Viernes, 19 de Abril de 2024
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El estigma de la energía nuclear: ¿puede ser una buena alternativa?

El estigma de la energía nuclear: ¿puede ser una buena alternativa?

La subida del precio de la energía se está convirtiendo en una cuestión preocupante. El precio de la factura no solo afecta a la economía doméstica, sino que está comenzando a poner en jaque a diversos sectores de la industria. La situación obliga a repensar los modelos actuales, pero también a tener en cuenta otras alternativas energéticas no tan novedosas. Es el caso, por ejemplo, de la energía nuclear. ¿Qué papel podría tener esta como alternativa energética para abaratar la factura?

En busca de precios más estables y económicos

Según datos de la Asociación de Municipios de Áreas con Centrales Nucleares (Amac), actualmente en España el 20 % de la energía que consumimos es de generación nuclear. En países como Francia, este porcentaje se eleva a prácticamente el 80 %. Juan Pedro Sánchez, presidente de Amac, asegura en declaraciones a este medio que está convencido de que «si el porcentaje fuese mayor, los precios serían mucho más estables y económicos de lo que son ahora y de lo que serán en un futuro«.

No obstante, Sánchez aclara que este tipo de energía es «totalmente complementaria con las renovables«. «Lo que tenemos que entender es que estar a favor de una energía no quiere decir que estemos en contra de otra. Son perfectamente complementarias y necesarias. Es bueno que convivan en un mix energético todas ellas«, expresa.

Y esto ocurre en un momento en el que el gas cuenta con precios de salida excesivos. A este respecto el presidente aduce que «si tienes una dependencia excesiva del gas como ocurre actualmente, tienes que comprar a terceros países. Además, son países políticamente bastante inestables como es el caso de Argelia o Rusia. Por eso, ocurre lo que nos está pasando ahora«. Su solución, por tanto, es clara: «Creo que lo bueno precisamente es diversificar la procedencia de las energías para no tener la dependencia exclusiva de una de ellas«.

Juan Pedro Sánchez, presidente de Amac

Juan Pedro Sánchez, presidente de Amac

Energía nuclear: ventajas e inconvenientes

Según indica Sánchez, las centrales nucleares son capaces de aportar «una energía limpia«. Y justifica que no tiene emisiones de CO2. Además, la energía que produce es «a unos precios razonables, más económicos, sobre todo con lo que se está manejando actualmente«.

Y añade: «Es una unidad que puede producir energía las 24 horas del día, los 365 días del año. Las eólicas dependen, por ejemplo, del tiempo que haga, del viento. Por las noches, no generan tampoco electricidad. En el caso de la hidráulica, en España, tenemos las aguas que tenemos, con lo cual tampoco es suficiente. Creo que lo inteligente es apostar por un mix de todas las energías. Todas tienen sus beneficios y su lado no tan bueno«.

En este «lado no tan bueno» entraría un hándicap tan relevante como es la gestión del residuo radioactivo. A este respecto, desde Amac se quejan de que su opinión es «ignorada» por el Gobierno y la Administración pública.

Y pone como ejemplo: «Hace poco nos enteramos por los medios de comunicación de que se iban a hacer cuatro nuevos almacenes nucleares en instalaciones españolas. Una licitación de más de 220 millones de euros. Durante muchos años estos municipios han facilitado que se generara gran cantidad de la electricidad que se ha consumido en España. Creo que merecen ser tenidos en cuenta a la hora de hacer unos planes estratégicos en cuanto a la gestión del residuo radioactivo«.

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Los retos de la energía nuclear para sobrevivir

Es un hecho que la energía nuclear se considera peligrosa y contaminante. Esta «estigmatización» es uno de los objetivos incluidos en la agenda de la asociación de municipios. El motivo de esto, según explican, es que la sociedad «no está lo suficientemente informada«.

«Todavía hay personas que cuando pasan por delante de una central y ven ese humo que echan las torres, se creen que son emisiones de CO2 y, en realidad, es vapor de agua. Algo inocuo e inofensivo«, ejemplifica.

Además, Sánchez pone sobre la mesa que los planes energéticos «no se pueden llevar a cabo a corto o medio plazo«. En su opinión, el sector, junto con todos los estamentos políticos, debería pactar unos planes energéticos a medio y largo plazo. Y, lo más importante, que no estuvieran supeditado a cuestiones coyunturales como el precio del gas. «Todo tipo de energía necesita de una seguridad jurídica importante para hacer inversiones. Es fundamental garantizarles que no va a haber cambios en la legislación«, afirma.

Otro de los «efectos devastadores» que podrían darse si el horizonte de cierre de centrales se hiciera realidad es el impacto en la economía de los municipios adyacentes.  «Las centrales que se instalaron en los años 60 y 70 están en zonas muy poco pobladas. Con pocas oportunidades de desarrollo y la central nuclear siempre ha sido el motor de todas esta zonas. Si se anticipase el cierre, habría problemas de empleo, ya que se verían mermadas las oportunidades industriales y de desarrollo«, explica.

¿Y una empresa pública de energía? Sánchez lo tiene claro: «No soy partidario de las empresas públicas de energía. Creo que cuanto menor intervencionismo del Estado en los sectores estratégicos mejor. Además, tenemos la experiencia de algunas ciudades donde se han apostado por empresas públicas de este tipo como Barcelona y Cádiz. Y los resultados no han sido demasiado buenos. Los precios de la energía son prácticamente como los del resto«.

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