La Institución Ferial Alicantina ha dado esta mañana un gran paso. Por primera vez en diez años, su balanza de negocio será de color negro. Con unas ganancias de 11.000 euros, el recinto ferial empezará el año con el cuello fuera del agua y la tranquilidad de haber dejado atrás la deuda de 70 millones de euros.

El conseller de Economía Sostenible, Sectores Productivos, Comercio y Trabajo, Rafael Climent, ha confirmado que «en tres años hemos revitalizado IFA para dinamizar la economía» y se ha logrado revertir una dinámica que estuvo a punto de suponer el cierre. «Hace dos años se invirtió un millón de euros para mejorar un pabellón y sus problemas de goteras, y este año se ha realizado una aportación de unos 500.000 euros sobre todo para mejorar el sistema eléctrico, más otra ayuda de 200.000 euros para otros aspectos», ha explicado.

Climent ha manifestado su deseo de que estos buenos resultados puedan seguir teniendo continuidad en el futuro y que «los presupuestos de 2019 nos ayuden a desarrollar más ferias cada vez más potentes».

Por otra parte, el órgano directivo también ha aprobado la reforma de los estatutos. Este cambio sigue los pasos dados en Feria Valencia y supone adaptar la estructura del Patronato y Comité a una composición actual y representativa. De esta manera, las antiguas cajas de ahorro, hoy entidades bancarias o instituciones de otras provincias como Valencia y Castellón quedarán fuera.