El diseño que está por llegar. Un paseo por el NY creativo

El diseño que está por llegar. Un paseo por el NY creativo

El diseño, en todas sus áreas, es una actividad que como cualquier otra disciplina profesional hay que cultivar, cuidar y entrenar (en el sentido de práctica). Sobre todo si se pretende mejorar como profesional, ofrecer servicios más atinados, o, por supuesto, si se busca conseguir cierta maestría en la materia.

Esto se convierte en vital cuando hablamos de profesionales más posicionados en la parte más creativa del diseño. Me refiero a aquellas personas que están más centradas en la parte de la consultoría y la ideación, esa parte inicial del proyecto más conceptual, que es donde arrancan las verdaderas ideas innovadoras.

En mi caso, uno de los ejercicios que realizo para poder enriquecer mi pensamiento creativo es explorar nuevos territorios y experimentar en vivo «cómo», «porqué» y «qué» se hace en términos de creación. Desde mi punto de vista, para conocer las tendencias o para realizar un buen proceso de investigación no es suficiente navegar por internet o rebuscar en las revistas. Tampoco basta con visitar ferias, festivales y congresos sectoriales, aunque esto puede que sea mucho más positivo que quedarse frente al ordenador explorando webs y buscadores.


«Uno de los ejercicios que realizo para poder enriquecer mi pensamiento creativo es explorar nuevos territorio y experimentar en vivo ‘cómo’, ‘porqué’ y ‘qué’ se hace en términos de creación»

Tal como recomienda Edwin Catmull en su libro «Creatividad, S.A.: Cómo llevar la inspiración hasta el infinito y más allá», para poder empezar con buen pie un proyecto debe hacerse un ejercicio de exploración más que de investigación…  Y ello consiste en patearse la calle, vivir la experiencia de usuario en el entorno que visitas y sobre todo atender con todos los sentidos para cazar cualquier nuevo input que pueda llegar por el canal más insospechado.

En esta ocasión, quiero compartir mi ultima experiencia en New York. Uno no tiene más que dar un paseo por el centro de Manhattan, Brooklyn, el Soho neoyorquino o Chelsea para darse cuenta de que algo está sucediendo en esa gran ciudad. Y si además tienes la oportunidad de maridar toda esta ebullición cosmopolita con NYCxDESIGN, la semana del diseño de New York, la «International Contemporary Furniture Fair» (ICFF), el evento del ámbito del diseño más importante de EEUU y algo que me sorprendió gratamente, una red de museos y centros especializados en diseño y creación, a la que se sumaban los museos de rigor, los cuales también programaban algo de diseño, entiendo que provocado por la ocasión.

En mi inmersión creativa, pude identificar muchas líneas y caminos en los que se está trabajando, los cuales podría agrupar en cinco grandes bloques. Éste es el primero.

Diseño y planeta (Ecología-D)

Está claro que se trata de preocupación global y sería lógico afirmar que el propio diseño siempre debería tener este asunto en cuenta, porque no es sostenible diseñar en contra del lugar donde existimos. Aun así, hay mucho por hacer. Lo paradójico en este caso es que, pese a lo que escuchamos sobre las políticas de ese país, parece que la sociedad está trabajando al margen por conseguir un planeta más sostenible.

En este sentido destacaría el uso de nuevos soportes y dispositivos, que están provocando una forma distinta de interactuar con el usuario. El hecho de digitalizar ciertos procesos de los servicios y utilizar la tecnología en la comunicación ya está provocando un uso más controlado del papel, dándole la vuelta y orientándolo a la aplicación con otros fines, como envases y otros objetos antes destinados al plástico. Por ejemplo: pocos centros públicos, como los museos, utilizan menaje desechable que no sea con material orgánico o reciclado, algo que debería instaurarse ya en todas las políticas del resto de los países.


«Sí, el diseño para un planeta más sano ya está aquí (espero que llegue a tiempo)»

Uno de los mejores detalles de este movimiento lo encontramos en ciertos museos (a destacar el MOMa, el Whitney y, sobre todo, el Museo Nacional de Diseño Cooper Hewitt). Todos ellos ya cuentan con espacios o muestras con este tono, en concreto este último, que prestaba en programación la exposición “Nature” (ojo, en un museo orientado a las artes decorativas), compuesta por un total de 62 proyectos, desde la arquitectura, el urbanismo, diseño de productos, diseño de paisajes, moda, comunicación visual e investigación de materiales. En esta muestra se podía explorar como los diseñadores ya están colaborando con científicos, ingenieros, ambientalistas, académicos, entre otros, para encontrar soluciones creativas y solventes a los desafíos ambientales y sociales a los que nos enfrentamos.

Como ejemplo, en esta exposición se podía ver la imagen «Plasticberg» del mexicano Jorge Gamboa y que fue portada del National Geographic; la propuesta del futuro del menaje, por Algae Lab, con la impresión en 3D de material orgánico; la propuesta de Ultraboost Shoe, con la idea de reutilizar los productos plásticos para fabricar zapatillas de deporte, un proyecto de la mano de Adidas; la fabricación de tinta orgánica, AIR-INK, a partir de las partículas del carbón; así como el diseño de nuevos tejidos para el mundo de la moda y otros proyectos tan imaginativos como un traje especial para enterramientos, donde se reinterpreta el proceso de descomposición de los cuerpos sin vida.

En definitiva, una nueva línea de trabajo, que va más allá de lo que entendemos con EcoDiseño.

*Fotografía de: Sergio Arias Ramón

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