Aprende a diseñar una buena tarjeta de visita

Aprende a diseñar una buena tarjeta de visita

A pesar de la utilización de internet y de la digitalización de muchos aspectos de la vida profesional, en el mundo profesional se siguen utilizando las tarjetas de visita, y cuando conocemos a alguien en una reunión, en un evento de networking o en otro tipo de encuentro profesional lo habitual es intercambiar tarjetas.

Las tarjetas de visita se siguen utilizando porque no son solo unas simples tarjetas, sino que son una oportunidad. Una oportunidad de contacto con un cliente, de tener un ingreso más o de que nos pongan en contacto con alguien con quien podemos colaborar.

Para diseñar una buena tarjeta simplemente es necesaria creatividad y sentido común. Lo aconsejable para lograr un resultado profesional es acudir a un diseñador gráfico, sobre todo cuando vamos a necesitar otros elementos como carpetas, folletos, carteles etc.

Sin embargo, no todos podemos permitirnos contratar a un diseñador gráfico, por eso hoy te damos algunos consejos para que puedas diseñar tu tarjeta de visita y que sea un éxito.

El contenido básico de la tarjeta de visita

Lo que siempre debe constar en la tarjeta de visita es el nombre de la empresa, nuestro nombre completo, el cargo, los datos de contacto (dirección, página web, correo electrónico) y el logo de la empresa. Este es el contenido mínimo, al que se pueden añadir otros datos como: dirección del perfil de Linkedin, una frase como slogan etc.

Los colores

Si tenemos unos colores corporativos en la tarjeta también se deben respetar, para tener una imagen que sea coherente. Se deben evitar colores demasiado estridentes o que haya demasiados colores. La sencillez es la pauta a seguir.

El tamaño de la tarjeta

Aunque parezca algo que no importa, el tamaño de la tarjeta de visita es importante. No debe ser ni muy grande ni muy pequeña, el tamaño habitual es del 5×9 cm. Si es demasiado grande y no cabe en un tarjetero puede que la persona que la reciba la tire sin más.

El material

El papel es el habitual, aunque hay diversas calidades. Elige una buena calidad para que la tarjeta no quede demasiado fina. Otra opción, con la que hay que tener cuidado, es la de utilizar otros materiales como la madera o el metal. Esto se puede hacer si tiene un sentido, por ejemplo, si eres carpintero o trabajas el metal, pero en otro caso es innecesario.

El reverso de la tarjeta

También es importante, y lo podemos utilizar para poner nuestro logo y un eslogan de la empresa que nos identifique. Debemos evitar igual que en el anverso, que haya demasiados colores o que sean muy estridentes porque puede denotar, en algunos casos, falta de profesionalidad.

Una vez que tengas tu modelo de tarjeta lo mejor es que no la cambies durante un tiempo para que reconozcan a la empresa por esa tarjeta. La renovación de las tarjetas puede acompañar a un cambio de rumbo en la empresa, un cambio de imagen o de sede o el inicio de un proyecto importante.

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