Ainia investiga la aplicación de bacteriófagos como sustitutos de los antibióticos

Ainia investiga la aplicación de bacteriófagos como sustitutos de los antibióticos

Investigadora del centro tecnológico Ainia.

Investigadora del centro tecnológico Ainia.

El aumento de la resistencia de las bacterias patógenas a la acción de los antibióticos ha originado que la Organización Mundial de la Salud (OMS) solicite a la comunidad científica la búsqueda de soluciones en I+D que frenen este problema, de graves consecuencias para la población mundial.

Las bacterias generan mutaciones espontáneas que producen resistencia a los antibióticos conocidos y provocan cada vez más dificultades, para seguir tratando de manera efectiva enfermedades graves como la tuberculosis o la neumonía.

Ainia está investigando la aplicación de bacteriófagos como sustitutivos de antibióticos. En concreto, se está trabajando en una nueva línea de I+D orientada a la búsqueda de soluciones innovadoras basadas en este tipo de microrganismos.

La I+D de Ainia en bacteriófagos puede ser aplicada en el ámbito de la salud humana, así como en la agricultura (bacteriófagos como sustitutivos de pesticidas y fitosanitarios), ganadería (alternativa al uso masivo de antibióticos en ganado) y alimentación (para el control de patógenos como la Salmonella o la listeria monocytogenes, entre otros).

Los bacteriófagos, también llamados fagos, son virus que infectan a las bacterias y son capaces de matar a las bacterias responsables de diversas patologías, por lo que representan una alternativa posible para hacer frente al problema de la resistencia a los antibióticos.

Para conseguirlo, se unen a la bacteria patógena huésped, introducen su material genético, se replican dentro de ella y la destruyen, produciendo la lisis bacteriana (ruptura de la membrana celular de la bacteria). De esta manera, a partir de un fago, se producen nuevas generaciones de virus listas para actuar sobre el resto de las bacterias, originando una reacción en cadena que elimina al patógeno.

Además, a diferencia de los antibióticos, los fagos afectan sólo a la bacteria diana sin dañar ninguna otra célula y no se han descrito efectos secundarios en su utilización. En cambio, los antibióticos perjudican a un amplio número de bacterias, ocasionando problemas en la microbiota intestinal.

El uso de bacteriófagos podría ser una alternativa, no sólo en el ámbito sanitario, sino también en el agropecuario y agroalimentario, puesto que cada vez existen más restricciones en el uso de antibióticos debido a la preocupación por evitar la resistencia de las bacterias a los mismos.

El equipo de especialistas de Ainia trabaja en todas las fases del desarrollo de bacteriofagos: el aislamiento de los mismos, su identificación, su bioproducción y su estabilización para mejorar su vida útil y así aumentar su eficacia frente a las bacterias.

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