Miércoles, 24 de Abril de 2024
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De soñadores, emprendedores, ingeniosos hidalgos y hacedores de videojuegos

Coordinador de Florida Replay. Florida Universitària

2015-sept-OPI-Florida-Jose-luis-SolerHace unos días nos desayunábamos con el aluvión de datos que el Libro Blanco del Desarrollo Español de Videojuegos 2015 nos desvelaba, una edición la de este año donde conviven buenas noticias, desafíos, alguna que otra decepción y, sobre todo, muchas ilusiones.

Como miembro del sector y, más aún, por estar en la parte de abajo de la pirámide, donde formamos a los profesionales que diseñarán y desarrollarán los juegos de mañana, no puedo hacer otra cosa que sacar pecho, con orgullo, por todos los soñadores que conforman la red de estudios de desarrollo de videojuegos españoles. Y de este modo, cumplo con el primer término del título: soñadores.

Soñadores, porque aspiran a hacer de su pasión, su modo de vida, al transformar una expresión artística en un producto de gran consumo, al destacar sobre decenas de miles de otros títulos, fruto de la peligrosa arma de doble filo de la autopublicación. Soñadores porque deciden afrontar todos estas inclemencias, sin dejar que los despierten los numerosos reveses que se presentan con cada duro y esforzado proyecto de creación de un videojuego.

Pero llega un punto donde hay que madurar, donde el sueño idealista de crear un videojuego tan maravilloso que haga que lo conozca cualquier persona a lo largo del mundo –más aún, que lo compre a un precio digno–, empieza a romperse, como esos tempranos rayos de sol que se cuelan entre las cortinas y nos azotan los párpados.

De soñadores a emprendedores
En ese punto, nuestros soñadores deben convertirse en emprendedores y nuestro estudio de videojuegos pasa a ser una startup. Término segundo del título, cubierto. Además de personajes, escenarios, animaciones, mecánicas, storyboards, concepts y demás jerga del mundillo, se debe empezar a hablar de marketing, redes sociales, publishers, crowdfunding, etc.

Este cambio es traumático, como la transición de la adolescencia a la mayoría de edad (la de verdad, no la del DNI) y, por ello, los estudios que ya nacen con este punto de vista tienen mucho adelantado. No es que les garantice ningún tipo de éxito, pero sí que ayuda a la hora de provisionar esfuerzos y recursos para todas esas áreas anexas al propio desarrollo del videojuego.

Centrándonos ahora en esas empresas de desarrollo de videojuegos, como no podía ser de otra manera, las pymes son las que parten la pana. En España contamos con más de 400 empresas de videojuegos en activo. Adicionalmente, más de 180 iniciativas y proyectos empresariales están fermentando, a la espera de consolidarse como empresas.

Esta cifra da una idea del potencial de crecimiento que presenta el sector. De estas, el 96 % de las empresas tienen menos de 50 empleados y, aproximadamente el 50 % de las mismas, afirman tener menos de cinco empleados. Estos datos ponen de manifiesto el gran potencial de crecimiento de la industria española del videojuego, donde evidenciamos la necesidad de algún “campeón nacional”, tal como gustaban de etiquetar los políticos a esas empresas punteras que arrastran a un sector entero.

Evidentemente, las grandes economías del mundo cuentan con sus propios estudios “campeones”, pero hay ejemplos mucho más cercanos a nuestra realidad geopolítica, demográfica, social y económica, que nos muestran el camino, como Finlandia o Suecia, donde hay puntas de lanza, una floreciente cantera y una facturación total que quintuplica la nuestra. Aún nos queda camino que recorrer.

Captar financiación
Y aprovechando este momento machadiano del “se hace camino al andar”, me lanzo a por el tercer término del título, donde un simple dato nos desvela esa personalidad quijotesca que nos impulsa a pelearnos, solos y mal armados, contra gigantescos molinos: tan solo el 7 % de las empresas españolas de desarrollo de videojuegos ha recibido inversión de capital extranjero. Solos no podemos contra los molinos.

Por este motivo, sigue siendo un objetivo pendiente y de altísima prioridad el demostrar el potencial que se intuye en nuestra industria, de modo que atraigamos capital extranjero que nos permita crecer y armarnos en condiciones para salir al mundo pertrechados y dispuestos a todo.

Nos consta que ya hay bastantes pioneros en este sentido (no hace falta más que mirar la portada del pasado diciembre de la prestigiosa revista Edge Magazine o algunos de los estudios creados por españoles curtidos en grandes multinacionales), pero no debemos cejar en mostrarnos al exterior y crecer, crecer y crecer.

Para terminar, y haciendo mención al último término del título, simplemente quería invitaros a todos (y todas… que solo tenemos un 8 % de representación femenina en el sector y os necesitamos), a que os colguéis la banda de “hacedores de juegos” por encima de todas las vicisitudes. Ya lo anunció vehementemente el filósofo Carl Jung: ”Una de las tareas más difíciles que puede hacer el ser humano, aún cuando muchos lo duden, es la invención de buenos juegos”.

Formaos, sed creativos, pensad y actuad como profesionales, buscad la perfección en el detalle, esforzaos mucho, ayudad al resto de miembros de la comunidad y, sobre todo, soñad.

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