Carmen Martínez Ramírez, alcaldesa de Quart de Poblet

«Con demasiada frecuencia debemos elegir entre ser madres y nuestras profesiones»

-¿Piensa que ha aumentado la presencia de la mujer en puestos de representación de las entidades locales? ¿En qué áreas su presencia sigue siendo mayoritaria y en cuáles no?

-Es una evidencia incontestable que así ha sido. Por poner un ejemplo más allá de las estadísticas, cuando yo entré hace más de 30 años como concejala en el Ayuntamiento de Quart de Poblet, solo éramos dos mujeres en la Corporación; ahora somos 9.

Es verdad que la tendencia durante mucho tiempo es que las mujeres asumiéramos la dirección en áreas muy concretas como la sanidad, la educación, los servicios sociales o la cultura, curiosamente siempre en áreas relacionadas con el cuidado. Sin embargo, ya es más habitual encontrar mujeres en otros ámbitos como la economía, la ciencia o incluso la defensa.

De todas formas, queda mucho camino por hacer en este sentido. Los estereotipos de género no están en absoluto superados y es necesaria mucha pedagogía para que las niñas de hoy en día se desvinculen de los roles preestablecido y elijan sin condicionantes sus preferencias. Hay que implantar políticas que les acerquen a la ciencia, a los videojuegos, a la tecnología…y difundir referentes. Ya se trabaja en este sentido desde muchas instituciones, pero un cambio tan grande lleva tiempo.

-¿Piensa que existen diferencias entre la Administración pública y la empresa privada a la hora de incorporación de la mujer a puestos de responsabilidad? ¿En su opinión, quién lleva la delantera?

-Es difícil contestar a esa pregunta. Es muy frecuente el argumento de que la brecha salarial no existe en la administración porque en principio, el acceso a cualquier puesto de trabajo sea o no sea de dirección, se basa en los principios de mérito y capacidad. Pero la realidad es que las mujeres tenemos más dificultad para acceder a puestos de responsabilidad, tanto en la administración pública como en la empresa privada.

Y esto no es porque estemos peor preparadas. Con demasiada frecuencia debemos elegir entre ser madres y desarrollar nuestras carreras profesionales con plenitud. Los impases que inevitablemente se producen durante la gestación, la falta de medidas eficaces de conciliación y la ausencia de una conciencia social real del concepto de corresponsabilidad nos sitúan en segundo plano a la hora de concursar a puestos de dirección.

Y estas diferencias son comunes en el ámbito público y en el privado, por eso son tan necesarias las leyes de igualdad. Pero hay que ser más exigentes en su cumplimiento e implantar sanciones a quienes no sigan las normas. No basta con meras recomendaciones…hay que seguir haciendo pedagogía para que un día estas leyes no sean necesarias, pero hoy en día, la igualdad debe ir respaldada por normas específicas que obliguen a las empresas y a las administraciones a proceder de manera igualitaria.

-¿Considera que hay que buscar la paridad en las entidades y organizaciones o cree que no debería forzarse?

-No se trata de forzar nada…en todos los ámbitos hay mujeres preparadas y al mismo nivel que sus compañeros hombres. En un mundo ideal no habría nada que “forzar” como usted dice, pero lamentablemente, hoy en día, los roles de género están muy instalados en nuestra sociedad, e incluso las personas que no se consideran machistas tiene comportamientos estereotipados. Y estas son las actitudes más peligrosas porque pasan desapercibidas y blanquean las discriminaciones.

El argumento de que la paridad perjudica a la excelencia es machista, sin más. Somos la mitad de la población, somos el género con mayor presencia en las universidades, y cuando nos han dejado, las mujeres hemos demostrado sobradamente nuestra capacidad en absolutamente todos los ámbitos, pero curiosamente nuestra presencia, por ejemplo, en la presidencia de las empresas que forman parte del IBEX-35 es prácticamente anecdótica.

Sin embargo, me gustaría acabar con un mensaje de optimismo. Hemos avanzado mucho desde la aprobación de la Ley de igualdad del presidente José Luis Rodríguez Zapatero. En ella se recomendaba que el 40% de los consejos de administración de las grandes empresas estuviera formados por mujeres.

En 2020, el porcentaje de mujeres asesoras y miembros de los consejos de administración ha ido en aumento hasta situarse en torno al 30%. Una cifra muy superior al escaso 11% de hace 10 años, pero todavía insuficiente. Si miramos la vista atrás hoy estaríamos en condiciones de afirmar que esa recomendación de la ley de 2007 debería haber sido una obligación, porque la inercia de toda una historia es bastante más lenta que la necesidad de transformación que tenemos como sociedad.


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