Jueves, 25 de Abril de 2024
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La estructura institucional de la zona euro necesita reformas

La estructura institucional de la zona euro necesita reformas

A partir de la experiencia con la «Gran Recesión» ha surgido un consenso acerca de que la arquitectura institucional de la zona del euro necesita reformas que mejoren su capacidad para hacer frente a grandes perturbaciones económicas. Así lo recoge el ultimo boletín económico del Banco de España.

En este contexto, en los últimos años se han dado pasos institucionales importantes para conseguir una auténtica Unión Económica y Monetaria en Europa. Primero, en 2012, se creó el Mecanismo Europeo de Estabilidad con el fin de proporcionar asistencia financiera condicionada a los países de la zona del euro solventes con problemas financieros.

Después, en 2014, se puso en marcha la unión bancaria europea, construida a partir del Mecanismo Único de Supervisión y el Mecanismo Único de Resolución, que garantiza la aplicación coherente de la normativa bancaria de la UE, reduciendo así los riesgos del sector bancario relacionados, por ejemplo, con la exposición de los sistemas bancarios nacionales a su propio soberano.

De cara al futuro, se precisan más reformas, fundamentalmente en tres dimensiones. La primera, los países de la zona del euro han de aumentar su capacidad interna para hacer frente a perturbaciones macroeconómicas, en concreto reduciendo las vulnerabilidades de sus economías, sectores bancarios y finanzas públicas de una manera eficaz.

En segundo lugar, la culminación de la unión bancaria reducirá los riesgos para los contribuyentes y romperá el nexo restante entre las entidades de crédito y los gobiernos nacionales. La eficiencia e integración de los mercados financieros son una condición indispensable para que la compartición de riesgos a través de canales privados sea efectiva en la zona del euro. El Banco de España advierte en su informe que para conseguir un sistema bancario verdaderamente integrado y tener una moneda única es esencial contar con un sistema europeo de garantía de depósitos.

En tercer lugar, la zona del euro saldría beneficiada con una función de estabilización fiscal centralizada capaz de respaldar los estabilizadores económicos nacionales en presencia de grandes perturbaciones económicas, incrementando así la resistencia de la UEM. Esta capacidad fiscal podría implantarse en la zona del euro de muchas formas, por ejemplo, mediante un sistema de prestaciones por desempleo o un presupuesto de la zona del euro para inversión.

Por último, es probable que el avance hacia la unión fiscal y una unión financiera más sólida en la zona del euro se refuercen mutuamente. Unos mercados de capitales más eficientes, por ejemplo, reducirían la necesidad de estabilización por otros canales, como la política fiscal y monetaria. Asimismo, la unión fiscal y unas instituciones europeas comunes más fuertes potenciarían las actividades financieras transfronterizas.

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