callejuelas llenas de casas muy coloridas… El Monte Saint-Michel es la escusa perfecta. El entorno nos permite disfrutar de unos días de visitas inolvidables.
Destinos: Descubrimos las playas, templos, dioses y paisajes de Bali
Nusa Dua es uno de esos lugares donde la paz y el relax son sencillamente exquisitos. Aunque es, posiblemente, la zona turística más desarrollada de Bali, la calidad de la playa y la de los establecimientos hoteleros que hay en ella son simplemente espectaculares. Me gustan especialmente aquellos que se entroncan con la arquitectura local y con el paisaje, poderme levantar y pasear por la playa, tenerla muy accesible. Por la mañana había reservado mi mesa para comer en Kayuputi, el restaurante que el St. Regis Bali Resort tiene mirando al mar. Un lugar cuya ubicación es inmejorable, y del que tenía referencias por la combinación que hacen en su comida a la hora de fusionar Oriente y Occidente. El St. Regis es un pequeño paraíso construido siempre mirando al mar y decorado con los criterios de la cultura y el diseño local, uno de mis preferidos. Alojarse en él es una delicia. Bali es, sin lugar a dudas, la isla más visitada de Indonesia y, para nosotros, los españoles, un destino deseado. Creo, si no recuerdo mal, que fue el viaje de novios de Chábeli Iglesias quien la puso de moda en España. Como ha ocurrido en otros tantos destinos, la visita de una persona emblemática y pública, lanzaba el destino y media España quería ir. De todas formas, la isla sí tiene un encanto especial, tal vez por su mayoría hindú, que le ha dado un encanto con sus templos y arquitectura, junto a un verde permanente y muchas playas preciosas, serenas y acogedoras. ¿Cuáles son las mejores playas de Bali? No estamos muy lejos de Seminyak, la playa con mejor ambiente nocturno. Ideal para bailar un rato, recostarse sobre unos acogedores pufs en la arena, disfrutar de un cóctel o de una copa. Anímate, algo más de 25 minutos y todo cambia. Algo más alejada, a una hora y media, más o menos, se encuentra otra playa preciosa, White Sand Beach, con buen ambiente, infraestructuras adecuadas (porque hay warungs, que son restaurantes locales, con comida típica de Indonesia y a precios muy asequibles). A unos 40 minutos encontramos Padang Padang, otra formidable playa. La experiencia en Bali es acogedora, atentos, serviciales y la combinación de playas, templos y paisaje (verde en todas sus tonalidades, por ejemplo las terrazas de plantaciones de arroz). A la que yo añado algunos chiringuitos de playa y diferentes zonas con un ambiente nocturno fantástico, son la esencia de un viaje a Bali. Todo está relativamente cercano, teniendo en cuenta que en alguna ocasión las carreteras y el tráfico hacen que me lo tenga que tomar con paciencia. También es muy divertido alquilar una moto, te da facilidad para moverte, aparcar… y todo el mundo la usa. Dos templos para visitar en Bali Desde mi punto de vista, lo ideal es combinar estos desplazamientos a playas con las visitas a los templos de su entorno. Cada uno con su encanto. Por ejemplo, el de Tanah Lot está construido sobre un islote rocoso dentro del mar, digno de postal y lógicamente dedicado al dios del Mar. Cuando la marea está baja nos podemos acercar a él por la playa y si además lo haces coincidir con la puesta de sol tienes una imagen emblemática. O el Templo Luhur Uluwatu, sobre un acantilado. Es precioso y con unas vistas únicas. Tenía muchas ganas de verlo con mis propios ojos. Aquí vienen muchísimas personas para asistir al atardecer sobre el océano Índico. Está justo en el lado contrario de la isla, a 40 minutos del hotel que hemos elegido (todo está cerca y fácil). Qué ver en Ubud Y a esta experiencia magnífica que es Bali, debemos añadir la visita a una localidad clave para vivir una inmersión en la isla. Se trata de Ubud, una brutal mezcla entre la tradición y la actualidad. Llegar atravesando las terrazas de arroz (el pueblo está rodeado de pequeños campos de arrozales); que tantas veces hemos visto en imágenes de Bali, recorrer sus calles, sus mercados, detenernos en cualquiera de sus cafeterías y dejarse absorber por el ambiente es toda una experiencia. Es realmente un centro cultural y artístico (buscad su historia y lo entenderéis mejor). Recorred la calle Jalan Raya Ubud o visitad el Palacio Puri Saren Agung (con unos jardines donde las danzas se han hecho reconocidas) y además fue uno de los primeros hoteles desde 1930. Alrededor también se encuentra la famosa reserva natural de monos (¡cientos!). Todo ello en un entorno repleto de bosques, ríos y bellos paisajes. Bali es realmente un lugar encantador, lleno de sensaciones. Conoce todos los destinos que Economía 3 te propone para este verano.
Destinos: Moldavia, la bodega más grande del mundo
Ubicado entre Rumania y Ucrania, con un futuro incierto en la situación actual y algo mas de 2,5 millones de habitantes, Moldavia tiene un tesoro para el visitante y el amante del enoturismo, que, además, es una preciosidad. Hemos aterrizado en Chisináu, su capital, un territorio muy poco frecuentado por turistas, en un país inmensamente rural y con un desarrollo arquitectónico soviético que no brilla por su vistosidad. Todo lo contrario, la ciudad fue totalmente destrozada por un terremoto en 1940 y los bombardeos durante la Segunda Guerra Mundial. Sin embargo, es una ciudad agradable con grandes parques, cafés, bodegas… y allá que nos vamos a adentrar. El gran destino vinícola Me encantan los viajes que tienen un motivo gastronómico o enológico, una tendencia de la que cada vez disfrutamos más al viajar. No obstante, nadie piensa en Moldavia como un destino de enoturismo pese a la inmensa extensión de viñedos que la ha convertido para muchos en el gran destino vinícola de Europa. Dicen que Yuri Gagarin, el cosmonauta soviético y primer hombre en el espacio, entró en la Bodega Cricova en 1966 y tardó en salir dos días. Angela Merkel también suele centrar sus visitas en Cricova, y hasta la Reina Isabel tiene aquí su vino favorito: Negru de Purcari. Entrada de la Bodega Cricova. Salgo de la capital y viajo hacia el suroeste. Apenas a 17 kilómetros se encuentra Milestii Mici, una bodega considerada la más grande del mundo y digna de merecer un viaje, ya que cuenta con mas de 200 kilómetros de barricas y botellas. Un lugar con las condiciones perfectas para conservar el vino: en su origen fue una mina de piedra caliza, con una profundidad que vas desde los 30 a los 85 metros, una temperatura media entre los 12 y los 14 grados, y una humedad entre el 85% y el 90%. Un laberinto gigantesco que ha obligado a dar nombre a cada calle. De hecho, al entrar nos dieron un mapa para evitar que nos perdiésemos. Milestii Mici, la bodega considerada la más grande del mundo. El recorrido es apasionante, pese a que sólo se puede visitar una parte. Se pueden emplear vehículos para recorrerla, ya que es sencillamente enorme y, al final la degustación, existe una sala especialmente acondicionada para ello. Un laberinto de túneles, pasadizos y mazmorras, todo convertido en una inmensa bodega. Si te animas a viajar el primer fin de semana de octubre podrás disfrutar del Festival Nacional del Vino. Bueno, bonito y barato Para el turista español es una oportunidad fantástica, ya que se trata de un país con una renta per cápita que ronda los 4.000 dólares, mientras que nuestra renta per cápita es del entorno a los 29.081 dólares, lo que significa que los costes de todos los servicios, alojamientos, restaurantes, son muchísimo más económicos. Región en la que se encuentra la bodega, en el río Dniéster. Es el paraíso vinícola. A 119 kilómetros viajando hacia el sureste, ya en la frontera con Ucrania, se encuentra la Bodega de Château Purcari. La más antigua del país, fundada en 1827 una región situada junto al río Dniéster, es un paisaje bucólico y un lugar ideal para probar su mítico vino «Negru de Purcari». Siviajamos a 48 kilómetros hacia el Este llegamos a las Bodega Castel Mini. Este es un lugar especial, porque el castillo que construyo Constantin Mimi es posiblemente una de las joyas arquitectónicas mas bonitas del mundo del vino. Una historia que se remonta a 1893 y un personaje que dedico su vida a vinificar el territorio. Si hubiéramos decidido viajar 70 kilómetros hacia el norte, nos encontraríamos con la Bodega Château Vartely. Si viajamos 32 kilómetros hacia el noroeste, la bodega Château Cojusna (Migdal-P)… y así podríamos continuar. Como ves, las distancias no son grandes y todo se encuentra en un radio de acción fácil de visitar. Podemos disfrutar durante unos días de un mundo donde el vino forma parte de la esencia de su vida y de su historia. Hay que disfrutar en la capital de la cadena de restaurantes La Placinte, combinar su carta con los vinos locales, disfrutar de su decoración moldava y probar el plato que da nombre a la cadena. Se trata de un pan frito relleno con queso casero, col, patatas, calabaza, y cualquier cosa que se les pueda ocurrir. La gastronomía es intensa, con mucho sabor. Si viajas en invierno es imprescindible pedir un Izvar, un vino tinto caliente (que recuerda al que nos dan en las pistas de ski) pero elaborado con pimienta negra y miel.
Destinos: Santiago de Chile, tras los pasos de Neruda en la capital
Pablo Neruda, un personaje muy interesante: senador, diplomático y Premio Nobel de Literatura en 1972 y uno de los más grandes poetas del siglo XX. Tomó la decisión de comprar un pequeño terreno con el fin de construir una casa en compañía de su amor secreto, la que fue su tercera mujer, Matilde Urrutia. El terreno se ubica a los pies del Cerro de San Cristóbal y la casa fue bautizada con el nombre de «la Chascona». En la actualidad es una casa museo cuyo fin es difundir la vida del poeta. Este es el barrio de Buenavista, en Santiago de chile, una zona ideal para salir a tomar una copa o cenar, lleno de locales, de vida, música, buen ambiente… No creo que Neruda lo conociera así. También hay galerías de arte, tiendas de artesanía y teatros, es la zona más bohemia de la ciudad. Me encanta venir a cenar aquí, y la verdad es que soy muy clásico: un buen ceviche y pisco sour (que aquí siempre te preguntan si chileno o peruano, pero en Perú nunca me preguntan lo mismo). El núcleo central es el Patio de Bellavista, sobre el que pivotan multitud de locales, tanto alrededor como en el interior. No se me ocurre recomendarte uno, paséalos todos, date una vuelta y entra en el que te parezca más adecuado para ti. Descubrir Santiago de Chile Santiago de Chile es una ciudad moderna, grande, fácil de transitar y con grandes contrastes. Desde la Dehesa hasta la Pintana, existen una multitud de barrios con grandes diferencias entre ellos, por eso vale la pena visitar varias zonas o la impresión que te llevarás de Santiago de chile será sesgada. Existen varias zonas que me gustan, como Providencia o el barrio Italia. Palacio de la Moneda, residencia presidencial. Una visita imprescindible, al menos por el valor histórico que tiene, es el Palacio de la Moneda -en el barrio Cívico-. Y es que aquí se encuentra la sede del presidente y es donde Salvador Allende murió en 1973, tras un golpe de estado que dio paso a una dictadura que duró 20 años. Mercado Central de Santiago de Chile. También es interesante el Mercado central, bullicioso y lleno de lugares para comer, aunque la intensidad de los olores no es bien llevada por muchos. Y ya que estamos por esta zona, hay que visitar la Plaza de Armas, el corazón histórico de la ciudad y que fue construida en la época colonial, así que presenta aquello que se consideraba importante en la época: correos, museo histórico nacional, el edifico de la municipalidad y la catedral metropolitana. Y una imagen de gran belleza que te llevarás en la mente es la «imponencia» de la cordillera que se vislumbra por detrás de la ciudad, la veo en estos momentos desde la ventana, enorme, nevada y parece una autentica postal. Viajar, conocer Chile Pero Santiago de Chile, aun siendo el corazón del país, donde viven en torno a 6 millones de habitantes de los 19 que tiene el país, no es representativo de todo cuanto Chile representa. Es un país francamente «largo» y fascinante debido a sus contrastes y riquezas, con 4.200 kilómetros de norte a sur. Si pensamos que de Valencia a Moscú hay 4.000 kilómetros, nos podemos hacer una idea. Y aquí viene lo difícil: realizar una visita de las 3 áreas más atractivas del país, en el norte el desierto de Atacama, en el sur los parques nacionales, glaciares, ríos, paisajes de ensueño, como el del parque nacional de las Torres del Paine, y en el océano la Isla de Pascua, “a cinco horas y media” en avión de Santiago. Así que recorrer el país es toda una proeza. Juan Manuel Baixauli comiendo en Aquí Jaime, en Concon. Si estas en Santiago de chile tendrás la tentación de visitar Valparaíso, pero desde luego mucho tiene que cambiar para que valga la pena, Tal vez algo mejor Viña del Mar, pero me parece un poco colapsado de edificios. Aunque, puestos a ir, si te desplazas un poco más por la costa hasta Concon, tienes que reservar mesa en Aquí Jaime, un atractivo restaurante sobre el mismo océano, que vale la pena.
Destinos: De cervezas por la historia de los pubs de Dublín
La ciudad de Dublín fue fundada en el año 841 como un enclave vikingo sobre la desembocadura del río Liffey. Durante el siglo XVII la ciudad vivió una rápida expansión, llegando a ser la segunda ciudad del imperio británico y la quinta más grande de Europa. Esta fue una época gloriosa para el desarrollo de su arquitectura, la cual coincide con el nacimiento de la cerveza Guinness, y del estreno del Mesías de Handel con coros de la Catedral de San Patricio y de la Catedral de la Santísima Trinidad. Pasada esta época de esplendor, Dublín fue cayendo en declive, quedando casi al margen de la revolución industrial y sufriendo diversas guerras que destrozaron la ciudad de una forma inimaginable. Tras la segunda guerra mundial, la ciudad quedó ajena a toda evolución, pero llegó el milagro económico de 1997, liderado por una estrategia de país y empresarial que han transformado no solo Dublín, sino toda Irlanda. Enormes inversiones y un desarrollo espectacular del comercio, la vivienda y el transporte, han transformado la ciudad en lo que es hoy. Tanto es así que muchas de las calles más populares mantienen el nombre del «pub» o del negocio que había allí antes de la reconstrucción. El origen de los pubs Es aquí cuando nos vamos a adentrar en los famosos pubs. ¿Qué tienen de singular? Son un lugar agradable donde tomar una cerveza con amigos, con nuestra pareja o disfrutar de un tiempo relajado. También podemos escuchar música en directo o seguir el deporte en directo. Y es que el pub forma parte indiscutible de la historia de Irlanda y los han exportando al mundo. Para descubrir el origen de estos establecimientos tenemos que remontarnos a los «public house«, espacios donde los trabajadores de una zona se podían reunir para charlar y beber después de largas y duras jornadas de trabajo. Estos se encontraban ubicados en almacenes de los comercios de la localidad y muchas veces también en las trastiendas, eran lugares casi secretos y ocultos. Tras la invasión inglesa en el siglo XI, la realidad es que los habitantes de Irlanda sufrieron muchas restricciones y se vieron privados de muchas cosas. Estos locales no es que fueran fábricas de bebidas, bien podían ser ferreterías, fábricas… lugares donde la policía no podía sospechar lo que ocurría. Es ahí donde los fabricantes de bebidas alcohólicas vieron la oportunidad de aprovechar este espacio con un ambiente interesante, naciendo el germen de los pubs posteriormente. Pasaron a ser lugares de reuniones clandestinas. Hoy el concepto de pub irlandés se ha expandido por el mundo, es fácil identificarlos. Así que nos venimos a la cuna de su nacimiento, de su origen, para disfrutarlos paseando por sus calles, escuchando su música en directo y disfrutando de una buena pinta de cerveza. ¿Qué pubs visitar? Si te animas puedes desplazarte al condado de Westmeath, a la población de Athlone, a orillas del río Shannon, porque allí se encuentra el Sean’s Bar, cuyo origen se remonta al siglo X y es el más viejo de las Islas Británicas. Pero nos vamos a centrar ahora en Dublín, aquí también tenemos The Brazen Head, que se remonta al siglo XII, el más antiguo de la ciudad. Los pubs forman parte de la historia de Irlanda, en ellos se organizó una resistencia contra el sometimiento al que estaban abocados. Hoy tremendamente populares, ya no solo van esos trabajadores originales, son visitados por todos, sin distinción de nivel social ni edad, y se han convertido en un espacio para charlar con los amigos y disfrutar del final de la jornada. Un momento para pasar un buen rato. Hoy, el Temple Bar es un barrio con calles peatonales adoquinadas al que un bar con casi 200 años, comprado por Williams Temple, dio la fama y el nombre. Está junto al río, repletos de pubs, música folk en directo, incluso sesiones de DJ, donde poder disfrutar de la auténtica comida irlandesa, tiendas de ropa y artesanía local. The Temple Bar, The Noserman, Paddy Mac’s, Badbobs, The Oliver St John… un barrio realmente especial, único, que bien merece la pena recorrer, y yo diría que beber y escuchar. Esto no quiere decir que no haya muchas más cosas que hacer en Dublín, desde visitar la fábrica Guiness (que recomiendo) o la catedral de San Patricio, pero en este viaje la clave era disfrutar de sus pubs.