Premios Evap: Los próximos retos para la mujer son igualdad salarial y puestos de responsabilidad

Premios Evap: Los próximos retos para la mujer son igualdad salarial y puestos de responsabilidad

Son cuatro mujeres que han triunfado en el desempeño de su profesión. Mujeres que, en casi todos los casos, han tenido que desempeñar su trabajo en entornos dominados por hombres: ciencia, tecnología o industria. Ellas han sido las cuatro premiadas este año por la Asociación de Empresarias y Profesionales de Valencia (Evap) en unos premios que tienen como objetivo visibilizar el papel de las mujeres para que sirvan como referentes en la sociedad actual y sean ejemplo para las nuevas generaciones.

Enrichetta Bellini, María Blanco, Nuria Oliver y Adela Cortina han sido las galardonadas de este año. Con ellas hablamos de su visión sobre el papel de la mujer en la sociedad actual, los retos pendientes y las barreras que todavía hay que derribar.

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Hubo unanimidad a la hora de calificar la dificultad que existe en romper ese techo de cristal que impide a las mujeres acceder a puestos directivos. Tanto María Blanco -directora del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas– como Nuria Oliver -directora científica de datos en Data-pop y coinventora de más de 40 patentes de inteligencia artificial, análisis de datos o interfaces inteligentes- coincidieron en que aunque las mujeres se han incorporado a actividades científicas y tecnológicas, todavía es raro verla en puestos directivos.

Poca presencia en puestos de liderazgo

«La mujer es hoy día mayoritaria en estudios de biomedicina y hay muchas mujeres trabajando en este área -señala María Blanco-. Sin embargo, apenas ocupa puesto en los órganos donde se toman las decisiones». 

De igual manera se pronuncia Nuria Oliver quien, además, aporta el dato de la reducción del número de mujeres que estudian o trabajan en el sector tecnológico. «El porcentaje de mujeres que trabajan en investigación tecnológica es extremadamente bajo, incluso más bajo que en los años 80. Las graduadas en escuelas de informática no llega al 20%; un porcentaje similar es el de mujeres que trabajan en el área técnica de empresas tecnológicas. Es muy preocupante la falta de variedad de género en el área tecnológica. Y lo mismo ocurre respecto a puestos de liderazgo y de responsabilidad».

Adela Cortina coincide en señalar esa mayor presencia masculina en las áreas de tecnología y ciencia, pero se muestra optimista ante una evolución positiva del papel de la mujer, especialmente en la actividad científica. «Hay que potenciar -afirma la catedrática de Ética- que las mujeres vayan ocupando los puestos de responsabilidad porque se las tenga en cuenta y porque ellas se hagan presentes con la serenidad que nos define. No se trata de poner a una mujer, sino de poner a «esa» mujer. Por ejemplo, a mi no me interesa Marine Le Pen, sino mujeres que tengan un estilo sereno, tenaz, que tenga presente todos los aspectos de la cuestión»

De este problema sabe mucho Enrichetta Bellini, que lleva más de treinta años trabajando internacionalmente en el empoderamiento de las mujeres y ocupado numerosos puestos de responsabilidad en empresas industriales. Autora de varios estudios sobre el papel de la mujer en los centros de poder, es una voz autorizada en todo lo concerniente a medidas para alcanzar la igualdad de género en el terreno empresarial.

Su estudio sobre la evolución de la presencia femenina en los consejos de administración en los países avanzados indica -con excepciones- que se progresa, pero no con la rapidez ni la intensidad necesaria. Por ello ve imprescindible comprometer a los hombres en la defensa de la diversidad de género y desarrollar buenas prácticas que ayuden a las organizaciones en este aspecto. Para Bellini, cuando las mujeres están involucradas en la toma de decisiones, reflejan las necesidades de más miembros de la sociedad.

Más visibilidad 

Bellini propone algunas medidas para acelerar el cambio, y una de ellas es sencilla: que los accionistas -hombres, pero sobre todo mujeres- intervengan en las juntas generales, que planteen preguntas al consejo de administración, que soliciten una mayor presencia femenina en los órganos de gobierno.

Nuria Oliver coincide con Bellini en responsabilizar en parte a la mujer de esa falta de visibilidad. «La mujer tiene un concepto del mundo más meritocrático -afirma-; si haces un buen trabajo te lo van a reconocer. Los hombres dedican más esfuerzo a autopromocionarse, a dar visibilidad a lo que han hecho»

Adela Cortina, catedrática de Ética, es una de esas mujeres con autoridad en un ámbito intelectual como es el de la filosofía y el pensamiento político. Sintoniza perfectamente con la misión de la Evap de acabar con las desigualdades en los órganos de representación. «El gran tema del siglo XXI es acabar con las desigualdades». 

Para Cortina, «hemos avanzado mucho, pero acabamos siempre encontrándonos con el techo de cristal. Por ejemplo, en filosofía hay muchas más mujeres de las que había, sobre todo en mi área de trabajo, ética y filosofía política, las mujeres hemos invadido y, además, con bastante estilo. Al final es la parte que más le interesa a la gente de la filosofía».

¿Qué hay que hacer para acabar con esa barreras o esos techos de cristal? Para empezar, todas constatan un cierto retroceso en el proceso de igualdad en las generaciones más jóvenes. En el ámbito académico, parece que las mujeres tuvieran pavor a destacar, como señala Adela Cortina: «En clase no se atreven a preguntar, pero eso va en el carácter de las mujeres, son más retraídas, con más sentido del ridículo que los hombres y, sin embargo, sus exposiciones y sus exámenes son excelentes»

María Blanco apunta que los hombres no están acostumbrados al liderazgo femenino. «En España -añade- nunca ha había mujeres candidatas a la presidencia del Gobierno, por algo será. Creo que esto pasa con todos los puestos de máximo nivel en cualquier profesión. Esto indica que hay un problema y que no se soluciona solo». Recuerda Blanco que, según el Foro Económico Mundial, «2133 esa es la fecha en la que se alcanzará la igualdad salarial. Para alcanzar la igualdad real todavía queda mucho camino». La directora del CNIO advierte que no se ha avanzado tanto como se esperaba y que en países como Estados Unidos ya hay una conciencia de ello.

La opinión que sobre la brecha salarial tiene Oliver es que en parte es responsabilidad de una falta de habilidad negociadora «por parte de las mujeres cuando reciben una oferta de trabajo». En parte, agrega, se debe a la distinta educación que han recibido hombres y mujeres: » A los niños se les anima a que asuman riesgo, mientras que se tiende a proteger a las niñas y a disuadirlas de actividades que conlleven algún riesgo. Esas actitudes acumuladas a lo largo de los años se reflejan luego en un contexto profesional»

Acabar con los estereotipos

Nuria Oliver puntualiza que existen estereotipos erróneos sobre, por ejemplo, las carreras técnicas, pero también denuncia la falta de visibilidad que tienen las mujeres en estos ámbitos de actividad, «lo que hace que las nuevas generaciones de chicas no tengan referentes», por ello considera muy importante la existencia de estos premios y el reconocimiento que supone al desempeño profesional como ejemplo.

Otra tarea pendiente es acabar en las empresas tecnológicas lo que Oliver califica de «una cultura extremadamente misógina, donde es normal encontrarte con comentarios sexistas y donde impera un concepto de inferioridad de las mujeres», hechos que la tecnóloga ilustra con numerosos ejemplos que han saltado a la opinión pública últimamente.

 

En resumen: acabar con los estereotipos, un camino largo y complicado que exige la implicación tanto de hombres como de mujeres; de ser conscientes de que en muchas decisiones influyen esos estereotipos que hay que ir eliminando desde la niñez.

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