Miércoles, 24 de Abril de 2024
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Preocúpese por la sostenibilidad de su pensión, pero con un plan privado

Director de Renta 4 Banco en Alicante. www.renta4banco.com

2013-mayo-opinion-Joaquin-renta4Para adentrarse en el debate de las pensiones hay que partir de una idea básica: el actual sistema de pensiones público en España es inviable, por lo que es necesario reformarlo. La presente situación de nuestro modelo, basado en la solidaridad intergeneracional, es consecuencia estructuralmente, de un importante cambio demográfico que ha experimentado la población española y, a su vez, coyunturalmente, de una severa crisis económica.

No obstante, lo que es seguro es que cualquiera que sea la reforma definitiva, esta recortará las pensiones a percibir en el futuro e incrementará los requisitos para alcanzar las mayores prestaciones.

Ciertamente, la crisis económica ha afectado muy negativamente a las variables que definen la sostenibilidad de nuestro sistema.

El impacto de la crisis

Por un lado, se han reducido los salarios nominales de los españoles, y los que se incorporan al mercado laboral tardan mucho más en encontrar, si lo consiguen, un trabajo, lo que ha rebajado el caudal de cotizaciones.

Igualmente, las grandes reestructuraciones de plantillas en empresas de gran tamaño, como la que se viven en el sector bancario, se están resolviendo en gran parte a través de jubilaciones anticipadas.

Por otro lado, paradójicamente, dos buenas noticias demográficas condicionan el correcto funcionamiento del sistema. En primer lugar, el incremento de la esperanza de vida de los españoles.

Como dice el informe del Comité de Expertos que ha preparado la nueva reforma, en 1900 la esperanza de vida de los españoles con 65 años era de unos diez años, mientras que hoy pueden llegar a vivir veinte años más. Un éxito espectacular del estado del bienestar español, que aún apunta más lejos, ya que se prevé que hacia 2050 la esperanza de vida sea de 25 años más. A ello hay que sumar que en los próximos decenios llegará el momento de la jubilación para las generaciones más numerosas, las nacidas en el «baby boom” que registró nuestro país entre finales de los 50 y la primera mitad de los 70.

Con todo ello, y con la baja natalidad actual, está previsto que la población mayor de 65 años pase del 17% del presente, al 27% en 2052. Es decir, de cada tres ciudadanos, uno será mayor de 65 años. En términos absolutos, la Seguridad Social estima que se pasará de los 9 millones de pensiones de hoy a 15 millones en 2052. Por tanto, el problema fundamental que ha de intentar resolver cualquier reforma es el de cómo diseñar un sistema que consiga garantizar unas pensiones dignas y adecuadas, tanto para las generaciones de hoy, como para las de mañana.

Por supuesto, si en algún momento del futuro el Estado se viera en una situación complicada, podría sentirse tentado a detraer dinero de otras partidas e inyectarlo en la caja de la Seguridad Social, lo que salvaría momentáneamente el envite. Pero, si hemos de ser realistas, tendremos que pensar que la crisis ha traído un vertiginoso crecimiento de la deuda pública, la cual ha superado con holgura el 92,2%, con lo que se ha cargado sobre la espalda de todos los españoles una pesada losa, no solo de deuda, sino de intereses que habrá que devolver.

Sistema sostenible y equilibrado

Por ello, hemos de mantener la idea de que el sistema de pensiones ha de ser sostenible y financieramente equilibrado por sí mismo. Un sistema que, recuerden, es de reparto y no de capitalización. Lo cual significa que la cotización de la población activa sirve para financiar las pensiones (jubilación, incapacidad, viudedad, orfandad y favor familiar) que cobra la población pasiva.

De este modo, la reforma iniciada en 2011 y continuada por el actual Gobierno propone un factor de sostenibilidad o de reequilibrio, que pretende corregir los elementos potenciales de insostenibilidad o desequilibrio de una forma acompasada en el tiempo.

Como exponen los expertos del informe, este factor se dividirá en dos vertientes. Primero, un factor de equidad intergeneracional (FEI), que buscará igualar las condiciones de la pensiones para todos los jubilados, independientemente del año de nacimiento del sujeto.

Segundo, un factor de revalorización anual (FRA), el cual se fijará en la relación entre ingresos y gastos del sistema de pensiones. En síntesis, cuando los gastos crezcan más que los ingresos, como ahora es el caso, el FRA corregirá a la baja el crecimiento de la pensión; pero, si el escenario es el contrario, el FRA hará subir la pensión.

De esta manera, el actual uso del IPC como elemento de revalorización de las pensiones quedaría totalmente descartado, algo que el Gobierno ya quiere aplicar en 2014.

Este Informe de los expertos no es vinculante, ni para el Gobierno ni para los agentes sociales, ya que deja en sus manos la discusión y la posibilidad de llegar a consensos.

Por ejemplo, sobre un aspecto tan relevante como el parámetro que define la velocidad con que se corrigen los eventuales desequilibrios entre ingresos y gastos, que debería de situarse, en su opinión, entre 0,25 y 0,35. Así, en un año como este, con la inflación baja y cercana al 1%, pero con una mala relación de gastos e ingresos estatales, la pensión solo subiría un 0,25%, lo que supondría una merma en el poder adquisitivo del pensionista.

Complementar la pensión pública

Por todo ello, ante un panorama lleno de indicios que apuntan a que las pensiones públicas futuras (a igual número de años y de bases cotizados), serán claramente inferiores a las actuales, nuestro consejo es que desde ahora comience a ahorrar en un plan de pensiones privado.

De este modo conseguirá dos objetivos. El primero, una deducción fiscal anual en su declaración de IRPF, a través de las aportaciones a sus planes de pensiones privados. El segundo, y más importante, podrá mantener un nivel de vida similar al que ahora disfruta, ya que su plan privado le ayudará a complementar una pensión estatal, que probablemente será inferior a la que correspondería si se jubilara hoy.

Por último, solo me resta invitarles a conocer nuestra gama de planes de pensiones y a dejarse asesorar por nosotros para escoger cuál o cuáles le pueden encajar mejor, dado su nivel de renta, edad y aspiraciones futuras.

Estoy seguro que el Renta 4 Dédalo y el Renta 4 Acciones (que según Inverco se encuentran entre los mejores en sus categorías respectivas en los últimos tres y años en España), le sorprenderán gratamente por sus resultados.

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