Jueves, 25 de Abril de 2024
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Universidad y empresa, las nuevas claves del recruitment

Profesora doctora de Ingeniería  Florida Universitària

Cada año, el Ministerio de Empleo y Seguridad Social publica un informe con todos aquellos puestos de trabajo que han quedado vacantes en España; en muchos casos, porque las empresas no pueden encontrar los candidatos que cumplan con los requisitos exigidos. Es evidente que la industria del siglo XXI demanda una serie de competencias que no se enseñan en las asignaturas de las carreras, mucho más enfocadas hacia el conocimiento específico. Por tanto, ser competente en innovación, liderazgo, pensamiento crítico y, sobre todo, en trabajo en equipo y comunicación (incluidos los idiomas y, en concreto, el inglés), se convierten en factores clave de diferenciación.

Esto es lo que pretendió la Declaración de Bolonia y la implantación del sistema ECTS en los estudios universitarios. Sin embargo, si se revisan los datos de desempleo juvenil, la tasa en España aún es del 39,3 % (Eurostat, abril 2017), la más alta de la Unión Europea junto con Grecia e Italia.

En consecuencia, este nuevo sistema no ha sido suficiente, especialmente porque todavía no se ha creado un vínculo adecuado entre la empresa y la Universidad; y además, tampoco se ha creado un marco adecuado de trabajo entre todas las partes implicadas: las universidades, el tejido empresarial, y los representantes educativos, ya sea a nivel regional (a través de las consejerías autonómicas), o nacional (a través del Ministerio de Educación, Cultura y Deporte).

Por tanto, lo que parece incuestionable es el hecho de que los programas de Grado se deberían desarrollar de un modo similar a los de Ciclos Superiores y Formación Profesional (especialmente, la conocida como Formación Profesional Dual); es decir, aplicar la vertiente práctica de estos programas a la trayectoria principalmente teórica de los planes de estudios universitarios.

Project-based learning
El aprendizaje basado en proyectos (project-based learning) es una metodología óptima que sin duda ayuda a desarrollar la empleabilidad de los graduados. Al forzar al alumno a trabajar de un modo práctico los conocimientos adquiridos y, sobre todo, desarrollando el proyecto mediante el trabajo en equipo, esta metodología es efectivamente una de las mejores opciones para adquirir competencias transversales y específicas que no se podrían lograr mediante los métodos tradicionales de enseñanza.

Hoy en día, no basta con redactar completas guías docentes con una descripción detallada de competencias transversales y específicas para cada asignatura del grado; los profesores deben concienciarse de que “aprender haciendo” (learning by doing) debe ser el método sobre el cual fundamentar las asignaturas de, por ejemplo, un Grado de Ingeniería.

Florida Universitària ya empezó a trabajar con la metodología basada en proyectos en 2010, coincidiendo con la implantación del sistema ECTS en los grados universitarios. En concreto, durante cada año académico (y a lo largo de los cuatro años de duración del grado), los alumnos deben realizar un proyecto en el que se involucran todas las asignaturas del curso y, por tanto, en el que todos los profesores participan y se coordinan de cara a ese objetivo común.

La experiencia a lo largo de estos años nos ha ayudado a mejorar el desarrollo de esta metodología en el aula y el trabajo con los alumnos y, especialmente, desde el curso académico 2014-2015, los Grados de Ingeniería colaboran con una pyme del sector de la construcción que aboga por la innovación.

Brazo robótico
La empresa nos presentó el proyecto de innovación que deseaba llegar a diseñar e implementar (un brazo robótico encaminado a reducir costes, maximizar los procesos y optimizar el tiempo a la hora de edificar); el profesorado estableció conjuntamente la mejor forma de cumplir objetivos a través de las asignaturas; y el alumnado desarrolla el trabajo a lo largo del curso académico (desde la realización de un análisis en profundidad de lo que implica el proyecto –durante el primer año académico–, hasta la realización de un prototipo del citado robot en el último año de carrera).

Por otro lado, debido a la carencia de conocimientos de empresa que se observan en los planes de estudio de las ingenierías, nuestros alumnos también trabajan la creación de empresa, fuentes de financiación y, muy importante, cómo presentar su proyecto en entornos internacionales para conseguir financiación, algo muy habitual con todos los proyectos de innovación.

Para ello, trabajan en un entorno simulado pero realizando un análisis real de una feria internacional también real. Obviamente, al finalizar el año, los diferentes equipos de trabajo presentan sus resultados al gerente de la empresa, que aporta su opinión y comentarios a cada una de las propuestas.

En consecuencia, la motivación del alumnado se incrementa, pues realizan un trabajo real para una empresa real y, asimismo, se enfrentan a una serie de problemas que también son reales dentro del mundo de la empresa, como por ejemplo, la resolución de conflictos mediante el trabajo en equipo o el cumplimiento de plazos de trabajo asignados. Esta inmersión en la realidad, sin duda, pasa a ser un factor primordial a la hora de convertirse en candidatos de éxito para su inserción en el mundo laboral.

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