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Amortización: ¿Qué es y cuáles son los sistemas más comunes?

Amortización: ¿Qué es y cuáles son los sistemas más comunes?

El término «amortización» se refiere a dos situaciones posibles. En primer lugar, la amortización se utiliza para pagar la deuda mediante pagos regulares de capital e intereses durante un periodo de tiempo. Es decir, se utiliza para reducir el saldo actual de un préstamo mediante la realización de reembolsos, por ejemplo, una hipoteca o un préstamo para automóviles.

En segundo lugar, la amortización también puede referirse a la práctica de repartir los gastos de capital en activos intangibles, por razones contables y fiscales a lo largo de un periodo de tiempo. Este periodo de tiempo, generalmente, viene a ser la vida útil del activo.

¿Qué es la amortización?

La amortización es un método contable utilizado para reducir periódicamente el importe en libros de un préstamo o activo intangible durante un periodo de tiempo. En el caso de un préstamo, la amortización tiene por objeto repartir los pagos del préstamo a lo largo del tiempo. En el caso de un activo, la amortización es similar a la depreciación.

De manera que podemos entender la amortización como una depreciación. Que a su vez se puede definir como una disminución en el valor de un artículo durante un período de tiempo como resultado de su uso.

De la manera más simple posible, la amortización consiste en la disminución gradual en el valor de la propiedad debido al desgaste en un periodo de tiempo determinado.

¿Qué es el sistema de amortización francés?

El sistema de amortización francés es aquel por el cual el prestatario se compromete a pagar cuotas fijas periódicas, que incluyen capital e intereses. Estos costos se calculan de acuerdo con una regla financiera.

Gracias a este procedimiento de cálculo se obtiene una tasa de amortización constante en cada período. De esta forma, el monto de las cuotas siempre será el mismo si el préstamo se concedió a un tipo de interés fijo.

En el caso de una tasa de interés variable, esta se rige por un indicador, que normalmente es la tasa de referencia interbancaria de cada país. En este caso, las cuotas son constantes en los periodos de tiempo en los que este indicador no varía.

Amortización de inmovilizado

Antes de hablar de la amortización de inmovilizado, debemos dejar bien en claro, qué o cuáles son los inmovilizados de una empresa. Para efectos contables, el o los inmovilizados de una empresa, son todos aquellos activos que posee la empresa y que no pueden ser incluidos entre sus activos circulantes. Tal es el caso del inmovilizado material (bienes inmuebles, mobiliarios, maquinarias, etc.) y el inmovilizado inmaterial (fondo de comercio, gastos amortizables y créditos a largo plazo entre otros).

Partiendo de este conocimiento y sabiendo que la amortización es la reducción gradual en el valor de los bienes intangibles, podemos decir que: La amortización de inmovilizado consiste en ponderar el coste económico que tiene para una empresa la pérdida de valor de su activo inmovilizado, ya sea tangible (material) o intangible (inmaterial). Esto como consecuencia de su uso, obsolescencia técnica o el simple paso del tiempo.

¿Cómo se calcula la amortización?

El cálculo de la amortización es en verdad bastante sencillo, solo se debe dividir el valor de coste del activo que se quiere amortizar, entre el tiempo de vida útil estimado o el periodo de tiempo programado. Y se puede hacer mediante una simple fórmula matemática.

Amortización anual = Valor de compra del bien / Vida útil estimada o periodo de tiempo estimado

Aunque existen otros métodos de cálculo no lineales, que toman en cuenta diferentes variables aplicables a ciertos tipos de bienes, este es uno de los más utilizados.

¿Qué activos son amortizables?

Si nos ceñimos estrictamente a nuestro concepto de amortización detallado anteriormente, tendríamos que decir que solo son amortizables los activos intangibles o lo que es lo mismo, los inmovilizados inmateriales de una empresa.

Sin embargo, en algunos países, tenemos que, los activos amortizables, son todos aquellos activos cuyo valor disminuye con el tiempo, sin importar si son tangibles o intangibles. De manera que, para una gran parte del mundo, los activos amortizables son todos aquellos activos inmovilizados (no circulantes) de la empresa, bien sean materiales (tangibles) o inmateriales (intangibles).

Por ejemplo: bienes inmuebles como edificios y/o terrenos, maquinarias, mobiliarios, equipos informáticos, vehículos, etc. O también los denominados activos amortizables inmateriales, como son las aplicaciones informáticas, los gastos de instalación, los derechos de autor, los fondos de comercio, entre otros.

¿Se puede amortizar libremente un activo?

La ley 27/2014, de 27 de noviembre, del Impuesto sobre Sociedades, en su artículo 12.3 establece, cuáles son los casos en los que se puede hablar de libre amortización. Entre ellos:

  • Inmovilizado material o inmaterial e inversiones inmobiliarias utilizadas en las operaciones de las sociedades anónimas laborales y las sociedades de responsabilidad limitada laborales, adquirido dentro de los cinco primeros años tras la fecha de su clasificación.
  • Inmovilizado material e inmaterial, distinto de los edificios, utilizado para actividades de investigación y desarrollo. Los edificios, si se utilizan para actividades de investigación y desarrollo, pueden amortizarse linealmente durante un periodo de 10 años.
  • Gastos de investigación y desarrollo capitalizados como activos intangibles, excluyendo la amortización de los elementos que son libremente amortizables.
  • Los activos fijos materiales o inmateriales adquiridos durante los cinco primeros años tras el reconocimiento de la empresa prioritaria por entidades que pueden ser consideradas empresas prioritarias en virtud de lo dispuesto en la Ley 19/1995, de 4 de julio, de modernización de las empresas agrarias.
  • Los activos fijos nuevos cuyo valor unitario no exceda de 300 euros, hasta un máximo de 25.000 euros por período impositivo. Si el período impositivo es inferior a un año, el límite se calcula multiplicando 25 000 euros por la relación entre la duración del período impositivo y el número de años.

El importe utilizado para la deducción de la amortización reduce el valor del activo amortizable a efectos fiscales.

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