Sandra Hernández (Plásticos Vicent)

Plásticos Vicent (1976) se dedicaba inicialmente a la fabricación de flotadores. Pascual Martínez, su propietario, apostó por fabricar su producto estrella, Bag in Box, en 1991. En 2008, la compañía fue comprada por Smurfit Kappa, que mantuvo a Martínez al frente de la empresa, que desde entonces se dedica de forma exclusiva a la producción y exportación del Bag in Box, una bolsa ecológica respetuosa con el medioambiente provista de un dosificador que contiene líquidos del sector alimentario, conservando perfectamente sus propiedades. Smurfit Kappa exporta desde su planta de Ibi a 28 países, entre los que se encuentran Portugal, Grecia, Italia y Francia, entre otros.

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En el ejercicio 2015, la planta facturó un total de 30.742.000 euros, lo que supone un 15 % de crecimiento respecto a 2014 y un 25 % respecto a 2013. “Cifras realmente impresionantes, alcanzables gracias al esfuerzo del personal implicado y por supuesto gracias a la correcta elección de una adecuada herramienta de gestión dimensionada para nuestro tamaño”, según Sandra Hernández.

El embalaje Bag-in-Box es una solución de embalaje desechable diseñado para alimentos líquidos y semilíquidos y para productos no alimenticios. Prolonga la vida útil de los productos tanto antes como después de abrirlos y se presenta en una gama que abarca desde los 1,5 litros a los 1.000 litros. Entre sus ventajas figuran: la conservación, porque mantiene la calidad de los productos durante semanas una vez abiertos; y se crea un vacío ya que la bolsa se va encogiendo a medida que se vacía que no permite que el oxígeno entre mientras se dispensa el producto. Es un producto ecológico y está fabricado con materiales reciclables; y además presenta una reducida huella de carbono en comparación con otros embalajes. Permite reducir costes y optimizar la logística ya que se suministra en plano y es fácil de transportar y almacenar. Todos los residuos de producción se reciclan y se utilizan en la fabricación de productos textiles o de grifos.

El embalaje Bag-in-Box® está fabricado con un 75 % de cartón y un 25 % de plástico. La bolsa y la caja se pueden separar fácilmente y, una vez separadas, se puede reciclar el cartón. La bolsa se puede incinerar obteniendo con ello una recuperación de energía.

Pascual Martínez manifiesta que “nuestro objetivo principal es la máxima calidad de nuestros productos de la mano de la tecnología más avanzada. El uso de tecnología puntera en el sector de inyección es clave para conseguir la máxima efciciencia y estas nuevas instalaciones están preparadas para ello”.