Socio Director de la Unidad de Negocio de Optimización. www.grupoifedes.com

La competitividad de las empresas pretende conseguir un alto posicionamiento de estas en los mercados y una adecuada/alta rentabilidad, sin olvidar que ambas consecuencias deben ir alineadas con garantizar la máxima fidelidad de los clientes. Estos tres aspectos, fruto de una adecuada gestión empresarial, forman parte indiscutible del paquete de objetivos estratégicos de la empresa.

Pero conseguir un equilibrio óptimo de estos objetivos requiere saber conjugar operaciones, finanzas y clientes, pues para alcanzar una alta posición competitiva se requiere disponer del producto con la calidad y en el momento requerido por el cliente y, todo ello, asociado a unos costes acordes con la rentabilidad esperada.

Es ahí donde entran en juego los inventarios, los stocks, y aunque estos no son los únicos recursos que influyen en los resultados empresariales, si reflexionamos sobre los conceptos más operativos de la competitividad, podremos admitir que disponer de un adecuado equilibrio de los stocks de aprovisionamiento, ayudará a conjugar mejor las necesidades empresariales para alcanzar sus objetivos estratégicos.

Todo ello de forma paralela y complementaria a las actuaciones que se ejecuten sobre el resto de componentes de la gestión empresarial.

El inventario lo constituye el valor de todos los materiales que la empresa maneja, y representa uno de los conceptos que en el mundo empresarial están sujetos a visiones más parciales y partidistas, pues valorado desde la perspectiva propia de cada departamento, la percepción que se tiene del mismo es dispar.

Diferentes perspectivas del inventario

Marketing ve el inventario como una fuente inagotable de recursos. Piensa que no se funciona correctamente si alguna vez no existe un producto para vender en el mismo momento de su demanda. Finanzas piensa que el inventario es un mal necesario que tiene que soportar, y que retiene, sin rendimiento alguno, una parte importante del capital financiero. Por su parte, el departamento de Producción no comprende en su justa medida el coste de mantenimiento del inventario, si se compara con otros costes del proceso productivo.

En cualquier caso, los inventarios son necesarios para dar un buen servicio a los clientes, para que la compañía funcione eficazmente manteniendo un ritmo de producción adecuado, y para realizar lotes de fabricación de un tamaño razonable. No son un mal necesario, sino un amortiguador muy útil.

Esta era la idea predominante en la gestión de inventarios tradicional. Hoy en día, la filosofía “just in time” y los métodos diversos de optimización han matizado la cuestión. Pero lo relevante, y que justifica nuestra reflexión, es la repercusión del coste del inventarios de aprovisionamiento en los costes totales de la compañía.

El Coste Total anual de aprovisionamiento o suministro de un producto consta de cuatro componentes:

> Coste de Compra.

> Coste de Emisión de Pedidos.

> Coste de Almacenamiento o Mantenimiento; coste de posesión de un stock.

> Coste de Ruptura y de Penuria.

De estas cuatro fuentes de costes, todas ellas analizables, quiero que nos centremos ahora únicamente en el relativo a los Costes de Almacenamiento, por ser los costes asociados con la posesión o manejo del inventario a través del tiempo.

Según datos contrastados, los Costes de Almacenamiento podrían aproximarse a los siguientes, teniendo entre paréntesis el coste como porcentaje del valor del inventario:

> Costes de almacén, tales como alquiler del edificio, depreciación, coste de operación, impuestos, seguros, etc. (3 al 10%).

> Costes de manipulación de materiales, que incluyen el equipo, arrendamiento o depreciación, energía eléctrica, coste de operación, etc. (1 al 3,5%).

> Coste de mano de obra por manipulación extra. (3 a 5%).

> Costos de inversión, tales como los costes de los préstamos, impuestos y los seguros sobre los inventarios.(6 a 24%).

> Hurtos, desperdicio y obsolescencia. (2 a 5%).

Valores que, en algunos casos, puede acarrear que el coste global del almacenamiento alcance hasta el 26% de valor del inventario.

Optimizar inventarios, sí o sí

Con estos porcentajes, con la repercusión de esos valores en el coste total de nuestros productos o servicios, y aunque una cierta inversión en inventario es necesaria y útil, debemos aceptar la innegable necesidad de proceder a la optimización de los inventarios de la empresa.

Para lograr la optimización hay que equilibrar la inversión en inventarios con otras demandas que también necesitan capital, debiendo considerar los costes correspondientes a todas ellas.

El problema no es tan fácil de resolver, ya que lo que le preocupa al gestor empresarial es tomar la decisión de por dónde recorta, a quién le dice “no”, si puede permitirse el lujo de perder ese cliente, qué va a pasar con su proveedor de toda la vida, etc.

Alcanzar ese equilibrio requiere tomar decisiones y adoptar soluciones de compromiso respondiendo a las siguientes preguntas:

> ¿Qué equilibrio se desea alcanzar entre la inversión en inventario y el servicio al cliente?

> ¿Qué equilibrio se desea conseguir entre la inversión en inventario y los cambios asociados con las variaciones del nivel de producción?

> ¿Qué equilibrio se desea conseguir entre la inversión en inventario y el resto de necesidades financieras.

www.grupoifedes.com