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El museo, que en los primeros meses de este año ha recibido aproximadamente un millar de visitantes de más de una treintena de entidades distintas, cuenta con una sala –‘Museo en vivo’– destinada a trabajar con ordenadores con más de treinta años de antigüedad y que todavía son operativos.

«Está concebida para que los profesores que imparten la materia de informática en centros de la ESO acudan con sus alumnos y programen en lenguaje ‘basic’ -el más popular en el ámbito de la microinformática de aquel tiempo-, jueguen con videojuegos de la época y tengan un contacto real con los objetos y la forma de trabajar de los sistemas informáticos de hace más de tres décadas» incide Molero.