Las necesidades de inversión en infraestructuras para la próxima década serán de cerca de 18.300 millones de inversión media anual para el conjunto del Estado, de los que alrededor de 2.100 millones deberían recalar por año en la Comunitat Valenciana, repartidos de la siguiente manera: 170 en aeropuertos; 790 en carreteras; 420 en ciclo del agua; 435 en ferrocarriles; 235 en puertos y 108 en transporte público urbano. En el conjunto del Estado se está invirtiendo menos de la mitad, sólo 8.700 millones.

Este es el escenario que plantea la Asociación de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos y de la Ingeniería Civil, que ayer presentó en València el informe ‘Las Obras y Servicios Públicos a examen. España, Informe 2019’. En el acto, celebrado en el Colegio de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos de la Comunitat Valenciana participaron los expertos Vicent Esteban y Aniceto Zaragoza. 

Dicho informe es una evaluación exhaustiva de las infraestructuras en el conjunto del Estado a través de la valoración ponderada por parte de la Asociación de Ingenieros de Caminos, además de quince asociaciones profesionales sectoriales y la visión de más de 460 expertos consultados.

El estudio se divide en seis áreas: aeropuertos, carreteras, puertos, agua, ferrocarriles y transporte público urbano. En cada una de las áreas los especialistas consultados han puntuado del 1 al 10 la capacidad de nuestras infraestructuras, sus prestaciones, los modelos de financiación, su adaptación al futuro, mantenimiento, seguridad, resiliencia e innovación.

Y cabe destacar que en materia de aeropuertos nuestras infraestructuras obtienen buena nota en seguridad (8,2), pero en financiación, adaptación al futuro, mantenimiento e innovación ‘no pasamos del 5’, como señalan desde la Asociación de Ingenieros de Caminos.

En las infraestructuras del ciclo del agua: seguridad (7,1) y prestaciones (7,6) alcanzan buena nota, pero suspendemos en financiación (4,3) e innovación (3,7). En carreteras contamos con un buen aprobado en capacidad (7,7), prestaciones (7,0) y seguridad (6,8), pero el suspenso se ceba en cuestiones de financiación, adaptación, mantenimiento e innovación.

La evaluación en ferrocarriles es, sin duda, la más buena de todas las áreas. Todos los valores superan el aprobado y algunos con nota, como la seguridad (8,2). También salen bien paradas las infraestructuras portuarias, donde vuelven a destacar la seguridad (8,0) y la adaptación al futuro (8,0). Por último, en cuanto al Transporte Público Urbano, se consigue el aprobado salvo en innovación (4,8).

La evaluación general final que se desprende de este informe ofrece un aprobado del 6,3 de media al conjunto de nuestras infraestructuras. Pero como han advertido los expertos en su presentación, tanto Vicent Esteban como Aniceto Zaragoza: ‘obtenemos valores muy justos tanto en financiación (4,8), como en innovación (5,0) y mantenimiento (5,1), lo que redunda en una pérdida progresiva de competitividad y liderazgo, en el plano internacional’.