“Alicante está llamada a convertirse en el Silicon Valley de Europa”

“Alicante está llamada a convertirse en el Silicon Valley de Europa”

Casa Mediterráneo lleva una década en la ciudad de Alicante. Quizás  su cara más conocida para los alicantinos sea la amplia programación cultural que despliega cada mes y la convierte en sede de múltiples actividades diarias y abiertas al público de lunes a sábado. Pero la mayoría seguramente desconoce que esa faceta, a pesar de tratarse de una apuesta muy ambiciosa,  apenas supone el 25% de su trabajo y recursos. No en vano es una institución diplomática del Gobierno de España y, como tal, su misión  principal es, según explica su director Javier Hergueta, la propia de la ciencia y el arte de la diplomacia: tender puentes, posibilitar acuerdos y evitar conflictos, en su caso, en el ámbito de los países ribereños del Mediterráneo.

-Tengo la impresión de que, en general, la ciudadanía no sabe qué hace exactamente una institución de diplomacia pública como, por ejemplo, Casa Mediterráneo.

La diplomacia  tiene muchas caras distintas. Muchas de ellas muy desconocidas. Entre ellas se encuentran, por ejemplo,  las acciones en materia de cooperación y ayuda al desarrollo. Hay quizás dos facetas fundamentales: la diplomacia económica y  la protección de los intereses de un país y de sus ciudadanos cuando están fuera de él. De hecho en España tenemos uno de los sistemas de atención a nuestros ciudadanos en el exterior muy activo que nos sitúa entre los cinco países mejores del mundo en esta materia.

-Dentro de esa diplomacia económica a la que alude, ¿cuáles son las vías de apoyo que prestan a los empresarios españoles?

España es un país que, sobre todo en los últimos años, se ha abierto al exterior de una  manera muy importante.  En su momento pudimos salir de la crisis gracias al comercio internacional. Vayas donde vayas hay empresas españolas. Tenemos grandes intereses económicos fuera y eso genera muchos problemas que se multiplican si sales a países que no son afines al nuestro.

-¿ Qué tipo de problemas?

Problemas burocráticos, aduaneros, conflictos con los socios locales,  expropiaciones, trampas en los concursos públicos… hay muchas cosas en las que intervenimos para ayudar a los exportadores e inversores españoles.  Y es muy importante esa función porque los empresarios, cuando  actúan en entornos complicados, necesitan un apoyo.

– La sede de Casa Mediterrráneo se encuentra emplazada, precisamente,  en la capital de una provincia tradicionalmente exportadora.

Efectivamente. E intentamos ayudar en todo lo posible también desde aquí a las empresas españolas en general y alicantinas en particular. Por esa razón organizamos por ejemplo cada trimestre foros empresariales con países del entorno mediterráneo, particularmente con los más complicados en materia de legislación y burocracia. También realizamos jornadas con las miras puestas en la proyección internacional de nuestras empresas. Aquí en Alicante, como en toda España, la gente es muy localista. Fuera no se conoce  lo que están haciendo. Hay una gran diferencia entre cómo fabrican y cómo lo venden. Por ejemplo, Alicante es la mayor productora de Europa en chocolate. Produce 37 millones de kilos al año. Eso  es una barbaridad auténtica y sin embargo nadie asocia Alicante con el chocolate. Pues nosotros vamos a darle a esas empresas proyección y visibilidad  organizando unas jornadas sobre chocolate que celebraremos en septiembre. Y lo mismo vamos a hacer con el aceite de oliva en junio. Se trata de reforzar esos sectores e internacionalizarlos.

-La cara más visible  de Casa Mediterráneo son sus actividades culturales. Y sin embargo, a tenor de sus palabras, no es su principal función.

En realidad la faceta cultural supone el 25% de nuestra actividad. Nuestro trabajo verdadero tiene que ver con  temas de diplomacia pública  que normalmente no se anuncian porque son reuniones técnicas o políticas  cerradas. Hace un par de semanas, por ejemplo, tuvimos una reunión de embajadores del sudeste de Europa.  Lo que ocurre es que cuando yo llegué aquí vi que apenas se llevaban a cabo actividades cara a la población y había gente se quejaba porque no entendía qué se hacía en la casa. Lo comprendo,  porque es verdad que hacemos muchas cosas que no se ven. Fue entonces cuando decidimos abrirnos más  a la ciudadanía. De ahí surgió nuestra programación cultural.

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Fachada del edificio de Casa Mediterráneo en Alicante.

– Aunque no sea el grueso de su actividad, la cultura también  puede actuar como un instrumento diplomático. Es una forma de llegar a un mejor conocimiento entre los países.

Sí, y así lo hacemos. Cada trimestre centramos parte de nuestra actividad  cultural en un país. Lo llamamos “Encuentros”. Con ello intentamos reforzar el conocimiento de los países de nuestra zona. Este trimestre lo estamos haciendo en marzo y el país elegido ha sido Grecia.  Es una mezcla entre diplomacia pública y cultura. Organizamos actos culturales pero con la finalidad de entablar buenas relaciones bilaterales con ellos.  Este año, como novedad,  una vez finalicen las actividades relacionadas con Grecia programadas en nuestra sede , organizaremos un segundo encuentro cultural en aquel país en colaboración con la embajada. Viajaremos allí y propiciaremos entrevistas y encuentros empresariales sectoriales. Nuestro objetivo, en todo lo que hacemos,  es intentar ayudar al máximo a internacionalizar España, la Comunidad Valenciana y Alicante.

– ¿ Qué cree que puede suponer para Alicante el proyecto de Distrito Digital?

Este es un sitio que , si hacemos un trabajo adecuado, está llamado a convertirse en el Silicon Valley de Europa. Esa ha de ser la meta.Debemos trabajar para convertir Alicante en el centro de Europa porque tiene todas las características para serlo: una ciudad estupenda, amigable, con un potencial económico impresionante, muchos emprendedores, con un proyecto como el Distrito Digital espectacular, con un aeropuerto enorme y moderno que tiene conexiones en toda Europa, con servicios públicos excepcionales y donde se vive más tiempo y más barato. Haber vivido en el extranjero muchos años, como es mi caso, me permite ver a Alicante desde una perspectiva internacional y me doy  cuenta de que es una sociedad muy dinámica, puntera, mediterránea y nórdica a la vez  en cuanto a sus servicios públicos y con una gran capacidad para el  emprendimiento. Objetivamente, la vida aquí es infinitamente mejor. De hecho, diversos estudios realizados por el Instituto de Economía Internacional de la UA – con quien colaboramos-  aportan datos concluyentes sobre Alicante como modelo ideal de vida mediterránea.

–  Quizás ese localismo del que antes hablaba no nos permite apreciar en su justa medida la capacidad que tiene la provincia de Alicante de convertirse en ese eje central de Europa… 

El  mundo sería muy diferente si todo el Mediterráneo fuera como Alicante. Grecia, por ejemplo, es muy bonita, pero solo vive del turismo. Aquí cada pueblo tiene unas industrias fantásticas que han sabido adaptarse y reinventarse, como ha pasado en Ibi con el juguete. Es un modelo muy importante  que nos gustaría exportar. Si todos  los pueblos fueran como Ibi, no tendríamos la miseria y los problemas que sufrimos  en  la zona del Mediterráneo. Así de claro.  Otra cosa que intentamos transmitir más allá de nuestras fronteras es que España es un país excepcionalmente libre y democrático.

-Por si alguna duda pudiera caber. Y más en estos tiempos…

Tenemos unos índices de libertad, tolerancia y solidaridad muy grandes que no se dan en muchos otros países del Mediterráneo. En Alicante conviven más de cien nacionalidades diferentes y, sin embargo, no hay ni guetos ni enfrentamientos. ¿Por qué digo todo esto? Porque tenemos que darnos a conocer  como la tierra de la libertad. Es bonito sentirse así. Pocas veces en nuestra historia hemos podido decir eso. En este sentido, desde Casa Mediterráneo estamos fomentando que vengan intelectuales aquí a crear con la libertad que les falta en sus países de origen. Tenemos una casa alquilada en la ciudad a la que llamamos “Residencia de creativas”. Invitamos generalmente a mujeres por tratarse de un colectivo especialmente vulnerable en cuestiones de igualdad.  Son pintoras, escritoras o chefs, por ejemplo. Es una manera de ayudarlas y de propiciar un intercambio con intelectuales locales. Nos preocupan las cuestiones de género y nos sentimos especialmente orgullosos de esta iniciativa.

– Casa Mediterráneo se encuentra enclavada en un edificio emblemático para la ciudad como es la antigua Estación de Murcia. Un proyecto de rehabilitación ambicioso que no ha podido completarse.

– Es un lugar bonito, pero poco práctico y con muchas carencias. En estos momentos estamos esperando que el Ayuntamiento de Alicante nos apruebe la licencia municipal de pública concurrencia que nos hace falta para acometer un proyecto de adecuación de los espacios que nos permitirá mejorar bastante. El proyecto, que cuenta con un presupuesto cercano al millón de euros,  incluye volver a habilitar una altura que había en origen para poder instalar allí oficinas. También prevé duplicar el espacio del auditorio y crear salas de reuniones y una biblioteca. Todo ello respetando  los elementos originales.  Con este proyecto conseguiremos mejorar bastante  las condiciones de uso.

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