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Así es la empresa valenciana que ha acabado cotizando en Wall Street

No es casualidad, sino resultado de un trabajo bien hecho, de una proyección vertiginosa y de una relación ratificada a largo plazo, tras más de una década de colaboración.

Hace apenas cinco meses se anunciaba la fusión entre la empresa valenciana Viccarbe y Steelcase, líder mundial del sector de mobiliario de oficina.

Así es la empresa valenciana que ha acabado cotizando en Wall Street

No era una compra al uso, de un gigante norteamericano que absorbía una pequeña empresa de Beniparrell. Era y es un proyecto para crear juntos «una ambiciosa y disruptiva propuesta que lidere el sector del mobiliario colaborativo a nivel internacional», explica Víctor Carrasco Berlanga a Economía 3.

Su historia de éxito se remonta al año 2000 cuando este ingeniero en Diseño Industrial por la UPV, desarrolló como proyecto final de carrera el business plan de lo que sería Viccarbe –que por si no se han dado cuenta es la unión de su nombre y apellidos–. Siempre ha contado con el apoyo de Daniel Benedito y solo ocho años más tarde, ya recibían el prestigioso Premio Príncipe Felipe a la Excelencia Empresarial en diseño.

Con crecimientos en los últimos años superiores al 50%, esta empresa valenciana dedicada a la fabricación de mobiliario contemporáneo para espacios colaborativos y sociales,  ha amueblado a grandes multinacionales atraídas por su apuesta por la sostenibilidad, la calidad y el diseño. «Dimos un cambio estratégico en el desarrollo de producto y hemos ido acertando mucho en los últimos años», confiesa Carrasco que menciona desde Apple a Google, pasando por Coca-Cola, Disney, Microsoft o Inditex.

¿Cómo se llega a la adquisición?

Steelcase ya se encargaba desde hace más de una década de la distribución de sus productos en EEUU; pero reconoce Carrasco que no se había planteado nunca ninguna operación de M&A: «no estaba en nuestra hoja de ruta, ni con ellos ni con nadie».

Pero la pandemia cambió muchas cosas –en cuanto a comportamiento de usuarios– y abrió nuevas y crecientes oportunidades de negocio. «Fue entonces cuando Steelcase, que conocía nuestra evolución, nos hizo este planteamiento para integrarnos en el grupo. Quería incorporar de una manera más ambiciosa todo nuestro porfolio, y no solo en EEUU sino a escala mundial».

– ¿Cómo acogiste la propuesta?

– La verdad es que no tenía interiorizada la venta de la compañía como tal, no era ese mi planteamiento vital; pero sabía por otra parte que, Steelcase era el fabricante más grande del mundo en mobiliario de oficina; que está presente en todos los continentes a través de una red de 800 concesionarios y cotiza en la Bolsa de Nueva York con unos ingresos 3.400 millones de dólares. Sabernos integrados en un grupo así, era muy difícil de rechazar; porque que las acciones de una empresa de Beniparrell acaben cotizando en Wall Street era algo inimaginable.

– ¿Cómo se ha articulado la operación?

– El planteamiento ha sido muy interesante, no ha sido una venta como tal de la compañía. Es cierto, que Steelcase es el propietario de las acciones pero yo sigo siendo el propietario de las instalaciones y de los activos industriales, de la fábrica. Mi rol es el mismo; ningún directivo americano se ha trasladado a la planta.

Nuestro trabajo en el proyecto se firmó como un business as usual (el negocio como siempre); querían que siguiéramos manteniendo independencia absoluta dentro del grupo; aunque obviamente el negocio lo consolidemos en él. No tengo la sensación de que haya habido un cambio radical; aunque como digo, la titularidad de las acciones es de Steelcase. Es una integración muy beneficiosa para ambas partes.

Según el acuerdo Steelcase pagaría 30 millones en efectivo y 19 millones más en variable, si se alcanzan ciertos objetivos durante los próximos cinco años, ¿es así?

–  Sí, hay un segundo pago aplazado en función de unos objetivos que constan en el plan estratégico y son muy alcanzables. El acuerdo está cerrado a cinco años y habrá una segunda propuesta y planteamiento para seguir caminando juntos; la idea es que sigamos juntos mucho tiempo, que me jubile con ellos.

Todo el equipo estamos muy contentos, la robustez que ha dado a la compañía y el approach (enfoque) a nivel profesional es enorme, estamos aprendiendo mucho. Date cuenta que pasamos de ser una compañía de unas 80 personas a un grupo de 11.000, las sinergias son tremendas.

– ¿Qué es lo que más apreciaba Steelcase de Viccarbe?

– Nuestra capacidad de ‘leer el aire’, de entender el mercado y de acertar con nuestros planteamientos. Resultado de años de trabajo desarrollado junto a los diseñadores internacionales de mayor prestigio; como Patricia Urquiola, Jaime Hayon, Piero Lissoni, Jean-Marie Massaud, Lievore Altherr Molina…

Y por supuesto, nuestra rapidez. Ellos son muy fuertes, pero por el tamaño que tienen no son veloces y nosotros somos tremendamente ágiles; por tanto, estábamos llamados a caminar juntos para crear un modelo disruptivo dentro de un grupo con más de 110 años de historia.

También para ellos ha sido muy significativo este acuerdo, puesto que si te fijas en las empresas que han ido adquiriendo a lo largo de los años, todas son anglosajonas, principalmente americanas; por tanto, formar parte de un grupo así es para nosotros un orgullo.

– ¿Cómo encaja vuestro porfolio en esa demanda que coge impulso a raíz de la pandemia?

– Nosotros estamos especializados en lo que los americanos llaman ancillary, mobiliario colaborativo, transversal… que sirve para oficinas, hoteles, restaurantes, centros comerciales, hogar… Es verdad que históricamente nuestro mayor volumen de ventas ha ido al canal de oficinas pero nuestro mueble es muy transversal.

Y sobre todo, date cuenta que a raíz de la pandemia los puestos de trabajo cada vez son menos rígidos, más colaborativos, se precisan más espacios para reuniones… y por eso encajaba tan bien nuestro porfolio con Steelcase.

– ¿En qué fase estáis ahora?

– Ahora estamos en la fase de post-merger integration (PMI), es decir, estamos con toda la integración e iniciando la distribución a través de su red en los distintos países que lo venían solicitando como Japón, Australia, Malasia…  vamos abriendo plazas poco a poco.

– ¿Qué puede suponer este crecimiento en ventas?

– Estamos acabando de consolidar el ejercicio que ha acabado en febrero, y a falta del cierre, nos moveremos en unos 20 millones de euros. Pues bien, el proyecto pasa por multiplicar por tres las ventas en tres años. De hecho, si nuestro crecimiento anual venía siendo del 50%, estos dos meses: enero y febrero, ya hemos crecido hasta un 70%.

– ¿Y en plantilla y producción también hay crecimiento?

– Sí, estamos incrementando la plantilla con mucha velocidad. Pero también vamos a localizar parte de nuestra producción en EEUU e incluso Asia, por una cuestión de sostenibilidad (menor impacto medioambiental) y buscando acortar plazos de entrega al cliente.

Nuestra intención es fabricar en EEUU lo que se venda allí; en España lo que se venda en EMEA y Rusia e incluso; aunque aún no está sobre la mesa, llegar a fabricar en Asia lo que se distribuya allí. Lo bueno es que Steelcase tiene múltiples plantas repartidas por todo el mundo y será un paso relativamente sencillo.

– ¿Ha habido grandes incompatibilidades con vuestra red de distribución a raíz de la fusión?

– No, lo bueno es que han sido muy pocas. Es cierto que hemos tenido que dejar a algún competidor directo de Steelcase, pero han sido ajustes mínimos; se ha hecho una integración muy inteligente y muy suave, sin grandes cancelaciones. Viccarbe operará como una filial autónoma bajo su propia marca y continuará apoyando a sus distribuidores y clientes en todo el mundo.

– ¿En qué proyectos estáis trabajando ahora?

– Nos interesa mucho analizar cómo evolucionan los comportamientos humanos –la interrelación de las personas– y cómo conseguir que nuestro mobiliario provoque y permita una mayor colaboración entre los equipos; mayor fluidez de ideas y contenidos entre los distintos departamentos… algo que se traduce directamente en mayor productividad para las compañías. Además sabiendo que precisamos de lugares de trabajo mucho más amables; espacios que favorezcan la creatividad… Queremos hacer un mobiliario más cómodo, más confortable y más colaborativo.

– ¿Podrías contarnos algún caso de éxito con vuestros clientes además de los que hemos mencionado?

– Acabamos de terminar las oficinas de Dior en Shanghai , que ha sido un proyecto precioso; y vamos a empezar con un proyecto en Norteamérica muy relevante con Warner, ha sido una grandísima sorpresa ganar este proyecto ya con Steelcase.

Y como comentaba antes tenemos proyectos con grandes multinacionales como Apple, que es uno de nuestros mejores clientes, y cuentan con nosotros no solo en EEUU, sino en las oficinas que tienen alrededor del mundo.

Además estamos muy enfocados a todo el tema de universidades: ya trabajamos con el MIT, con Harvard… creemos que es un nicho que va crecer mucho y donde hay mucho campo para explorar; porque las universidades no dejan de competir entre sí para captar el talento del estudiantado.

– ¿Qué hitos tenéis por delante?

– Estamos muy enfocados a la sostenibilidad. Steelcase siempre ha sido un referente en el sector; el número uno en sostenibilidad. Cuando hace años nadie hablaba de sostenibilidad, ellos ya la contemplaban como una prioridad; y precisamente, es una de las cosas que más les gustaba de Viccarbe.  Nosotros también la teníamos muy interiorizada. De hecho, desde que pusimos en marcha la compañía trabajamos por implantar la ISO 14001.

Pues bien, dentro de esa estrategia global hemos firmado un acuerdo con la firma de moda sostenible Ecoalf, y fruto de esta colaboración que es muy amplia, ya hemos desarrollado por ejemplo, el sofá Savina –bautizado con el mismo nombre que el puerto del Formentera–. Gracias a la tecnología aportada por Ecoalf –de espuma reciclada de colchón– hemos creado un producto muy competitivo y con mucho trasfondo. La idea es lanzar en nuestras colecciones, la versión de producto Ecoalf. Es por tanto, un proyecto de colaboración a largo plazo.

Creo que en nuestra industria hay mucho greenwashing o ecopostureo pero en realidad se necesita mucho know how y tecnología, además de saber que todo lo que es producto reciclado tiene un coste mayor, pero unas ventajas añadidas.

No hay mañana en la que no me despierte cuestionando qué puedo hacer mejor y diferente. Por ello no podíamos haber escogido un mejor socio que Steelcase para que Viccarbe alcance el máximo nivel.

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