La marca Puertas Castalla ya no hace justicia a lo que esta empresa ofrece, porque ahora fabrica mucho más que puertas. En el último lustro, ha pasado de no exportar prácticamente nada a que un tercio de su volumen se venda en una treintena de países, con especial penetración en el Reino Unido, Escocia, Panamá y Estados Unidos (Miami, en concreto). Y en sus ventas eso se ha notado, al duplicar de 12 a 23 millones de euros en solo tres años, según datos de 2018, con un incremento de plantilla hasta los 150 empleos directos.
“Desde siempre hemos querido distinguirnos de lo que es el mercado de las puertas en sí, y ahora hemos apostado por el diseño, la exclusividad, que se la tenga en cuenta como un mueble más”, explica su gerente, Francisco Bernabéu.
En esa línea, han empezado a producir también armarios, vigas de madera, mesas hechas con troncos, papeles de pared, paneles… “Aprovechamos las sinergias, como se dice ahora, ya que teníamos la infraestructura, personal y capacidad, pues ampliamos con más productos, lo que siempre te lleva a nuevos canales de de distribución, no siempre los mismos”, añade.
Esa nueva dinámica les ha movido a trabajar también con nuevos proveedores, para los papeles para pared, en exclusividad con una empresa italiana y para las mesas de troncos, en Brasil, además de estar tanteando a otras compañías en Turquía para el aglomerado, aunque la mayor parte de su materia prima la siguen comprando en España.
Del carpintero al hotel
Pero el principal cambio lo han experimentado en la forma de llegar al mercado, al ampliar la cartera de clientes clásica del carpintero y la distribuidora a los nuevos prescriptores, como diseñadores, decoradores y arquitectos. Han creado un departamento específico con siete técnicos de diseño que asesora a este tipo de profesionales en sus proyectos de interiorismo, un servicio que Bernabéu asegura que no existe en ninguna empresa de puertas de España.
En cuanto a acuerdos con cadenas hoteleras, están trabajándolo. “No, de momento, hemos hecho cosas, nos han pedido que les presentemos nuestra propuesta, y hay entendimiento para pedidos concretos, el año pasado hemos trabajado para dos hoteles en Jamaica y uno en Madagascar«, relata Bernabéu. Más cerca, también han contribuido a la estética interior del Hotel Grand Luxor de Benidorm.
Con más de 500 modelos de puertas, «una auténtica locura«, incluso van a quitar algunos para su catálogo nuevo que presentarán en la feria Maderalia. Como encargos más exóticos, ahora que han dado el salto internacional, el gerente recuerda las puertas de 2,40 metros de altura, algo impensable en España, pero que forma parte de la cultura y las costumbres en Panamá, lo que les obliga también a instalar sistemas pivotantes de apertura.
«Me extrañó muchísimo, al entrar en el mercado del Reino Unido, hace unos cinco años, que nos piden chapa de nogal con altos brillos y contrastan la puerta con el cerco y el marco de distinto color, o molduras muy anchas, extravagantes, pero que allí les funcionan, todo eso te enseña y evolucionas», describe Bernabéu. También encargan detalles aquí desconocidos como incrustaciones de aluminio, con «resultados espectaculares».
Desde 1989, la empresa castallense partió de una carpintería que recibía pedidos de 2, 3 4 unidades, algo que siguen manteniendo, pero también asumen ahora grandes producciones, la más importante, 47.000 puertas en seis meses para Arabia Saudí, hace dos años.