En mayo de 2016, Esther Guilabert asumió la dirección general de la Institución Ferial Alicantina (IFA) en una época de malos presagios y serias dudas sobre su viabilidad.  Los 70 millones de euros de deuda financiera vinculada principalmente al malogrado proyecto de ampliación del recinto proyectaban una sombra demasiado alargada como para no temerla. Finalmente, el Consell aprobó en el último pleno del año 2017 asumir la deuda tanto de IFA como de Feria Valencia.  Para ambas 2018 iba a ser un año, en el mejor sentido de la palabra, nuevo.

Un mismo desenlace para dos instituciones en apuros…

Nuestros destinos están absolutamente ligados aunque la magnitud  de los problemas y las cifras de ambas sean diferentes. Desde que asumimos la dirección de IFA, una de las líneas en la que hemos trabajado mucho ha sido la de estrechar relaciones con Feria Valencia. De hecho estoy convencida de que no tardarán en llegar proyectos conjuntos. Y eso va a ser un hito. Siempre hemos vivido un poco de espaldas y eso no tenía ningún sentido. Ahora visitamos con frecuencia los eventos que allí se hacen y la relación con el director y entre  los equipos es fluida y muy positiva. Somos dos instituciones que debemos colaborar porque tenemos proyectos que perfectamente podemos compartir.

 ¿Llegó a temer  en algún momento la desaparición de IFA?

IFA llegó a peligrar seriamente.  Hace dos años lo mismo se podía haber decidido su continuidad que su cierre.  Nosotros entramos en un momento muy complicado. Nos esperaban juicios millonarios, embargos y una deuda financiera que lastraba de manera importante una actividad que, aún con todo, crecía en número de ferias y eventos. Que la Generalitat asumiera  la deuda y el patrimonio de la institución supuso para IFA un antes y un después. Por fin podíamos dedicarnos a lo que nos tenemos que dedicar, es decir, a hacer ferias, planificar  eventos y estimular la economía de esta provincia. Ese ha de ser siempre nuestro único objetivo. Sin más castillos en el aire ni proyectos que no se pueden ejecutar y que, como ocurrió con el de ampliación, no sirven más que para lastrar a la institución.  Si al final hubiéramos bajado la persiana, muchos de los problemas seguirían vigentes y, lo que es más importante, hubiéramos perdido una institución necesaria para estimular  el empleo y la economía de esta provincia y para ayudar a la promoción de sus empresas. Eso es lo que creo que al final primó sobre todo lo demás.

2018 también ha sido el año en que se ha puesto solución a otro problema que parecía insoluble: el impago del IBI  al ayuntamiento de Elche.

Casi ningún recinto ferial de España paga IBI. Feria Valencia e Ifema, por ejemplo, no lo hacen. Suelen estar bonificados al 95 por ciento. IFA tampoco pagaba. De hecho hubo en su día un convenio con el ayuntamiento de Elche  por el que se compensaba el coste. El problema comenzó cuando el PP entra en el gobierno y lo cancela. Ahí  es cuando empieza a generarse deuda. En 2017, vía embargo, afrontamos un pago de 400.000 euros que dejó a la institución en una situación  tan complicada que se hizo inaplazable  llegar a un acuerdo con el ayuntamiento y Suma. No ha sido fácil, nos ha llevado tiempo, pero al final en 2018 se aprueba la bonificación del 50 % del IBI y un calendario de pagos que nos permitirá afrontar los 700.000 euros de deuda acumulada de una manera que no perjudique a la normal actividad de la institución.

La Entidad Pública Empresarial de Suelo ( Sepes)  no descarta completar la urbanización de los terrenos que formaban parte del proyecto de ampliación de IFA.  Así al menos lo afirmó  su director general y ex alcalde de Elche, Alejandro Soler, durante su visita a la ciudad en noviembre. Ello zanjaría los últimos flecos de la herencia recibida…

Si finalmente prospera esta posibilidad,  eso sería otro gran hito para la institución porque  pondría fin al último de los grandes problemas que arrastrábamos. La urbanización de esos terrenos que se compraron en su día dentro del proyecto de ampliación se encuentra ejecutada en un 70 u 80 por ciento. Si  Sepes se constituyera finalmente como agente urbanizador –ahora lo es IFA-  supondría acabar por fin lo que quedó pendiente y poder poner en valor ese suelo bien para venderlo o bien para darles el uso público que consideren. Nosotros ya les facilitamos toda la documentación que nos solicitaron y en estos momentos se estará, pensamos, en la fase de estudio.

Imagen de la celebración del certame Firauto |E3

A punto de cerrar el año 2018, y con los avances que se han producido en toda esta carrera de obstáculos, ¿cuál es la situación de IFA?

Podemos decir que estamos llegando a una situación de normalidad absoluta.  Hemos conseguido equilibrar cuentas y ya no costamos dinero a nadie. Esta casa ya no se ve como un pozo sin fondo y eso, para nosotros, era un objetivo fundamental.

Cuando el Consell  asumió la deuda se habló de introducir cambios que abrieran la puerta a la gestión privada. ¿ En qué ha quedado aquel anuncio?

Yo creo que eso es mucho más sencillo de lo que parece.  En ningún momento la Generalitat quiere que el control se escape de la esfera pública, pero eso no quita que podamos llegar a acuerdos de gestión con empresas privadas y, de hecho, ya se está haciendo. En el momento en que  hablo con un operador privado interesado en realizar una feria aquí, eso ya es un acuerdo de gestión privada.  La horquilla va desde acuerdos puntuales,  a acuerdos más generales si, por ejemplo, un mismo operador quisiera alquilar la instalación para varias ferias. La opción ya existe y lo que tenemos que hacer es potenciarla.  Creo que es muy positivo porque al final lo que  se consigue es complementar el trabajo de nuestro  equipo con eventos, ferias o convenciones organizadas por empresas privadas. Es absolutamente compatible.  Podemos ser promotores directos,  alquilar las instalaciones a operadores privados y coorganizar eventos. Las tres fórmulas son positivas para el recinto.

De manera paralela a las gestiones realizadas para conseguir soltar el lastre que  arrastraba IFA, la institución ha seguido en todo momento con su actividad ferial…

En efecto. A pesar de nuestra complicada situación hemos seguido trabajando. Hemos crecido en número de ferias pero sobre todo en el número de eventos de contenido muy variado que hemos conseguido atraer en colaboración con empresas privadas. En este campo hemos pasado en dos años de 20 a más de un centenar. Es una línea de negocio que nos ha funcionado muy bien.

El contexto actual de IFA, a la vista de todo lo hablado, poco o nada se parece al de años atrás. ¿ Es lo que ha animado a la institución a asumir el reto de intentar el regreso de la feria del calzado tras dos décadas de ausencia?

Era el momento de retomar el tema. Para nosotros es un objetivo clarísimo y ya hemos cerrado fechas con empresas interesadas en hablar de ello. Era el momento de tantear al sector porque son ellos los protagonistas. Los demás podemos poner herramientas,  trabajo, interés, pero es el sector empresarial el que tiene que asumir el protagonista absoluto. No les vamos a presentar ningún proyecto preestablecido, sino que vamos a proponerles hacer un proyecto juntos. Las administraciones, tanto Generalitat como Ayuntamiento de Elche, tienen interés en que haya un evento del calzado en IFA. Yo creo que hay posibilidades y, además, a corto plazo. Podemos estar hablando perfectamente del segundo semestre del 2019 o el primero de 2020, pero reitero que son los empresarios los que han de decidir si el proyecto es positivo para sus negocios y apoyarlo.