A Warren Buffet se le atribuye la frase «intento invertir en negocios tan buenos que hasta un idiota los pueda dirigir, porque tarde o temprano alguno lo hará».
¿Y cómo se consigue que un negocio sea tan bueno para que funcione sólo?
Nos encontramos en el ecuador de los 5 pilares para tener un negocio sólido.
- ¿Recuerdas el primer pilar? Era la planificación.
- El segundo puntal que sostiene la empresa es el análisis.
¿Adivinas el tercero?
Efectivamente: ¡Ponte en marcha! el tercer pilar es la acción.
El futuro no podemos predecirlo, ¡ojalá! Lo que sí podemos hacer es estar preparados para ello. El mejor modo de asegurar nuestra supervivencia es construyendo opcionalidad.
Y tener opciones es «estar en forma». Ante un desafío (como los datos macroeconómicos se empeñan en mostrar) hay que estar musculado, bien entrenado, tener un equipo capaz y estar preparado para «actuar» en diferentes escenarios. Para ello es importante tener buenos hábitos.
De nada sirven los dos primeros pilares, planificar y analizar, si después «das más vueltas que un cangrejo en una palangana» y no ves el momento de empezar.
Si quieres crecer y mejorar tu rentabilidad en un entorno complejo, ¡haz que ocurra!
El resultado depende de lo que tú haces (y hablo también de tu equipo), pero, ¡ojo!, no se trata sólo de acción sino de dirección.
Frecuentemente estamos muy ocupados haciendo lo que no hay que hacer. Llegas a casa, te desplomas en el sillón, resoplas y piensas: «no he parado en todo el día y no he hecho nada de lo que tenía previsto». ¿Te ha ocurrido?
No confundas actividad con productividad, porque moverse no significa avanzar.
- ¿En qué ocupas tu tiempo cada día?
- Lo que has hecho hoy, ¿te ha acercado al objetivo de Facturación/Rentabilidad? ¿Ha sido irrelevante para alcanzarlo?
- ¿Tienes detectadas cuáles son tus 10 principales pérdidas de tiempo?
El hábito es la repetición de un comportamiento y esa habilidad se desarrolla a base de… ¿lo adivinas? ¡Practicar, practicar y practicar!
- ¿Cómo debería de ser tu jornada ideal y la de tu equipo? Relaciona lo importante de la semana y el tiempo necesario (planificar, analizar, visitar clientes, seguimiento de propuestas, diseñar tu proceso comercial, etc.).
- Continúa la lista con otras acciones que son necesarias, aunque no te acercan al objetivo (reuniones, imprevistos, trabajo administrativo…)
- Suma todas las horas. ¡Seguro que te sobra tiempo! ¿Lo vemos juntos?
- A partir de aquí señala lo MÁS+ importante (para ti y tu equipo):
- ¿Cuántas visitas a clientes actuales hay que realizar diariamente? ¡Repártelas!
- ¿Cuántas visitas a clientes nuevos se deben hacer cada semana?
- ¿Cuánto tiempo hay que dedicar a planificar la semana y preparar esas visitas
- ¿Cuánto tiempo para prospectar nuevos clientes?
- ¿Cuál es el momento idóneo para preparar y enviar ofertas?
No se trata de saber lo que hay que hacer. El conocimiento sin acción es únicamente información.
¿Ya tienes la dirección? ¡Ponte en marcha! Mueve al equipo, haz lo que dices, predica con el ejemplo, decide que actitud hay que tener, aprendizaje que necesitan y ayúdales a creer que si quieren… ¡Pueden!
La diferencia entre un resultado ordinario y un resultado extraordinario está -precisamente- en ese extra.
Te espero el próximo jueves para descubrir el clave número cuatro: ¿Tienes que hacerlo sólo?
Hay empresas de otros sectores que han implantado estas CINCO claves y han dejado testimonio de sus resultados en LinkedIn.
Siempre es posible VENDER MÁS+ y ser más rentable ¿Hablamos?
Acerca del autor
Pedro Valladolid es mentor de empresarios, formador y escritor. Con 40 años de experiencia en gestión de empresas y equipos comerciales, con el propósito de guiar a propietarios de Pymes para multiplicar su rentabilidad y el valor de la empresa aplicando la Metodología ADN, CRECE® y VENDE®.