Viernes, 19 de Abril de 2024
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Soler: «Hay autonomías que cobran por estar en España y otras, como la valenciana, que pagan»

Vicent Soler, conseller de Hacienda y Modelo Económico, participó esta mañana en el Forum Mediterráneo en una intervención que se centró en los dos temas prioritarios de su departamento: lograr una financiación justa y acometer la reindustrialización de la Comunidad Valenciana basada en un modelo de innovación y competitividad. Dos asuntos que son, reconoció, «difíciles de cambiar». Durante su intervención llegó a afirmar que «hay autonomías que cobran por estar en España y otras, como la valenciana, que pagan».

Vicent soler

Vicent soler

Considera difícil cambiar el modelo de financiación autonómico por el status quo que «preserva intereses creados», al tiempo que, respecto al modelo económico, recordó que hace «2o años se optó por el camino fácil de los negocios inmobiliarios, más que duplicando la actividad en este sector que en países de nuestro entorno». Añadió que la construcción propició la creación de empleo de baja cualificación y, por tanto, «poco versátil para adaptarse a situaciones alternativas».

Soler resumió las diferencias económicas estructurales de la Comunidad Valenciana respecto al conjunto nacional. Un crecimiento del PIB en los últimos 25 años de 27% frente al 38% nacional. Una tasa de paro 8,2 puntos superior a la de 1990 y una productividad un 9% inferior a la media nacional. Esto se traduce en una renta per cápita valenciana alejada de la media de España, un 12% inferior. La industria ha visto reducida su participación en el PIB del 23 al 15%.

Modelo económico de amiguetes

Un modelo, dijo Soler, que se corresponde a una visión «cortoplacista y del desarrollo de un capitalismo clientelista, un capitalismo de amiguetes, que instauró un sistema ineficiente de distribución de recursos y que tuvo un modelo de crecimiento depredador, socialmente poco equitativo, poco reconocedor del mérito y sin crecimiento de la productividad. Por tanto, insostenible en el tiempo».

El conseller citó las bases sobre las que se asienta la actual política: aumento de la productividad por medio del conocimiento y la innovación; articulado sobre el principio de sostenibilidad ambiental, productiva y social. 

Para conseguirlo, Soler citó políticas de innovación, financiación empresarial, de capital humano, internacionalización o especialización productiva. Se refirió a la creación del Consejo Valenciano de la Innovación, la Agencia Valenciana de la Innovación y el nuevo papel a desempeñar del Instituto Valenciano de Finanzas, que será el encargado de encauzar los fondos procedentes del BEI o del Plan Junker hacia proyectos sólidos e innovadores y que, en principio, movilizará, 150 millones de fondos propios hacia proyectos empresariales transformadores.

Para ello, Soler pidió la complicidad de todos los agentes implicados, desde universidades e institutos de investigación a empresarios, patronales, sindicatos y trabajadores.

A continuación, el conseller abordó la infrafinanciación autonómica, reivindicando los recursos «que nos corresponden constitucionalmente». Tras recordar el fuerte porcentaje de participación del sector público en los países de economías avanzadas, que invierte en infraestructuras o investigación y desarrollo, Soler mostró su radical oposición a basar la competitividad en el precio.

Para Soler, el Estado redistribuye los impuestos que recauda de una manera poco eficiente para unas comunidades autónomas que tienen que ejecutar una serie de competencias que precisan de financiación. «La capacidad recaudatoria -recordó el conseller de Hacienda-, a excepción de los territorios forales, la tiene el Estado. Las comunidades autónomas dependemos de la recaudación y redistribución que haga el Gobierno Central y con esos fondos financiar servicios básicos como la sanidad, la educación o la dependencia. Es decir, la parte más importante del estado del bienestar«.

Ilustró esa diferencia, señalando que al Consell le restan 346 euros por habitante para hacer frente a los gastos no sociales (sanidad, educación, dependiencia), mientras que la media en España es de 654 euros, prácticamente el doble. 

Para el conseller, la reivindicación de un cambio en el modelo de financiación y la reindustrialización son dos temas íntimamente unidos, ya que sin ese cambio será prácticamente imposible abordar la financiación del cambio del modelo productivo. 

Recurso constitucional contra el Fondo de Suficiencia Global

A continuación se refirió al recurso presentado ante el Tribunal Constitucional y que éste ha admitido contra los presupuestos generales del Estado para 2016 y en la que se solicita la anulación de la transferencia desde la comunidad autónoma al Estado prevista para 2017 en concepto de Fondos de Suficiencia Global por valor de 1.329 millones de euros.

«Este Fondo no de Suficiencia, sino de Insuficiencia -declaró Solerconsagra el status quo injusto que se instauró en 2002 y que nos hace pagar una factura por unos niveles de gasto reconocido muy inferiores a los reales y por debajo de las reconocidas a otras comunidades. Eso produce la aberración -continuó- de tener la tasa más baja de cobertura financiera de los servicios públicos fundamentales en el sistema de financiación autonómico, resulta que tenemos que pagar al Estado 1.329 millones de euros. Un fondo al que ya se ha contribuido con 6.600 millones desde 2010. Somos la comunidad más afectada por esta transferencia negativa«.

Soler subrayó que el peor enemigo para cambiar el sistema es el status quo en el que algunas comunidades han salido beneficiadas por el sistema.

Respecto al FLA, el conseller se mostró muy beligerante a la forma en como Hacienda lo gestiona, ya que los retrasos en el pago supone que no se paga a proveedores y que estos no tienen  en numerosas ocasiones tienen que cerrar. Un FLA por el que hay que pagar intereses «porque somos no cumplidores, no porque lo hagamos más, sino porque no llegan los recursos que en justicia nos corresponden», protestó Soler, que significará un pago de 250 millones para 2016 sino conseguimos que estas cosas cambien con el nuevo gobierno»

La fórmula que actualmente aplica Hacienda, en opinión de Soler, le da un control absoluto sobre las finanzas de las autonomías, y  «así tiene cogidas del cuello sobre todo a las autonomías que quieren cambiar las cosas. La deuda es una insoportable pérdida de autonomía financiera y económica que resta margen de maniobra y capacidad de elección del Consell a la hora de apoyar a nuestras empresas o decidir inversiones plurianuales».

No dejó pasar la oportunidad el conseller de referirse a la corrupción como un elemento más que ha contribuído a la ineficiencia y la «astronómica» deuda de la Comunidad Valenciana, una corrupción que calificó de «execrable por la pérdida de oportunidades que ha supuesto para cubrir necesidades básicas de nuestra gente. Si malgastar los dineros públicos siempre es grave, mucho más cuando llegan con tanta escasez».

También se refirió a las autonomías con régimen foral, de las que señaló no deben ser ajenas a la solidaridad interterritorial. «La realidad muestra -señaló Soler- resultados de financiación para las comunidades forales superiores en un 60% a la media. Es decir, hay comunidades que cobran por estar en España y otras, como la Valenciana, pagamos por permanecer en España: una factura muy alta».

Diferencias que, en menor medida, también se producen en las comunidades de régimen común y que han situado a Valencia en la última o penúltima en ingresos per cápita.

Falta de inversiores en infraestructuras

Tampoco dejó en el tintero las inversiones del Gobierno Central, reivindicando el Corredor Mediterráneo, un retraso en su construcción que tildó de escándalo, cuando el Banco Mundial ya dijo en 1963  que era la obra más importante para la economía española.

El conseller afirmó que propone un sistema de financiación para todo el conjunto del Estado español, una propuesta que sale de la reflexión de una comisión de expertos independientes, además de trasladar al conjunto de la sociedad valenciana la necesidad imperiosa de cambiar el modelo de financiación.

Agregó que contemplan en el actual presupuesto un déficit de 1.300 millones, que es un déficit que aflora y que estaba oculto en anteriores presupuestos en supuestas partidas de ingresos que nunca se producían. Soler concluyó su intervención pidiendo el apoyo de toda la sociedad valenciana para obtener una financiación justa.

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