Con cuatro años de mandato por delante, Juan José Ruiz, rector de la UMH, tiene clara la hoja de ruta con la que intentará que la universidad pública más joven de España continúe su avance. Su juventud, afirma, lejos de ser un hándicap como a priori podría pensarse, supone un elemento distintivo y una ventaja competitiva. Su principal preocupación es otra: la infrafinanciación que arrastran desde hace una década las universidades valencianas.

– ¿Cuáles son los principales desafíos que se plantea al frente de la institución en los próximos años?

-El principal desafío es mantener los niveles que tenemos en los ranking e indicadores que son excelentes. Intentaremos mejorarlos un poco. Y digo un poco para ser prudente, porque el nivel es tan alto que va a ser difícil mejorarlo de forma sensible. También hemos establecido una línea diferencial -que cuenta con vicerrectorado propio- centrada en potenciar aún más no solo la transferencia de conocimiento, que implica un solo sentido, sino su intercambio, es decir, desde la humildad, ir recabando también información de las empresas y de los agentes sociales. No solo hablamos de transferencia de tecnología sino de conocimiento en general, ya que contaremos con toda la diversidad de áreas que tenemos en la universidad.  Una tercera línea es lograr un institución más verde como concepto general. Hablamos de vegetación pero también de  sostenibilidad y de inclusión. Para ello también hemos creado un vicerrectorado que se encargará de este ámbito.

– ¿Qué fortalezas acompañan a la institución y  qué debilidades?

– La fortaleza principal es, curiosamente, su juventud. Nació con conceptos más dinámicos  ,más modernos, y eso ha sido una fortaleza. No tenemos el anquilosamiento de otras universidades más antiguas que cuentan con unos sistemas más establecidos sino que fue creada con un poco más de flexibilidad. Éso la ha favorecido en aspectos como la relación con empresas o la transferencia, por ejemplo. La juventud, al mismo tiempo, es una debilidad, pero no me preocupa demasiado porque eso se cura con el tiempo y, de hecho, ya tenemos 22 años. Sí me preocupan las debilidades que provienen de la falta de una adecuada financiación y, sobre todo, que no sea estable. Las universidades públicas valencianas estamos en 2019 con niveles inferiores a los del 2010 y,  a pesar de ello, hemos crecido estos años a nivel de personal, profesorado o titulaciones.

-¿Cómo ha sido posible ese crecimiento?

-Con mucho voluntarismo, mucho esfuerzo y mucho ahorro por parte de todas las universidades. La nuestra ha incurrido menos que otras en déficit financiero, ejemplo, pero muchas tuvieron que recurrir en muchos momentos a préstamos bancarios para mantenerse. También hemos renunciado a cosas que la universidad tiene que hacer pero no podía como es el caso de las acciones estratégicas, programas propios o ayudas a nuestros investigadores. Hay un montón de líneas que una universidad tiene que desarrollar pero para ello se necesita financiación. Se ha hecho un esfuerzo importante y eso la Conselleria lo sabe. Y lo reconoce.

– El president Ximo Puig así lo hizo en el acto de su investidura como nuevo rector…

-Lo reconoció, por supuesto, y se comprometió -igual que la consellera- a establecer el plan plurianual de financiación que las universidades necesitamos para tener unos horizontes de financiación estables que nos permitan planificar acciones estratégicas y diseñar programas. Las declaraciones han de traducirse en hechos, pero parece que sí se ha producido un punto de inflexión y que este año podría salir adelante ese plan.

– ¿De qué manera va a apoyar la UMH la candidatura Elche Capital Verde Europea 2030?

-Fue uno de los puntos que tratamos con el alcalde en la reunión que mantuvimos tras su toma de posesión y le hemos ofrecido en este aspecto toda la colaboración posible a todos los niveles. Tenemos especialistas e investigadores que trabajan en el campo de conocimiento que está relacionado directamente con la candidatura. Tanto si quieren establecer alguna comisión mixta o asesorarse, cuentan con nuestro apoyo. No hemos perfilado aún la forma en la que vamos a participar pero nuestro ofrecimiento es completo. De hecho, nos hemos emplazado a una nueva reunión en septiembre para hablar de los detalles.

– ¿Cómo va a articularse la participación de la UMH en el proyecto ‘Elche Campus Tecnológico’ que se va a desarrollar en terrenos del Parque Empresarial?

– Tenemos suscrito un convenio con el Ayuntamiento de Elche relacionado con su desarrollo y, desde luego, pensamos que tenemos que estar ahí desde el principio como apoyo en materia de investigación y tecnología. Queremos tener allí un espacio físico propio. Sería algo parecido a la Fundación Parque Científico, que abarca cualquier iniciativa ligada a este campo, pero asentados como directriz científica y tecnológica en el campus.

– ¿Sería de alguna manera como una extensión del Parque Científico?

– El parque es más un embrión de empresas. Los espacios son pequeños y en cuanto la empresa toma una dimensión más importante hay que ir a entornos más grandes para que se pueda desarrollar. Ése es un poco el objetivo del campus tecnológico. Es otra dimensión para empresas más consolidadas y que se encuentran en expansión.

Campus de Elche |E3

– ¿Hacia dónde se dirige la UMH en lo que respecta al mapa de titulaciones?

– Durante la última reunión del Consejo Valenciano de Universidades, tanto la consellera como el secretario autonómico evitaron la palabra mapa de titulaciones. Se habló en términos de “cartografía de titulaciones” y dijeron que iban a tener perfilado una serie de propuestas en ese sentido en el plazo de unos seis meses. Nosotros, en principio, no tenemos propuestas de nuevas titulaciones. Ya dijimos durante la campaña que vamos a entrar en diálogo con los centros para abordar este asunto poco a poco y de una manera reflexiva. También dijimos que hay demasiada «titulitis». Un estudio de la Politécnica de Cataluña -con el que estoy muy de acuerdo- refleja que le hemos hecho un poco el juego a las universidades privadas con tanto desarrollo de títulos. Por nuestra parte, creemos necesario sentarse y reflexionar, potenciar lo que tenemos y solo entonces buscar, pero con cuentagotas, titulaciones nuevas que realmente puedan tener un buen futuro.

– ¿Están preparadas las universidades para dar respuesta a las nuevas necesidades formativas en esta era de la digitalización y del cambio rápido y continuo?

– Yo creo que sí.  Lo puede hacer de varias formas y no necesariamente pasar por grados, ya que son estructuras de cuatro años con unas inercias y unos tiempos que no son ágiles. Pero por ejemplo tenemos los másteres. Aunque no podemos competir con los centros privados y con su capacidad de ofertar un nuevo curso de un año para otro, sí son más ágiles y permiten adaptarse a necesidades específicas de manera más rápida. Pero hay más iniciativas. Hace unos diez años recuerdo que hubo un programa de la Generalitat de formación a la carta que planteaba incluir algunas asignaturas específicas en los planes de estudios a petición de empresas y con su colaboración. Es algo que podía ser interesante volver a abordar. Correspondería a la Conselleria implantarlo, pero también podríamos hacerlo las universidades siempre que tengamos suficientes recursos. Ese es un ejemplo de un programa propio que podía ser interesante si tuviéramos una financiación estable.

– Parece que el nuevo grado de Medicina en la UA no tiene muchas posibilidades de salir adelante. Es lo que se deduce del resultado de la reunión, el pasado 17 de julio, del Consejo Valenciano de Universidades y del encuentro celebrado un día después a tres bandas -rectores de la UMH, UA y Generalitat- en el que la consellera les emplazó a buscar una fórmula de colaboración conjunta.

Yo diría que, por razones económicas, está prácticamente descartada la solicitud de la UA. Pero eso no impide que hablemos. De hecho la Conselleria se nos adelantó al citarnos a ese encuentro porque yo ya había quedado con el rector Manuel Palomar en reunirnos los dos junto a los presidentes de los consejos sociales de ambas universidades. Tenemos este punto de disensión respecto a Medicina pero hay muchas otras cosas en las que podemos y tenemos que colaborar, incluso en el ámbito sanitario.

– La Universidad de Alicante no ve tan complicado la implantación de Medicina. Lo califica, por el contrario, de necesario.

– Estamos hablando de que uno de los problemas de las universidades es la falta de financiación. ¿Y cuál es la titulación más cara de todas? Medicina. ¿Qué sentido tiene poner a escasos kilómetros otra facultad, que además es de las más caras, cuando al mismo tiempo estamos hablando de los problemas que tenemos de financiación? Éso económicamente no tiene sentido. Por otra parte, nuestra postura no es beligerante, sino que es la postura de la Conferencia Nacional de Decanos de Medicina de España, que está en contra totalmente de nuevas facultades. El Consejo Estatal de Estudiantes de Medicina, lo mismo.  Los agentes implicados están diciendo que no hace falta, que es contraproducente. Generaría, además, problemas de prácticas en hospitales. Eso es terrorífico también. Desde cualquier punto de vista yo creo que no se sostiene.

– Pero cuenta con el informe favorable de la Agencia Nacional de Evaluación de la Calidad y Acreditación (Aneca) y existen estudios que hablan de la carencia de plazas  frente a la demanda actual…

– Si realmente hiciese falta, sería mucho más sencillo ampliar el número de plazas en las facultades que ya tenemos. No solo en la nuestra, sino también en las facultades de Valencia y Castellón. Eso sería si los expertos considerasen que hace falta ampliarlas, pero están opinando lo contrario. El Consejo de Gobierno de la Universidad de Valencia tiene aprobado que se opone a la creación de la nueva facultad de Medicina. Y en la de Castellón, la postura es la misma.

Ampliar es generar personal con una formación cara que se tiene que ir a trabajar fuera porque no hay suficientes plazas Mir en España. Hay un dato muy significativo. Al año en España salen unas 6.500 y se presentan unos 15.000 médicos. Hay una bolsa que encima va aumentando porque el número de egresados que sale cada año es superior a 6.500. ¿Qué las plazas Mir se tienen que aumentar? Correcto, pero mientras no se haga no podemos seguir aumentando esa bolsa de paro.

Es cierto que la cuestión es compleja.  Si faltan médicos en determinadas especialidades, lo que hay que hacer es planificar mejor, no ponerse a producir más médicos y ya encajarán.